“El año pasado publicamos un informe que documentaba patrones de violación, hambre y detención arbitraria a manos de las fuerzas de seguridad, pero tanto el gobierno como el ejército han optado por ignorar vergonzosamente sus conclusiones. Un seguimiento con las supervivientes muestra que están a punto de perder la esperanza de obtener alguna vez justicia, pues las promesas previas de investigación no han conducido a ninguna parte. Sin embargo, no están dispuestas a rendirse.” “También pedimos al Senado de la Asamblea Nacional que cumpla su promesa de investigar los motivos de preocupación expuestos en nuestro informe They Betrayed Us, para que las supervivientes puedan obtener justicia”, ha declarado Osai Ojigho. La investigación llevada a cabo recientemente por Amnistía Internacional muestra que algunas de las mujeres confinadas en campos en Maiduguri, capital del estado de Borno, aún no tienen acceso a ayuda alimentaria adecuada, y están luchando contra el hambre y la desnutrición.“Las promesas de investigación no han conducido a ninguna parte”Osai Ojigho, Amnistía Internacional
En muchos casos, su situación se vuelve aún más precaria a causa de la detención continuada de sus familiares varones; miles de hombres fueron detenidos arbitrariamente o sometidos a desaparición forzada cuando huían de la intensificación de los combates desde finales de 2015. Muchas de estas mujeres no saben si sus esposos están vivos o muertos.
“La detención arbitraria a manos de las fuerzas de seguridad de lo que aún pueden ser miles de hombres es ilegal en virtud del derecho internacional de los derechos humanos”, ha manifestado Osai Ojigho.
“El hecho de que las autoridades no hayan proporcionado un mecanismo para que las familias de los detenidos obtengan información sobre su paradero y su bienestar, y la negativa a informar a quienes se ponen en contacto con el ejército para pedir información, han provocado un sufrimiento mental que constituye malos tratos en virtud del derecho internacional de los derechos humanos.”
Amnistía Internacional pide además a las autoridades que investiguen las denuncias creíbles de corrupción galopante formuladas por las personas afectadas en los campos para personas internamente desplazadas.
En los campos de Shettima Ali Monguno y Teachers Village, en Maiduguri, hubo protestas en febrero por la falta de comida, los malos tratos y la corrupción.
“El conflicto de Boko Haram obligó a miles de mujeres a vivir en condiciones miserables en campos para personas internamente desplazadas. Es responsabilidad de las autoridades nigerianas proteger a estas mujeres y llevar ante la justicia a todos los sospechosos de explotarlas.”