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© Arturo Filastó

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El control y la censura de Internet en Cuba

Por Josefina Salomón, redactora de Amnistía Internacional,

Maribel (nombre ficticio) era subdirectora de una escuela primaria estatal de Cuba, donde trabajaba y había ascendido con rapidez desde que se graduó. Antes de perder su empleo debido al activismo político de su esposo, prohibido en la práctica en Cuba, le redujeron el salario a la mitad.

¿Cuál fue la excusa? Había pedido a sus alumnos y alumnas que buscaran información en Internet para una lección de historia. Y uno de ellos usó la Wikipedia. “Al niño se le dice que a la Wikipedia no lo pueden utilizar, porque todo lo que dice la Wikipedia es mentira [...] que lo que está escrito en el libro de historia de Cuba eso es el contenido que el niño tiene que aprender. El niño no tiene que buscar otra cosa”, nos dijo cuando la conocimos en la ciudad fronteriza mexicana de Tapachula este año. Según la UNESCO, Cuba tiene una de las poblaciones más educadas del hemisferio. Las campañas de alfabetización son fundamentales en las políticas del país desde la revolución, y su encomiable sistema educativo sigue recibiendo grandes inversiones. Pero los decenios de censura fuera de Internet, y el aparente deseo de seguir restringiendo la libertad de expresión y el acceso a la información con un modelo de censura en Internet hacen peligrar los históricos avances de Cuba en materia de educación.

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El modelo característico de Cuba de censura de Internet

La prohibición, contenida en la Constitución de Cuba, de los medios de comunicación privados independientes no tiene parangón en Latinoamérica. Mientras el panorama de los medios de comunicación independientes se va transformando, según un reciente informe del Comité para la Protección de los Periodistas, la nueva generación de periodistas independientes trabaja en un entorno jurídico poco claro y bajo la amenaza constante de las detenciones arbitrarias. Además, sufre importantes limitaciones para acceder a Internet. Un medio pionero en este tipo de periodismo de investigación y comentarios de noticias es 14ymedio, un diario independiente en línea. El sitio web de 14ymedio es uno de los que figuran como bloqueados según un informe publicado el 28 de agosto por el Observatorio Abierto de Interferencias en la Red (OONI, por sus siglas en inglés). Con el uso de aplicaciones de código abierto (disponibles públicamente), OONI ha recogido mediciones de la red de más de 200 países de todo el mundo. Su objetivo es reunir datos sobre el uso de la censura en Internet y evaluar cómo funciona —o no funciona— Internet en un país determinado. La meta de OONI es aumentar la transparencia y suscitar debates públicos sobre la legalidad y la ética del control de la información, y no hacer valoraciones políticas sobre lo que ve. Entre mayo y mediados de junio de 2017, OONI sometió a examen 1.458 sitios web desde ocho ubicaciones de La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba. La lista agrupaba los sitios web en 30 categorías generales. De ellos, 1.109 eran sitios internacionales incluidos en su mayor parte en una lista estandarizada que la organización usa en todo el mundo para OONI-probe (su aplicación para analizar la censura), entre los que figuran destacados sitios convencionales de interés general, como Facebook y Twitter. Los 349 sitios restantes eran más específicos del contexto cubano. Del total de sitios examinados, OONI encontró 41 bloqueados (OONI examina únicamente una pequeña muestra, por lo que es probable que estén bloqueados muchos más sitios que no examinó). Todos los sitios bloqueados tenían algo en común: expresaban críticas al gobierno cubano, trataban de asuntos relacionados con los derechos humanos o tenían relación con herramientas de elusión (técnicas para sortear la censura). El bloqueo de sitios de Internet con el exclusivo fin de limitar las críticas políticas y restringir el acceso a la información es —naturalmente— contrario al derecho internacional de los derechos humanos y una violación del derecho a la libertad de expresión.

Del total de sitios examinados, OONI encontró 41 bloqueados (...). Todos los sitios bloqueados tenían algo en común: expresaban críticas al gobierno cubano, trataban de asuntos relacionados con los derechos humanos o tenían relación con herramientas de elusión.

