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Restos de armamentos lanzado por la coalición saudí contra áreas civiles en Mount Nogum, Saná, Yemen. © AI

Blog

¿Puede el Tratado sobre el Comercio de Armas reducir el coste humano del conflicto en Yemen?

Alberto Estévez*, analista de comercio de armas,

“Estábamos todos en una habitación, mi madre y mis hermanos, y entonces llegó la explosión y nos hirió a todos. Ahora mi madre, mi hermano pequeño y mi hermana están en otro hospital”.

Así contó a Amnistía Internacional su experiencia una niña de 12 años, superviviente de un triple ataque lanzado el 13 de junio por la coalición encabezada por Arabia Saudí contra un barrio residencial de la capital de Yemen, Saná. El bombardeo causó la muerte a 10 civiles e hirió a otros 28.

En uno de esos ataques, una bomba de 900 kg mató a un niño de 11 años, a dos de sus hermanas, a su hermano y a su primo de 10 años, e hirió a otros cinco miembros de la familia Al Amiri. La bomba, identificada a partir de las marcas de los fragmentos hallados en el lugar por AI, pulverizó la casa de un sobrino del ex presidente Ali Abdullah Saleh que lleva años viviendo en el extranjero, y causó grandes daños en las casas circundantes.

Según la ONU, desde el comienzo del conflicto en Yemen el 25 de marzo hasta principios de julio han muerto más de 3.200 personas, más de 15.000 han resultado heridas y hay más de 1,2 millones de personas desplazadas internas.
En un ataque anterior investigado por AI, el mismo tipo de bomba lanzada por la coalición destruyó un grupo de tres casas en el pueblo de Al Akma  el 14 de abril, y mató a 10 miembros de la familia Al Hujairi. La bomba, una bomba de propósito general Mark 84, diseñada por Estados Unidos y fabricada en 1983, contenía más de 400 kg de alto explosivo. Ese mismo tipo de bomba mató a 17 civiles e hirió a otros 17 en un ataque aéreo en la capital el 1 de mayo.

Según la ONU, desde el comienzo del conflicto en Yemen el 25 de marzo hasta principios de julio han muerto más de 3.200 personas, más de 15.000 han resultado heridas y hay más de 1,2 millones de personas desplazadas internas.

El derecho internacional humanitario prohíbe los ataques directos contra civiles que no participan directamente en las hostilidades y contra bienes de carácter civil y establece que las partes enfrentadas deben tomar todas las medidas posibles para prevenir o reducir al mínimo las bajas civiles. Sin embargo, los bombardeos que AI ha analizado en Yemen señalan un patrón de ataques que han destruido casas civiles y se han saldado con decenas de civiles muertos y heridos. No hay ningún indicio de que la coalición encabezada por Arabia Saudí haya hecho nada para prevenir y reparar esas graves violaciones de derechos humanos.

Daños causados en edificios civiles en Mount Nogum, Saná, Yemen. El derecho internacional prohíben ataques directos contra civiles y contra bienes de carácter civil. © AI

Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas

¿Puede el TCA ayudar a reducir el coste humano de los conflictos armados como los de Yemen, Siria o Irak? Sí, pero tiene sus limitaciones.
Reducir el número de atrocidades como las de estos ataques aéreos y salvar vidas era el fin de la campaña Armas Bajo Control que culminó con la adopción del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA) en 2013 en la ONU. Este tratado establece normas internacionales para regular el comercio internacional de armas convencionales y municiones. ¿Puede el TCA ayudar a reducir el coste humano de los conflictos armados como los de Yemen, Siria o Irak? Sí, pero tiene sus limitaciones. Por si solo no puede hacerlo y deben cumplirse dos condiciones:

  1. que los Estados lo apliquen de buena fe, para lo que AI ha publicado una guía a tal efecto y
  2. que se universalice, esto es, que el mayor número posible de Estados ratifiquen o se adhieran al Tratado, para que haya unas reglas de juego comunes globales para el comercio de armas. Mientras, el comercio de la muerte seguirá costando cientos de miles de vidas cada año y arruinará los medios de vida de millones de personas en numerosos países. Hay muchas vidas en juego y queremos ver cambios ya, pero Roma no se construyó en un día.

