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Mauritania: Bloguero sigue recluido un año después de decisión judicial que anuló su condena a muerte

  • Aunque las autoridades debían haberlo excarcelado en noviembre de 2017, Mohamed Mkhaïtir sigue recluido en un lugar no revelado.
  • Su salud física y mental se está deteriorando como consecuencia de su reclusión prolongada.
  • Treinta y dos organizaciones de derechos humanos hacen campaña a favor de su liberación y protección.

“Las autoridades de Mauritania deben poner en libertad sin dilación y de forma segura a un bloguero que sigue recluido a pesar de que un tribunal de apelación decidió hace un año conmutarle la condena a muerte”, han declarado hoy Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Freedom Now, el Forum des organisations nationales des droits de l’Homme en Mauritanie y otros 28 grupos de derechos humanos.

Mohamed Cheikh Ould Mkhaïtir, de 35 años, sigue bajo custodia en un lugar no revelado, con acceso limitado a su familia y ningún acceso a su equipo de defensa jurídico, después de que las autoridades no hayan aplicado la decisión de un tribunal de apelación que ordenaba su libertad, dictada el 9 de noviembre de 2017.

“Mantener recluido a Mohamed Mkhaïtir muestra un desprecio hacia el Estado de derecho por parte de las autoridades mauritanas. Mohamed es un preso de conciencia cuya vida está en manos de las autoridades sólo por haber ejercitado pacíficamente su derecho a la libertad de expresión”, afirmó Kine Fatim Diop, responsable de campañas de Amnistía Internacional sobre África Occidental.

“Escribir blogs no es un delito y, con arreglo a la decisión del tribunal mauritano, debe ser puesto en libertad inmediata e incondicional, y las autoridades deben explorar todos los medios disponibles para garantizar su seguridad”.

Mkhaïtir fue detenido inicialmente el 2 de enero de 2014, tras publicar un texto en Internet en diciembre de 2013 en el que hablaba de la esclavitud y la discriminación, incluso las que afectaban a la clase marginada de los herreros, a la que pertenece.

Tras la publicación del texto, estallaron en todo el país protestas multitudinarias —ante una de las cuales habló favorablemente el presidente mauritano— en las que se pidió la ejecución de Mkhaïtir por “blasfemia”.

Acusado de apostasía

Mkhaïtir “se arrepintió” en varias ocasiones durante su interrogatorio por la policía y en una declaración escrita fechada el 11 de enero de 2014. Su juicio comenzó el 23 de diciembre de 2015 y, tras ser acusado de apostasía y de insultar al profeta Mahoma, lo condenaron a muerte al día siguiente.

El 9 de noviembre de 2017, un tribunal de apelación redujo su condena inicial a dos años de prisión, que ya ha cumplido, y al pago de una multa. En marzo de 2018, el ministro de Justicia mauritano, Mokhtar Malal Dia, dijo en una entrevista que “el bloguero Mkhaïtir sigue recluido en algún lugar de Mauritania”.

En mayo, las autoridades mauritanas informaron al Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación Racial de que Mkhaïtir se hallaba sometido a “detención administrativa por su propia seguridad”.

Durante casi un año, el equipo jurídico que lo defiende ha solicitado autorización para visitarlo en reiteradas ocasiones, pero aún no ha recibido ninguna respuesta del ministro de Justicia. Se cree que actualmente Mkhaïtir está enfermo y necesita atención médica urgente.

“En lugar de acatar la orden del tribunal, las autoridades se niegan a reconocer el paradero de Mkhaïtir y le impiden contactar con el mundo exterior”, dijo Fatimata Mbaye, defensora de los derechos humanos y abogada de Mkhaïtir en Mauritania.

“Esto constituye reclusión en régimen de incomunicación, una violación grave de los derechos humanos. Las autoridades deben poner fin a esta reclusión arbitraria, excarcelar a Mkhaïtir y garantizar su seguridad”.

La ONU ha criticado en varias ocasiones la detención de Mohamed Mkhaïtir y la condena a muerte que le fue impuesta. En junio de 2017, el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU concluyó que el juicio de Mkhaïtir había sido injusto y su detención, arbitraria, y que Mauritania estaba violando el derecho internacional.

En mayo de 2018, seis personalidades expertas en derechos humanos de la ONU expresaron gran preocupación por el hecho de que Mkhaïtir continuara privado de libertad.

“Este caso es representativo de la represión de la libertad de expresión y de información por parte del gobierno de Mauritania, sobre todo de quienes defienden los derechos humanos y hacen campaña contra la discriminación, y de los y las periodistas que informan sobre el uso ilegal de mano de obra esclava”, declaró Kate Barth, directora jurídica de Freedom Now.

“Mauritania debe poner en libertad inmediata e incondicional a Mohamed Mkhaïtir y dejar de encarcelar a personas que expresan pacíficamente sus opiniones”.

Información complementaria

La Asamblea Nacional mauritana aprobó, en abril de 2018, una ley que sustituye el artículo 306 del Código Penal y prevé la imposición obligatoria de la pena de muerte a toda persona declarada culpable de “expresión blasfema” y de actos considerados “sacrílegos”.

La nueva ley elimina la posibilidad, contemplada en el artículo 306, de sustituir por prisión la pena de muerte en el caso de determinados delitos de apostasía si su autor se arrepiente con prontitud.

La ley amplía también el ámbito de aplicación de la pena de muerte para incluir los “actos de renegar”. La promulgación de la ley, pocos meses después de que el tribunal de apelación ordenara la excarcelación de Mkhaïtir, parece guardar relación con el caso de éste.

Mauritania ha ratificado numerosos tratados internacionales de derechos humanos que protegen el derecho a la vida, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la Convención contra la Tortura y la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos.

La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU hará un examen del cumplimiento por Mauritania del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en 2019.

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