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Rodríguez Zapatero no puede olvidar los derechos humanos en sus relaciones bilaterales con Rusia

  • España vetó a una ONG defensora de los derechos humanos durante una reunión de la OSCE, tras las presiones de Rusia
Madrid.- Con motivo de la visita que el Presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, realiza a partir de mañana a la Federación Rusa, Amnistía Internacional (AI) le pide que traslade a la opinión pública y a las autoridades rusas un mensaje claro de apoyo al trabajo que las organizaciones de derechos humanos realizan en este país, y que solicite al Presidente ruso, Vladimir Putin, una reforma de la actual ley de ONG que impone serias restricciones a la libertad de expresión y asociación.

Amnistía Internacional teme que el veto de la Presidencia Española de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) a la participación de la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena en la reunión de la OSCE del pasado 13 y 14 de septiembre indique la renuncia del Gobierno español a tratar con la prioridad necesaria asuntos de derechos humanos en sus relaciones bilaterales con Rusia.

Amnistía Internacional ha trasladado tanto al Presidente Rodríguez Zapatero como al Ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, su rechazó más enérgico a esa decisión, motivada por la amenaza de abandonar el encuentro de un miembro de la Federación Rusa que calificó a la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena de extremista por publicar declaraciones de terroristas conocidos internacionalmente.

Con esta decisión de la presidencia española, la OSCE no respetó sus propias normas de protección de la libertad de expresión, que sólo impiden la participación en estas reuniones públicas a personas u organizaciones que recurren a la violencia o aprueban públicamente el terrorismo en caso de violencia. AI, que sigue el caso de la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena desde hace años, sostiene que lo que ha hecho esta organización cuando ha publicado artículos de líderes separatistas chechenos ha sido ejercer su derecho a la libertad de expresión.

La Sociedad de Amistad Ruso-Chechena, reconocida internacionalmente por su legítimo trabajo en defensa de los derechos humanos en Chechenia, ha sido objeto de hostigamiento y persecución por parte de las autoridades rusas en reiteradas ocasiones. En octubre del año pasado un tribunal ruso decretó el cierre de la asociación, en gran parte, basándose en las nuevas leyes sobre extremismo y sobre las Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Tras su clausura, la asociación se registró en Finlandia. No obstante, Amnistía Internacional ha tenido conocimiento de posteriores actos de hostigamiento contra sus miembros y contra representantes de la recién creada Fundación de Apoyo a la Tolerancia de Nizhnii Novgorod dirigida por ex miembros de la Sociedad de Amistad Ruso-Chechena.

Otro ejemplo que demuestra que no se está dando prioridad a los derechos humanos en las relaciones con Rusia ha sido la negativa sostenida del Gobierno español a apoyar el caso de una familia de un defensor de derechos humanos checheno asesinado en el 2004, tal y como Amnistía Internacional recomendó hace ya un año. Quienes se atreven a pedir justicia y denuncian las violaciones de derechos humanos cometidas en el conflicto de Chechenia corren un serio peligro. De hecho, una sentencia del pasado 21 de junio del Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado ruso por el asesinato de una reconocida líder pacifista, Zura Bitieva y tres familiares suyos en 2003. Zura Bitieva había elevado una petición al Tribunal Europeo a principios de 2000 tras haber estado recluida en un centro no oficial de detención de Chernokozovo, Chechenia. Posteriormente, el 21 de mayo de 2003, unos desconocidos armados y con traje de camuflaje, la mataron en su casa, junto con tres miembros de su familia.

Otras preocupaciones de Amnistía Internacional
Otras violaciones de derechos humanos que se mantienen en la Federación Rusa y que Amnistía Internacional ha trasladado al Presidente Zapatero con motivo de su visita son: la existencia de desapariciones forzadas y la falta de investigaciones al respecto en Chechenia, el uso generalizado de la tortura en el sistema judicial ruso, los ataques racistas, los ya mencionados recortes contra la libertad de expresión y las amenazas y hostigamiento contra los defensores de derechos humanos, la preocupante situación de las minorías sexuales y los reiterados casos de violencia contra las mujeres.

La situación en el Cáucaso norte

Amnistía Internacional sigue recibiendo informes sobre violaciones y abusos contra los derechos humanos cometidos en Chechenia y en otras zonas del Cáucaso Norte, confirmándose los temores sobre el riesgo de extensión del conflicto. Continúan las ejecuciones extrajudiciales, las desapariciones forzadas y los secuestros, las detenciones arbitrarias y los casos de tortura en centros de detención oficiales y no oficiales en la propia Chechenia, Ingushetia, Daguestan y Osetia del Norte.

Se prolonga el conflicto pese al empeño oficial de presentarlo como terminado, con combates, entre operaciones de fuerzas federales y la policía y las fuerzas de seguridad chechenas, y ataques de los grupos armados de oposición. La presencia de numerosas fuerzas paramilitares, sus actuaciones arbitrarias y la impunidad con la que actúan, hace que sea muy difícil determinar la identidad de los responsables de graves violaciones de derechos humanos. Según las estimaciones, existen 180.000 desplazados internos en Chechenia. De ellos 37.000 viven en centros de alojamiento temporal, al parecer, en condiciones bastante difíciles.

Desapariciones forzadas
Amnistía Internacional también sigue de cerca las investigaciones sobre decenas de denuncias de desaparición forzada en Chechenia. Aunque se ha registrado una disminución en el número de éstas y de los secuestros durante los últimos meses, se han documentado 30 nuevos casos hasta final de mayo de 2007.  En la carta al Presidente Zapatero se recogen los casos sobre los que AI está trabajando como el de Timur Soltakhanov, Aslam Akhmadov, Ali Khadaev, Aminat Gugaeva, Kurbika Zinabdieva y Zelimkhan Murdalov. A pesar de los esfuerzos de las familias para conocer la verdad y que se haga justicia,  todos siguen “desaparecidos”.

