En una carta coordinada por la Alianza Vacuna para el Pueblo, más de 130 exlíderes y exlideresas mundiales, personas galardonadas con el premio Nobel, personalidades destacadas de los ámbitos científico, económico y humanitario, dirigentes religiosos y empresariales, sindicalistas y celebridades reclaman que se actúe con urgencia para vacunar a los países de ingresos bajos y medianos y poner fin a la pandemia de COVID-19.
Estas voces reconocidas se unen en el segundo aniversario de la fecha en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que el brote de COVID-19 se había convertido en una pandemia y piden a los dirigentes del mundo que “hagan lo necesario para poner fin a esta crisis” y se unan a Una vacuna del pueblo en torno a los principios de igualdad y solidaridad, accesibilidad para todas las personas en todos los lugares, y sin patentes ni especulación, advirtiendo de que “a pesar de lo que algunos dirigentes de los países ricos querrían que creyéramos, la pandemia no ha terminado”. No obstante, el fin de la COVID-19 está “a nuestro alcance”, dicen, si damos “a todas las personas de todos los lugares acceso a vacunas seguras y efectivas y a otras tecnologías vitales contra la COVID-19”.
Entre quienes firman la carta figuran exdirigentes de más de 40 países; el príncipe Harry y Meghan, duque y duquesa de Sussex; Charlize Theron, mensajera de la paz de la ONU y fundadora del proyecto Charlize Theron Africa Outreach; el director general de EasyJet Johan Lundgren; y algunas de las políticas más importantes del mundo, como Joyce Banda, expresidenta de Malawi, Graça Machel, ex primera dama de Sudáfrica y Mozambique y fundadora del Graça Machel Trust, y Vaira Vike-Freiberga, que fue la primera presidenta de Letonia y de Europa oriental y copresidenta del Centro Internacional de Nizami Ganjavi.
Dos expresidentes de Ucrania, Leonid Kuchma y Victor Yuschenko, y la ex primera dama Kateryna Yushchenko se han unido asimismo a la petición a favor de la equidad en las vacunas en medio del conflicto en su país.
Todas estas personalidades se unen al ex secretario general de la ONU Ban Ki-moon y a exdirigenes de instituciones como el Banco Mundial, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Asamblea General de las Naciones Unidas, y a los y las dirigentes actuales del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), la Confederación Sindical Internacional (CSI) y el relator especial sobre la extrema pobreza y los derechos humanos.
Condenando el enfoque aplicado hasta ahora por los dirigentes mundiales por “inmoral, totalmente contraproducente y, además, un fracaso ético, económico y epidemiológico”, advierten de que dejar a miles de millones de personas sin vacunar podría desembocar en la aparición de nuevas y peligrosas variantes del virus.
No haber vacunado al mundo hasta ahora se debe “al nacionalismo contraproducente, los monopolios farmacéuticos y la desigualdad”, afirman estos dirigentes, lo que ha llevado a los hitos “evitables” de dos años y alrededor de veinte millones de personas fallecidas debido a la COVID-19.
Critican a la Unión Europea, a Reino Unido, a Alemania y a Suiza por seguir “bloqueando el levantamiento de las normas sobre propiedad intelectual que permitiría la redistribución y el aumento de la fabricación de vacunas, pruebas y tratamientos relacionados con la COVID-19 en el Sur global”.
India y Sudáfrica fueron los primeros en proponer una exención relativa a la propiedad intelectual ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) en octubre de 2020 que respaldan más de cien países. Estados Unidos anunció su apoyo a una exención en mayo de 2021, pero la oposición británica y europea encabezada por Reino Unido y Alemania ha impedido que la OMC llegue a un consenso.
Esto se produce mientras los y las activistas de Una vacuna del pueblo llevan a cabo concentraciones de protesta en casi todos los continentes para exigir a los dirigentes del mundo que pongan fin al monopolio de las grandes empresas farmacéuticas sobre las vacunas, pruebas y tratamientos contra la COVID-19 necesarios para salvar vidas y prevenir la siguiente variante.
Joyce Banda, expresidenta de Malawi, dijo:
“Hablemos claro: esta pandemia está lejos de haber acabado en África y en el mundo. Vemos, cada día, miles de muertes evitables. Vemos mujeres y niñas afectadas desproporcionadamente por la pandemia debido a la pérdida de oportunidades educativas, la violencia de género intrafamiliar y las dificultades económicas. Debemos recuperar el espíritu de solidaridad para acabar con el sufrimiento y crear un futuro mejor. Eso empieza ahora acabando con estos despiadados monopolios farmacéuticos sobre las vacunas contra la COVID-19 para que África y el mundo puedan hacer frente a esta crisis y a la siguiente”.
