La sentencia de un tribunal brasileño que declara nulo el juicio y las condenas dictadas contra 74 agentes de policía por una masacre carcelaria ocurrida en 1992 constituye un alarmante golpe para la justicia y los derechos humanos, ha afirmado Amnistía Internacional. La operación militar llevada a cabo en 1992 en la prisión de Carandiru, en São Paulo, se saldó con la muerte de más de 100 reclusos.
Las autoridades sostuvieron que la policía intentaba disolver una pelea entre presos que habían tomado el control del Bloque 9 de la cárcel. Pero los indicios descubiertos más adelante sugirieron que la policía militar había disparado contra los presos y después había destruido pruebas que podrían haber determinado responsabilidades individuales en los homicidios. “El hecho de que se pueda matar a 111 reclusos, sin que nadie rinda cuentas después de 24 años, no sólo es alarmante sino que transmite un mensaje aterrador sobre la situación de los derechos humanos en Brasil”, ha afirmado Atila Roque, director de Amnistía Internacional Brasil. “Carandiru ilustra todo lo que está mal en el sistema penitenciario de Brasil y en la falta de justicia en el país por las violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto de operaciones de seguridad pública. SI no se toman medidas serias para mejorar las condiciones penitenciarias y garantizar que todos los responsables de violaciones de derechos humanos hacen frente a la justicia, será inevitable que esta tragedia se repita en el país en los años venideros".“El hecho de que se pueda matar a 111 reclusos sin que nadie rinda cuentas transmite un mensaje aterrador sobre la situación de los derechos humanos en Brasil”Atila Roque, director de Amnistía Internacional Brasil