Ataques a la libertad de expresión, reunión y manifestación

Amnístia Internacional sigue documentando casos de periodistas que sufren intimidaciones y ataques, o son sometidos a procesos judiciales sin fundamento. El caso de  Anna Politkovskaya, periodista y defensora de derechos humanos, tiroteada el 7 de octubre de 2006 en el bloque de pisos donde vivía en Moscú puso de relieve la problemática.

Todo apunta a que la periodista fue asesinada por su labor periodística. Una vigilia celebrada en su memoria el 16 de octubre en Nazrán, Ingushetia, fue dispersada violentamente por la policía. Al menos 5 defensores de derechos humanos fueron detenidos y el organizador de la vigilia fue multado.

A más de un año después de la aprobación de la ley sobre ONG, su aplicación revela que es urgente modificarla. Amnistía Internacional ha pedido reiteradamente a las autoridades rusas que reformen la ley, ya que pone límites a la libertad de expresión y de reunión. Durante una reunión que mantuvo en julio de 2006 con los presidentes de destacadas ONG, incluida la secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, el presidente ruso, Vladimir Putin, prometió revisar la aplicación de la ley.

Tortura, malos tratos y juicios injustos

La tortura bajo custodia policial es una práctica generalizada en el país. Los funcionarios de policía, en su afán de obtener «confesiones», eluden las salvaguardias contra la tortura, como la obligación de notificar la detención a los familiares o el derecho a recibir asistencia jurídica y el derecho a un reconocimiento médico realizado por un profesional de la elección del detenido. La fiscalía no garantiza la investigación eficaz de las denuncias de tortura ni la reparación de los actos de tortura. No existe un mecanismo eficaz, independiente y de aplicación en todo el ámbito nacional que pueda realizar visitas sin previo aviso a los lugares de detención.

Hay presos que cumplen condenas tras juicios que violan las normas internacionales de justicia procesal y en los que, según sus abogados, el procesamiento obedece a motivaciones políticas.

Devoluciones forzadas
Desde el derrumbamiento de la Unión Soviética, la cooperación entre dos de sus antiguos miembros, Rusia y Uzbekistán, cada vez ha estado más marcada por las preocupaciones sobre la seguridad en la región y la "guerra contra el terror".

Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos de personas que han sido devueltas a Uzbekistán desde Rusia por su presunta pertenencia a grupos islámicos proscritos. A estas personas se las ha mantenido detenidas en régimen de incomunicación, se las ha torturado y maltratado, declarado culpables tras juicios sin las debidas garantías y a veces se les ha condenado a largas penas de prisión o a la pena de muerte.

Racismo y Xenofobia
En Rusia se producen ataques racistas violentos con regularidad. Ocurren sobre todo en grandes ciudades, donde reside la mayor parte de los extranjeros y representantes de minorías étnicas. Según el Centro de Información y Análisis SOVA, ONG rusa que vigila la violencia racista, en el período entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2007, se han producido al menos 310 ataques racistas, con 37 víctimas mortales.

Han aumentado los ataques contra personas de origen no eslavo, o contra las que no tienen los rasgos “típicamente rusos”. Así, personas originarias de Armenia, Azerbaiyán; Uzbekistán, Tayikistán y Georgia, además de ciudadanos rusos miembros de diferentes grupos étnicos del Cáucaso Septentrional, fueron víctimas de ataques racistas.

Las autoridades no facilitan protección ni investigaron con eficacia numerosos ataques de motivación racial, incluidos asesinatos y no existe ningún programa global para combatir las ideologías racistas y xenófobas.

Ataques contra minorías sexuales

Lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero son a menudo objeto de ataques violentos cuando se encuentran en clubes para personas de su orientación sexual. La policía recibe críticas por no facilitar protección suficiente. La marcha del Orgullo Gay ha sido en los dos últimos años escenario de graves ataques a las libertades de expresión y manifestación

En mayo de 2007, un grupo de activistas rusos y foráneos, incluyendo parlamentarios de diversos países europeos, intentaron entregar una petición al alcalde de Rusia, Yuri Luzhkov, pidiéndole respeto y protección a los derechos de las minorías sexuales. Este grupo fue atacado por personas contrarias a estos derechos, que les apalearon y arrojaron huevos y tomates. La policía detuvo a varios de los atacantes, pero también a varios activistas por los derechos de los homosexuales, incluyendo a un parlamentario alemán y a un parlamentario europeo de nacionalidad italiana.

Violencia contra las muejeres
A pesar de que según cifras oficiales 14.000 mujeres fallecieron en la Federación como consecuencia de la violencia doméstica en 1999, las autoridades rusas no han diseñado ningún plan para hacer frente de manera efectiva a este problema.

La legislación rusa no incluye ninguna medida específica destinada a combatir la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar, y el apoyo estatal a los centros de crisis y las líneas directas de asistencia telefónica es totalmente inadecuado: una plaza por cada nueve millones de mujeres, según cifras de ONG de mujeres de la Federación. Una de las pocas casas refugio para mujeres financiadas por el Estado en la Federación Rusa, en Petrozavodsk, República de Karelia, se cerró en 2006. El estado no ve el problema ni como una prioridad ni como algo en lo que deba inmiscuirse, pese a preocupaciones expresadas por organismos internacionales y ONG como Amnistía Internacional.

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