Josefina Salomon, Amnistía Internacional
Pero este tipo de bloqueo no se produce solo en la web en Cuba. Según 14ymedio, Cubacel —la red nacional de telefonía móvil— censura los mensajes de texto SMS que contienen las palabras “democracia” y “huelga de hambre”. Al parecer, cuando el artista de grafitis y ex preso de conciencia Danilo Maldonado estaba en prisión, en enero de este año, por haber escrito las palabras “Se fue” en una pared tras la muerte de Fidel Castro, se bloquearon también los mensajes de texto que contenían las palabras “El Sexto” (su nombre artístico). Según OONI, el bloqueo de la página web se hace de forma “encubierta”. Cuando una persona intenta acceder a un sitio bloqueado, es redirigida a una página de bloqueo sin ninguna explicación del motivo por el que no se puede acceder al contenido. Esto hace que al usuario le resulte difícil saber si está experimentando la censura en Internet o se trata de algún tipo de fallo o error transitorio de la red al cargar la página. Skype está también bloqueado en Cuba, aunque se usa un tipo distinto de tecnología. Para OONI era algo “bastante interesante” que no se ve a menudo, aunque han visto algo parecido en China. Según esta organización, el gobierno o ha comprado una tecnología sofisticada, o cuenta con personas capacitadas para llevar a cabo el bloqueo. Por si tienen curiosidad, tiene que ver con un paquete de reinicio sobre el que pueden leer más en el informe completo de OONI. Para quienes no están versados en tecnología y los usuarios, el efecto percibido es que Skype funciona muy mal: la mayor parte del tiempo no se puede entrar en la cuenta ni enviar mensajes ni ver la lista de contactos. Pero, según OONI, esto es “claramente intencionado”. Y el bloqueo no lo hace Skype, sino desde servidores que están probablemente en el país. Los medios de comunicación llevan tiempo informando que la empresa china Huawei proporciona los servicios de infraestructura que crean la red troncal de los puntos de acceso a Internet y a las conexiones wifi en Cuba. A tenor de lo que ha detectado dentro de Cuba, OONI dice que resulta evidente que contratistas chinos desarrollaron el software y las interfaces que se emplean para los portales de acceso a las conexiones wifi, pues encontraron trazas de código chino. Aunque sería lógico que el gobierno obtuviera los equipos para la censura del mismo proveedor encargado de desplegar la infraestructura de Internet en Cuba, Amnistía Internacional no ha visto evidencia que indique que sea así. A pesar de ello, hay muchos sitios web y aplicaciones de uso generalizado que no están bloqueados, como WhatsApp. O Facebook. O, desde luego, la Wikipedia. La gran pregunta es: ¿por qué no? Bueno, por ahora, parece que el gobierno no necesita utilizar sistemas sofisticados de bloqueo y filtrado.

