Cuando, el 21 de diciembre de 2012, se someta a la tercera lectura en la Cámara Baja del Parlamento (la Duma), los parlamentarios rusos deben rechazar un proyecto de ley que tendrá un efecto atroz sobre los defensores y defensoras de los derechos humanos y sobre la sociedad civil. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional. El denominado proyecto de ley “Dima Yakovlev” introduce, entre otras cosas, severas restricciones a las organizaciones no gubernamentales (ONG) y prohíbe la adopción de niños y niñas rusos por parte de ciudadanos estadounidenses. Además, permite al Ministerio de Justicia hacer cesar arbitrariamente actividades y congelar los bienes de las ONG de las que considere que están implicadas en actividades políticas, que reciben financiación de ciudadanos u organizaciones estadounidenses o que realizan actividades que ponen en peligro los intereses de la Federación Rusa. También prohíbe a las personas con doble nacionalidad estadounidense y rusa ser dirigentes o miembros de ONG rusas, internacionales o extranjeras que participen en “actividades políticas” en Rusia. Las organizaciones, o sus delegaciones, que violen esta norma podrán ser cerradas y sus bienes confiscados. Si se aprueba, las restricciones contenidas en esta ley podrían hacerse extensivas a ciudadanos de cualquier país que prohíba la entrada de ciudadanos rusos o confisque sus bienes a causa de las violaciones de derechos humanos que esas personas hayan cometido en Rusia. “Aparte de ser claramente discriminatoria para los ciudadanos rusos con doble nacionalidad, esta ley, con sus vagas disposiciones, entraña el peligro de ser utilizada para reprimir a quienes critican al gobierno y a quienes sacan a la luz abusos. De hecho, se diría que ése puede ser su propósito real”, ha manifestado John Dalhuisen, director del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. El proyecto de ley recibe el nombre de un niño ruso que murió tras ser adoptado en Estados Unidos, y se redactó en respuesta a la Ley Magnitsky, aprobada este mes en Estados Unidos y que establece sanciones para los presuntos autores rusos de violaciones de derechos humanos. Sergei Magnitsky era un abogado que murió bajo custodia en Rusia y que se convirtió en un símbolo de las violaciones de derechos humanos en Rusia. “Este proyecto de ley es una respuesta francamente infantil a la Ley Magnitsky. La Duma debería centrar sus esfuerzos en fortalecer la sociedad civil rusa, no en debilitarla”, ha manifestado John Dalhuisen.
Un reducido número de parlamentarios rusos votaron en contra del proyecto de ley, señalando que violaría los acuerdos bilaterales establecidos con Estados Unidos sobre la adopción de niños y niñas. La policía detuvo a unos 30 manifestantes que habían montado piquetes ante el Parlamento.