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Periodista asesinado tras aparecer en una “lista de asesinatos”

El periodista Akhmednabi Akhmednabiev ha sido asesinado a primera hora del día de hoy por un hombre armado desconocido cerca de su domicilio en Daguestán. © AFP/Getty Images
Las autoridades rusas deben investigar con urgencia el homicidio de un periodista, cometido esta mañana en el Cáucaso Septentrional, ha declarado Amnistía Internacional. Las autoridades deben hacer todo lo que esté en su mano para proteger a activistas, profesionales de la abogacía y periodistas frente a la intimidación y la violencia.

“Informar sobre la injusticia, las violaciones de derechos humanos cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad y la corrupción en el Cáucaso Septentrional es un trabajo que pone en riesgo la vida”, ha manifestado John Dalhuisen, director del Programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.

Las autoridades rusas deben dejar de mirar hacia otro lado cuando se trata de ataques a quienes se atreven a defender los derechos humanos y asegurarse, en cambio, de que las personas responsables de cometer abusos comparecen ante los tribunales.”

El periodista Akhmednabi Akhmednabiev ha sido asesinado a primera hora del día de hoy por un hombre armado desconocido cerca de su domicilio en la población de Semender en Daguestán, Federación Rusa.

El nombre de Akhmednabiev y el de otro periodista asesinado en diciembre de 2011 aparecían en una octavilla amenazadora elaborada por autores anónimos y distribuida en Makhachkala, en septiembre de 2009.

En la octavilla se vertían amenazas de muerte contra varios periodistas independientes, abogados y defensores de los derechos humanos, a los que se acusaba de ser partidarios de grupos armados. No se ha identificado a las personas que están tras las amenazas.

Éste no ha sido el primer intento de acabar con la vida de Akhmednabiev.

En enero de 2013, un hombre armado efectuó cuatro disparos contra Akhmednabiev. Las autoridades abrieron posteriormente una investigación sobre el incidente, pero calificaron el intento de asesinato como “destrucción de bienes”.

Un año antes, el periodista había recibido en su teléfono móvil una amenaza de muerte anónima.

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