La piedra de toque del control de estas transferencias es el respeto al derecho internacional de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario. El TCA no es una panacea ni una varita mágica, pero supone un cambio de orientación, un cambio de paradigma al pasar del enjuiciamiento retroactivo de personas a obligar a los Estados Partes a adoptar un enfoque basado en la prevención y a prestar atención a los factores estructurales que contribuyen a los conflictos armados y abusos contra los derechos humanos. Es un instrumento para prevenir antes que curar. La cuestión no es sólo juzgar a los responsables de atrocidades e indemnizar a las víctimas y sus familias, sino sobre todo adoptar medidas para evitar que las herramientas para torturar, matar o hacer desaparecer a personas caigan en manos de los potenciales perpetradores de violaciones graves del derecho internacional. Este cambio de enfoque, a medio plazo, contribuirá a hacer que la vida de millones de personas sea más segura y se reduzca el número de violaciones graves del derecho internacional. Es la plasmación de la aspiración que me movió a trabajar por el TCA hace dos décadas. Escribía (y sigo haciéndolo) decenas de acciones urgentes de AI sobre casos de graves violaciones de derechos humanos, convencido de que al cortar el grifo y regular el suministro de armas, vamos a la raíz del problema, y habrá menos acciones urgentes.

Cartel de Karim Ali al-Sagheer Farhan de 13 años, que falleció por el impacto de un proyectil  mientras salía de su casa, Saná, Yemén. © AI

La Regla de Oro del TCA

La Regla de Oro del TCA prohíbe autorizar transferencias de armas para cometer atrocidades.
Sólo cuatros Estados de Oriente Próximo (Bahréin, Líbano, Israel y Emiratos Árabes Unidos) han firmado el tratado y ninguno lo ha ratificado. De los principales productores de armas, los europeos (Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y España) lo han ratificado, pero sólo EE.UU. lo ha firmado, China puede que lo haga próximamente y Rusia lo ha descartado.
Así, el artículo 6 del TCA prohíbe a los Estados partes autorizar transferencias internacionales de armas convencionales que violen los embargos de armas de la ONU, sus  obligaciones internacionales, y si saben que podrían utilizarse para cometer genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones graves de los Convenios de Ginebra de 1949, ataques dirigidos contra bienes de carácter civil o personas civiles protegidas como tales, u otros crímenes de guerra.

Además, el artículo 7 exige evaluarsi una exportación de armas contribuye o menoscaba “la paz y la seguridad”, una disposición clave para EE.UU. en las negociaciones del Tratado. Después, debe evaluarse el potencial de que las armas puedan utilizarse para cometer o facilitar una violación grave del derecho internacional de los derechos humanos o del derecho internacional humanitario, o un acto que constituya un delito de terrorismo o delincuencia organizada transnacional. Tras evaluar esos riesgos, deben examinarse las medidas de mitigación que podrían reducir esos riesgos y adoptar una decisión basada en si existe un “riesgo preponderante” (que AI interpreta como “sustancial”) de consecuencias negativas de que esas graves violaciones que no pueda mitigarse, teniendo en cuenta el riesgo de que se utilicen para cometer actos graves de violencia de género, violencia contra las mujeres y los niños.

El conflicto en Yemen

El conflicto de Yemen plantea enormes desafíos al TCA. Nos encontramos con un Estado inundado de armas, bajo embargo de armas de la ONU, en el que los rebeldes hutíes del norte de Yemen, aliados del expresidente Saleh se enfrentan a grupos separatistas del sur, incluido Al Qaeda en la Península arábiga. Irán apoya a los hutíes, sunitas, mientras Arabia Saudí y sus aliados, abastecidos sobre todo por EE.UU., apoyan a grupos suníes. Los intentos de negociar un alto el fuego han fracasado y la crisis humanitaria se agrava.