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El sistema dual de Internet

Igual que tiene dos monedas, Cuba tiene un sistema dual de Internet: una Internet global, inasequible para la mayoría de la ciudadanía cubana y su propia intranet, más barata y sometida a una estricta censura. El gobierno cubano controla toda la infraestructura de las comunicaciones del país (hasta 2008, prohibió la propiedad de equipos informáticos y de DVD). Hace tiempo que las autoridades consideran que Internet es un “caballo de Troya” de la infiltración estadounidense, y culpa constantemente de la deficiente conectividad al embargo de Estados Unidos. Desde la normalización de relaciones promovida por el gobierno de Obama, y tras los cambios de política que han abierto posibilidades para que las empresas de telecomunicaciones estadounidenses operen en Cuba, este argumento es menos creíble. Y aunque el giro de 180 grados de la retórica política del presidente Trump permite a las autoridades cubanas recuperar esta excusa, la política estadounidense sobre Internet sigue sin sufrir grandes cambios. En cambio, en los últimos años, el gobierno de Cuba ha dado prioridad a la “informatización de la sociedad”. Pero esa informatización afirma, ha de “garantizar la invulnerabilidad de la Revolución, la defensa de la cultura y del socialismo sostenible que construye nuestro pueblo”. El gobierno ha fijado también unos objetivos ambiciosos. En una estrategia de 2015, declaró, entre otras cosas, que para 2020 se conectaría al 50% de los hogares. También afirmó que, para 2018, estaría conectado el 100% de las entidades del Partido Comunista, los órganos del Estado, las instituciones bancarias y algunas empresas. Para 2020 se alcanzaría el 95% de la conectividad de banda ancha en los centros educacionales y de la salud y en las instituciones científicas y culturales. Sin embargo, el progreso avanza con lentitud. En 2014, el proveedor nacional de telefonía móvil lanzó Nauta, un servicio de correo electrónico móvil que permite el envío de correo electrónico a través de la empresa estatal. En marzo de 2015, el gobierno aprobó la primera red pública de wifi en La Habana, y desde entonces ha abierto cientos de puntos de acceso en toda la isla. Las conexiones a Internet desde los hogares se legalizaron en un programa piloto que no se inició hasta diciembre de 2016. Google Global Cache también instaló servidores en la isla para acelerar el acceso a su contenido en diciembre del año pasado. Pero mientras las autoridades cubanas continúan con la estrategia de informatización, el gobierno sigue reticente a acabar con los programas de censura. En su lugar, ha desarrollado una Internet nacional —una especie de intranet— parecida a las que existen en los centros de trabajo o las escuelas de los países conectados. Mientras tanto, a 1,5 dólares estadounidenses la hora, el coste de acceder a la Red mundial sigue siendo prohibitivo para la mayor parte de la ciudadanía cubana, que gana un salario mensual medio de 25 dólares estadounidenses y que casi sólo utiliza para hablar con miembros de la familia y amistades de la diáspora. Los cálculos sobre la penetración de Internet varían entre el 5% y el 40% (dependiendo de la fuente), pero de este porcentaje, es probable que muchos sólo accedan a la intranet controlada por el gobierno, no al Internet global. Y, lo que resulta interesante, los precios de la intranet están bajando. ¿Qué quiere decir esto en la práctica? Quienes acceden a la Internet nacional reciben una información seleccionada por el gobierno y sometida a una estricta censura. EcuRed, una especie de versión cubana de la Wikipedia —una enciclopedia cubana online—, por ejemplo, difama a quienes defienden los derechos humanos. En el artículo dedicado a Laritza Diversent Cambara, abogada de derechos humanos a quien Estados Unidos acaba de dar asilo junto con otros 12 integrantes del Centro de Información Legal (CUBALEX), es calificada de “mercenaria anticubana” y su organización, de “subversiva”. Si buscas a Yoani Sánchez, fundadora de 14yMedio, es calificada de “cibermercenaria” por EcuRed. Ted Henken, profesor asociado de Sociología del Baruch College, especialista en Cuba que ha publicado numerosos estudios sobre el panorama de los medios de comunicación y de Internet en este país, dice: “Para la mayoría de los cubanos, la intranet es un chiste, porque sólo es una versión de (la propaganda) que llevan recibiendo 50-60 años, pero en Internet. Está desfasada, los enlaces no funcionan”. Y aun así, parece que es aquí donde el gobierno cubano quiere invertir. Hace apenas unos días, en un video aparentemente filtrado, el Primer Vicepresidente Miguel Díaz Canel, quien se perfila como el próximo Presidente, señaló que el gobierno cerraría el sitio web de OnCuba, declarándolo “muy agresivo contra la revolución”. Y que se arma el escándalo que se quiere armar. Que digan que censuramos. Está bien. Aquí todo el mundo censura, aquí todo el mundo censura,” declaró. En otros discursos ha hablado según los informes de la necesidad de “perfeccionar nuestra plataforma” —la red nacional— y de desarrollar el trabajo contra los “proyectos subversivos”. También ha promovido la necesidad de aumentar el acceso con fines científicos y educativos, y por razones económicas. Al mismo tiempo, ha hablado de la necesidad de generar contenidos propios cubanos, para poner “los contenidos de la revolución” en Internet. Pese a los ambiciosos planes gubernamentales de expansión de Internet, muchos cubanos y cubanas como Maribel dicen que sólo disponen de Internet de un modo limitado en entornos educativos. Maribel, al igual que otros conciudadanos suyos, dice que conoce a personas expulsadas de la universidad por acceder a información “no debida”.

