Ante la noticia de la disolución de la Alianza de Hong Kong en Apoyo de los Movimientos Patrióticos y Democráticos de China (Alianza de Hong Kong), que venía organizando la vigilia conmemorativa de Tiananmen en Hong Kong desde hace 30 años, Yamini Mishra, directora de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía, ha declarado:
“Durante 32 años, el gobierno chino ha intentado censurar toda mención de la represión de Tiananmen en el territorio continental. La disolución de la Alianza de Hong Kong, que ha sido forzada en la práctica, es el indicador más reciente de que las autoridades de Hong Kong están dispuestas a hacer lo mismo.
Mientras las autoridades de Pekín castigaban a toda persona que reclamara justicia para las víctimas de Tiananmen en territorio continental, la Alianza de Hong Kong actuaba sin descanso para documentar pruebas de lo que realmente había sucedido.
Pero la presión ejercida sobre el grupo con anterioridad a su cierre, que ha incluido la detención de varios de sus dirigentes por diversos cargos así como una investigación policial sobre sus actividades pacíficas, indica que ya no se tolerará esta clase de activismo en torno al 4 de junio.
“En vista de la reciente desaparición de algunos de los sindicatos más importantes de Hong Kong, y de que el grupo ha organizado varias de las manifestaciones más multitudinarias en la ciudad, es evidente que el gobierno hongkonés actúa selectivamente contra grupos de la sociedad civil que cuentan con un amplio apoyo y capacidad de movilización. Por desgracia, la represión del gobierno contra estas organizaciones probablemente siga adelante.
Sin la Alianza de Kong se presenta un futuro aparentemente sombrío para la vigilia del 4 de junio.
A lo largo de tres décadas, la Alianza de Hong Kong ha venido organizando el acto más importante del mundo para conmemorar la represión de Tiananmen, en la que cientos de personas —posiblemente miles— fueron asesinadas la noche del 3 al 4 de junio de 1989 en Pekín cuando el ejército abrió fuego contra estudiantes y trabajadores que reivindicaban pacíficamente la adopción de reformas políticas y económicas y el fin de la corrupción.
Cada año desde 1990, decenas de miles de personas —a veces cientos de miles— participaron en una vigilia con velas el 4 de junio en el parque Victoria de Hong Kong para recordar a las víctimas. Pedían a las autoridades chinas que dijeran la verdad de lo ocurrido y asumieran la responsabilidad por las muertes causadas. En los últimos dos años, la vigilia se ha prohibido a causa de la COVID-19.
La Alianza de Hong Kong anunció su decisión de disolverse el sábado 25 de septiembre, debido a las presiones crecientes que ha soportado desde que se promulgó la ley de seguridad nacional de Hong Kong en junio de 2020.
El mes pasado, el grupo recibió una carta de la unidad de seguridad nacional de la policía de Hong Kong en la que lo acusaba de “connivencia con fuerzas extranjeras” y solicitaba información sobre sus miembros, finanzas y actividades.
Lee Cheuk Yan, Albert Ho y Chow Hang-tung, líderes del grupo, fueron acusados posteriormente de “incitar a la subversión” en aplicación de la ley de seguridad nacional y podrían ser condenados a cadena perpetua. Su juicio comienza el 28 de octubre.
El Frente Civil de Derechos Humanos, coalición que respaldó muchas de las manifestaciones más multitudinarias de Hong Kong, se disolvió el 13 de agosto. Tres días antes, el Sindicato Profesional de Enseñantes de Hong Kong había anunciado su cierre después de que el gobierno dejara de trabajar con él y la policía advirtiera de más acciones en su contra.
Esta misma semana, la Confederación Sindical de Hong Kong ha anunciado igualmente su disolución debido a las amenazas para la seguridad de sus miembros.
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