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Grecia: las devoluciones ilegales y la violencia contra las personas refugiadas y migrantes son su política de fronteras de facto

Dos migrantes detenidos por la policía griega © Achilleas Chiras/NurPhoto via Getty Images
  • Amnistía Internacional descubre nuevas pruebas de tortura, malos tratos y devoluciones ilegales de personas refugiadas y migrantes a Turquía.
  • Se ha capturado y detenido a personas a una distancia de hasta 700 km de la frontera para luego trasladarlas y devolverlas a la frontera terrestre con Turquía.
  • Amnistía pide a la agencia fronteriza europea (Frontex) que suspenda o retire sus operaciones en Grecia.
  • Pueden concertarse entrevistas con portavoces.

Según la nueva investigación de Amnistía Internacional, las fuerzas fronterizas griegas están deteniendo de forma violenta e ilegal a grupos de personas refugiadas y migrantes para su devolución sumaria a Turquía, lo que vulnera las obligaciones de Grecia en materia de derechos humanos de conformidad con el derecho internacional y de la Unión Europea.

El informe, titulado Greece: Violence, lies and pushbacks, documenta cómo las autoridades griegas están llevando a cabo devoluciones ilegales por tierra y mar. Principalmente, se centra en operaciones ilegítimas en la región de Evros, en la frontera terrestre entre Grecia y Turquía. En febrero y marzo de 2020, Grecia expulsó con violencia a personas refugiadas y migrantes en respuesta a la apertura unilateral de las fronteras terrestres por parte de Turquía. Con la documentación de los incidentes que se sucedieron tras la expulsión, entre junio y diciembre de 2020, esta nueva investigación demuestra que las violaciones de derechos humanos en las fronteras de Grecia siguen ocurriendo y se han convertido en una práctica habitual.

“Es evidente que varias divisiones gubernamentales de Grecia están trabajando en estrecha coordinación para capturar y detener a personas que van a Grecia en busca de seguridad, y que están sometiendo a muchas de ellas a violencia, para luego trasladarlas a la orilla del río Evros y efectuar su devolución sumaria a Turquía”, ha afirmado Adriana Tidona, investigadora sobre Migración para Europa en Amnistía Internacional.

“Nuestra investigación demuestra que las devoluciones ilegales violentas se han convertido en la política griega de control fronterizo de facto en la región de Evros. El nivel organizativo necesario para ejecutar estas devoluciones, que han afectado hasta a 1.000 personas en los incidentes documentados —a algunas de ellas varias veces y en muchos casos a través de centros de detención no oficiales—, muestra hasta dónde está dispuesta a llegar Grecia para expulsar de manera ilegal a las personas y ocultarlo”.

La gran mayoría de las personas con las que ha hablado Amnistía Internacional han denunciado que habían sufrido o presenciado actos de violencia por parte de individuos que describían como agentes griegos uniformados, así como hombres vistiendo ropa civil. Entre estos actos, han mencionado golpes con varas y bastones, patadas, puñetazos, bofetadas y empujones que, a veces, provocaron heridas graves. A menudo, se sometía a los hombres a humillantes y agresivos registros sin ropa, a veces en frente de mujeres, niños y niñas.

En la mayoría de los casos, los actos de violencia denunciados violan la prohibición internacional de trato inhumado o degradante. Asimismo, algunos incidentes constituyen tortura, por su gravedad y su intención humillante o punitiva.

Saif*, un hombre sirio de 25 años expulsado cuatro veces en agosto de 2020, ha explicado a Amnistía Internacional que, en su segundo intento, el grupo con el que viajaba recibió una emboscada por parte de “soldados” con uniforme negro y pasamontañas, quienes los trasladaron a la orilla del Evros, el río que hace frontera con Grecia y Turquía. Dos hombres del grupo trataron de escapar, pero uno de los soldados los detuvo y los golpeó sin piedad. Saif, que sospechaba que le habían roto la columna a uno de ellos, ha contado a Amnistía Internacional: “No podía ni moverse, no podía mover las manos siquiera”. Según Saif, después de que los soldados griegos llevaran a los dos hombres heridos hasta la orilla de Turquía, aparecieron soldados turcos y una ambulancia para socorrerlos.

Una persona ha contado a Amnistía Internacional que, durante una de las operaciones de devolución, a él y a su grupo los obligaron a saltar de la barca al agua cerca de un islote en medio del río Evros, donde permanecieron durante días. Uno de los hombres a quien obligaron a saltar de la barca no sabía nadar y gritaba pidiendo ayuda mientras iba flotando y sumergiéndose en el agua, hasta que lo arrastró la corriente.

Las devoluciones no están teniendo lugar sólo en zonas fronterizas. También están capturando y deteniendo a personas muy adentro de Grecia para luego trasladarlas a la región de Evros y devolverlas ilegalmente a Turquía. Amnistía Internacional ha hablado con cuatro personas que capturaron y detuvieron en zonas del norte de Grecia y que finalmente devolvieron a Turquía en grupos más grandes. Entre dichas personas había un refugiado y un solicitante de asilo que había vivido en Grecia durante casi un año.

Una de estas dos personas, Nabil*, un hombre sirio de 31 años, registrado como solicitante de asilo en Grecia, ha explicado a Amnistía Internacional que lo habían arrestado en el puerto de la ciudad de Igoumenitsa, en la región noroccidental del país. La policía le contó que lo trasladarían a Atenas y lo soltarían; sin embargo, lo trasladaron a otro centro de detención más cerca de la frontera terrestre de Evros, lo golpearon y, finalmente, lo expulsaron con un grupo de 70 personas, en el que también había niños y niñas. Esto es lo que ha explicado Nabil a Amnistía Internacional: “Antes de subir al autobús, mostré mi tarjeta de asilo a la policía, pero me la quitaron, la hicieron trizas y me mandaron subir al autobús”.

“A todas las personas con las que hemos hablado las han expulsado de zonas donde Frontex dispone de mucho personal. La agencia no puede argüir entonces que desconoce los abusos que Amnistía, y muchos otros, han documentado. Frontex tiene el deber de evitar violaciones de derechos humanos y, si no es capaz de conseguirlo, debería retirar o suspender sus operaciones en Grecia”, ha declarado Adriana Tidona.

Información complementaria

Informe de Amnistía Internacional GREECE: VIOLENCE, LIES AND PUSHBACKS se basa en conversaciones con 16 personas, que han pasado por 21 expulsiones ilegales. Se centra principalmente en devoluciones a través de la frontera de Evros entre junio y diciembre de 2020. Según los testimonios, se calcula que estas operaciones ilegítimas han afectado a unas 1.000 personas.

Hoy, Human Rights Watch publica una investigación relacionada que indaga sobre la responsabilidad de Frontex en las violaciones de derechos humanos en las fronteras exteriores de la Unión Europea, entre ellas, las de Grecia.

Frontex, la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados Miembros de la Unión Europea, tienen la obligación de tomar medidas razonables para proteger a las personas de violaciones de derechos humanos y de suspender o retirar sus actividades si dichas violaciones ocurren.

*Los nombres se han modificado para proteger la identidad de las personas afectadas.

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