Esquivar al “hermano mayor”

Los periodistas, blogueros y blogueras y activistas cubanos no han aceptado sin más estas restricciones. Decenas de proyectos de medios de comunicación digitales emergentes desarrollados por blogueros/as y periodistas independientes (a menudo bloqueados en Cuba) han encontrado formas creativas de conseguir publicar su información en la red global. Hace apenas unos días, 14ymedio publicó un artículo titulado “Recetas para sortear la censura en Internet”. Mucho se ha escrito también sobre jóvenes y perspicaces cubanos y cubanas que esquivan las dificultades de acceso y la censura con medios creativos para difundir la información. Tal vez la innovación más famosa sea “El Paquete”: series de Netflix, vídeos, música pirateados que se comparten a través de memorias USB portátiles a través de un sistema de distribución que abarca toda la isla. También está Streetnet (o SNET), un sistema de Internet clandestino o pirata creado por jugadores y jugadoras de videojuegos. Pero aunque estas innovaciones populares y espontáneas son emocionantes, el contenido de El Paquete o de SNET es puramente convencional, nada político.

Para sobrevivir, [El Paquete] se porta bien [...] Permanece al margen de políticas que provocarían su cierre [...] Puede que haya muchos más debates sobre Juego de Tronos que sobre la nueva ley electoral.

Profesor Henken
“Para sobrevivir, [El Paquete] se porta bien [...] Permanece al margen de políticas que provocarían su cierre [...] Puede que haya muchos más debates sobre Juego de Tronos que sobre la nueva ley electoral”, dice el profesor Henken. Casi toda la ciudadanía cubana cree que está sometida a vigilancia y a seguimiento en Internet, y que se interceptan sus comunicaciones privadas. “Eso es normal, todo el mundo lo sabe”, es la respuesta habitual. Tras decenios de vigilancia física de los Comités de Defensa de la Revolución (miembros locales del Partido Comunista que colaboran con las autoridades y los organismos encargados de hacer cumplir la ley), es lógico suponerlo.Si es así o no, resulta difícil de saber. La vigilancia es notoriamente difícil de demostrar. Pero OONI explica algo que quizá no se vea a primera vista. La censura es un resultado, un subconjunto de la vigilancia. “Cuando censuras Internet, lo que estás haciendo en la práctica es aplicar vigilancia. Para aplicar la censura, primero tienes que vigilar. Tienes que saber a qué accede la gente para después bloquearlo. Dado que vemos que hay censura en Internet (en Cuba), debe de haber también vigilancia”, declaró OONI a Amnistía Internacional.Y si usted cree que lo están vigilando en Internet, es aún más probable que se autocensure.

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La paradoja de Cuba: la educación censurada

Internet es una herramienta educativa vital en el mundo moderno. Al servir de catalizador de la libertad de expresión, facilita otros derechos humanos, como el derecho a la educación. También proporciona un acceso sin precedentes a fuentes de conocimiento, mejora las formas tradicionales de enseñanza y amplía las posibilidades de intercambio de investigaciones académicas. La UNESCO y UNICEF han elogiado los logros de Cuba en materia de educación. Todos los años se gradúan en sus universidades estudiantes de toda la región del Caribe, especialmente de Medicina. Y no obstante, los decenios de censura fuera de Internet y este aparente deseo de crear una versión cubana de la realidad cargada de ideología mediante el acceso controlado a Internet los erosionan. El profesor Henken lo califica sencillamente de “tragedia”. Muchos observadores predicen que Cuba repetirá el modelo chino de censura. Las conclusiones de OONI —en cierto modo, un “archivo histórico” de cómo es una red en un momento determinado— apuntan sin duda a la posibilidad de que se utilicen sistemas de bloqueo y filtrado más sofisticados en el futuro. Pero hay otra vía. Ante la expectativa de que el presidente Raúl Castro se retire en 2018, quien ocupe la presidencia del país tendrá la oportunidad de configurar la función que desempeñe Internet en el futuro de Cuba y en su sistema educativo. Tras ser expulsada de su trabajo, Maribel recibió finalmente una oferta para fregar suelos en un jardín de infancia. Pero, al igual que hicieron decenas de miles de cubanos y cubanas sólo el año pasado, decidió marcharse de Cuba. Y con ella se llevó la educación que le hizo cuestionar el sistema en el que vivía. Dijo a Amnistía Internacional: “La educación es una constante revolución [...] es un constante cambio. Hay que ir en evolución”. El gobierno haría bien en escuchar.

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