Amnistía Internacional ha rendido homenaje hoy a uno de los adalides de los derechos humanos más comprometidos del mundo, el arzobispo Desmond Mpilo Tutu, que falleció el 26 de diciembre de 2021 a los 90 años.
La muerte del arzobispo Desmond Mpilo Tutu deja un gran vacío en la lucha por los derechos humanos y la libertad en el mundo. Dedicó toda la vida a la creación de un mundo en el que las personas pudieran ser libres para reclamar y ejercer sus libertades sin sufrir prejuicios ni persecución por ser quienes son.
“El mundo ha perdido a un magnífico adalid de los derechos humanos. El arzobispo Desmond Tutu se negó a quedarse sentado mirando cómo el gobierno del apartheid perpetraba injusticias contra el pueblo de Sudáfrica en una época en la que alzarse contra el régimen salía caro. También defendió a las personas oprimidas de otros lugares del mundo, asegurando que se pronunciaba por su libertad”, ha declarado Deprose Muchena, director de Amnistía Internacional para África Oriental y Austral.
Desmond Tutu será recordado por haber defendido a las personas oprimidas de Sudáfrica durante la segregación y la opresión de las personas negras por el gobierno del apartheid, que les negaba derechos humanos tan básicos como la libertad de asociación, de circulación y de reunión.
El arzobispo Desmond Tutu era un firme partidario del trabajo de derechos humanos de Amnistía Internacional. Apoyó la campaña de la organización sobre el Tratado sobre el Comercio de Armas, un tratado internacional que establece sólidas prohibiciones mundiales para detener la afluencia de armas, municiones y material conexo a un país cuando se sabe que se utilizarían para cometer o facilitar actos de genocidio, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y violaciones graves de derechos humanos.
También trabajó con la organización en la campaña por la libertad de los presos y presas políticos de Birmania en agosto de 2012, entre los que figuraba Aung San Suu Kyi.
“El arzobispo Desmond Tutu dedicó su vida entera a obtener justicia para todas las personas. Quería un mundo en el que toda la gente coexistiera en paz y armonía, sin prejuicios. Es un verdadero ejemplo de luchador altruista por los derechos humanos”.
También trabajó con Amnistía Internacional para defender los derechos de las personas LGBTI. Asimismo, apoyó la campaña de la organización contra la pena de muerte presionando a los países que seguían usándola para castigar la delincuencia con el objetivo de que pusieran fin a esta práctica cruel e inhumana.
“El arzobispo Desmond Mpilo Tutu deja un notable legado de derechos humanos. Ahora nos corresponde a los demás continuar donde lo dejó, exigir más y mejor de nuestros gobiernos y crear sociedades que respeten los derechos humanos”.
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