Ban Ki-moon, ex secretario general de la ONU, afirmó:
“Los dirigentes de los países ricos están protegiendo a los monopolios farmacéuticos sobre las vacunas, los diagnósticos y las terapias contra la COVID-19 por encima de la salud y la vida de miles de millones de personas. Y sólo podemos imaginar lo dañino que podría ser una nueva variante enormemente letal para todos los habitantes del planeta. Por eso esta es una prueba histórica de multilateralismo. Nos afecta de verdad a todos y a todas. Y, si quienes dirigen el mundo no pueden hacer frente al reto de la igualdad vacunal, están reduciendo la esperanza de que afronten el desafío existencial de abordar la crisis climática”.
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, declaró:
“La desgarradora tragedia de nuestra era es que se han negado a muchas personas las notables innovaciones de las vacunas y tratamientos contra la COVID-19. Del mismo modo que la gente recuerda hoy la terrible injusticia con los antiretrovirales para el VIH, cuando 12 millones de vidas, la mayoría en África, se perdieron innecesariamente mientras medicamentos vitales permanecían fuera del alcance del Sur global, nuestros hijos e hijas no perdonarán a quienes negaron a miles de millones de personas la posibilidad de recibir unas vacunas vitales contra la COVID-19. En el segundo aniversario de esta pandemia, hacemos nuestra petición a los países ricos sobre todo. Por favor, insistan en que se compartan las fórmulas de la vacuna. Por favor, apoyen a los países en vías de desarrollo para que vacunen a todas las personas en todos los lugares. Una vacuna del pueblo”.
Paul Polman, ex director general de Unilever, dijo:
“Cuando se despliega una crisis humanitaria en Europa y la tragedia de la COVID-19 sigue asolando gran parte del mundo, la solidaridad global es más importante que nunca, y especialmente con las naciones vulnerables. Este es un momento para crear confianza, para forjar asociaciones necesarias para la humanidad entre gobiernos, empresas y la sociedad civil, y para atacar los mayores desafíos del mundo. Poner fin al apartheid de la vacuna es fundamental. Deben levantarse las normas sobre propiedad intelectual para impulsar la fabricación de vacunas y deben compartirse inmediatamente las patentes y la tecnología que salvan vidas”.
Notas para los periodistas
Aquí disponen de una lista de contactos para protestas, concentraciones y acciones de calle: peoplesvaccine.org/take-action/end-covid-monopolies/
La carta hace cinco peticiones a los líderes y lideresas mundiales:
1. Acordar y aplicar con carácter urgente una hoja de ruta global para cumplir la meta de la OMS de vacunar con la pauta completa al 70% de la población a mediados de 2022 y, más allá de esto, garantizar un acceso sostenido, puntual y equitativo en todo el mundo a las vacunas, tratamientos, pruebas y otras tecnologías médicas relativas a la COVID-19, incluidas las vacunas y tecnologías médicas contra la COVID-19 efectivas y seguras de última generación.
2. Maximizar la producción de vacunas seguras y efectivas y de otros productos contra la COVID-19 mediante la suspensión de las normas correspondientes sobre propiedad intelectual y garantizando la puesta en común obligatoria de todos los conocimientos, datos y tecnologías relacionados con la COVID-19 para que cualquier país pueda producir o adquirir dosis suficientes y asequibles de vacunas, tratamientos y pruebas.
3. Invertir fondos públicos ahora en un aumento rápido y masivo de la fabricación de vacunas, así como en capacidad de investigación y desarrollo para crear una red distribuida global administrada para, y capaz de, llevar vacunas asequibles como bienes públicos globales a todos los países.
4. Poner las vacunas, tratamientos y pruebas relativos a la COVID-19 a disposición de gobiernos e instituciones al precio más próximo al coste real posible, y proporcionarlos gratuitamente a todas las personas en todos los lugares y asignados en función de la necesidad.
5. Aumentar la inversión sostenible en sistemas de salud pública para garantizar que los gobiernos de países de ingresos bajos y medianos cuentan con recursos suficientes para vacunar a su población y salvar vidas. Estas inversiones redundarán en beneficio de la economía global y contribuirán a restablecer los beneficios económicos y de desarrollo que la pandemia de la COVID-19 ha hecho retroceder parcialmente.