La universalización del TCA es clave para que sus reglas se apliquen a Yemen y otros conflictos como Siria o Irak, sin olvidar que el tratado es aplicable sólo a las decisiones de transferencias de armas desde su entrada en vigor, en diciembre de 2014. Un total de 130 Estados lo han firmado y 69 lo han ratificado, lo que les convierte en Estados Parte y les obliga a cumplirlo. Sólo cuatros Estados de Oriente Próximo (Bahréin, Líbano, Israel y Emiratos Árabes Unidos) han firmado el tratado y ninguno lo ha ratificado. De los principales productores de armas, los europeos (Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y España) lo han ratificado, pero sólo EE.UU. lo ha firmado, China puede que lo haga próximamente y Rusia lo ha descartado.

Los Estados que han firmado el tratado, como EE.UU. –que proporciona apoyo logístico a la coalición–, deben abstenerse de llevar a cabo acciones que socaven el objeto y el fin del TCA, que incluye reducir el sufrimiento humano.
AI trabaja para cambiar esta tendencia, pero llevará tiempo. De la coalición que bombardea Yemen, cuatro Estados votaron a favor de TCA y otros cuatro se abstuvieron (Arabia Saudí, Bahréin, Qatar y Sudán). Irán, que según informes no confirmados apoya con armas a los hutíes, votó en contra del TCA, junto a Corea del Norte y Siria. Así, un obstáculo significativo para la aplicación del TCA en este conflicto es su desigual grado de adhesión entre los Estados implicados. Sin embargo, los Estados que lo han firmado, como EE.UU., que proporciona apoyo logístico a la coalición, deben abstenerse de llevar a cabo acciones que socaven el objeto y el fin del TCA, que incluye reducir el sufrimiento humano.

Reducir el número de atrocidades y salvar vidas es el fin de del Tratado sobre el Comercio de Armas. Sus reglas se tienen que aplicar en conflictos como el de Yemen. © AI

Exportaciones de armas del gobierno español

¿Los aviones, municiones, bombas, torpedos y misiles exportados por España tanto en 2014 como en años anteriores han sido y/o están siendo utilizadas por las fuerzas armadas saudíes y del resto de países de la coalición encabezada por Arabia Saudí en los ataques aéreos a Yemen? Es importante saberlo.
En 2014 el Gobierno español autorizó exportaciones de material de defensa a Arabia Saudí por valor de más de 68 millones de euros, incluidas municiones para armas pequeñas y de caza, aviones y equipos electrónicos. Las exportaciones realizadas superaron los 292 millones de euros, incluidos más de 30 millones de euros de municiones para armas pequeñas y ligeras y carros de combate, 5 millones en bombas, torpedos, cohetes y misiles, 256 millones en aeronaves, equipos electrónicos de formación de imagen o contramedidas y para el entrenamiento o simulación militar, que incluyen cámaras y equipo fotográfico, susceptible de ser utilizado en bombardeos en Yemen, sobre algunos de los cuales hay indicios importantes de que pueden haber sido presuntos crímenes de guerra, como explicamos antes.

La cuestión clave en estos momentos es saber si los aviones, municiones, bombas, torpedos y misiles exportados por España tanto en 2014 como en años anteriores han sido y/o están siendo utilizadas por las fuerzas armadas saudíes y del resto de países de la coalición encabezada por Arabia Saudí en los ataques aéreos a Yemen, algunos de los cuales parecen haber sido ataques indiscriminados, una violación grave del derecho internacional humanitario. Sin embargo, la información facilitada por el gobierno español no permite conocer este extremo y hacer que rinda cuentas de sus decisiones, pese a que al firmar el TCA se comprometió a aplicar la Regla de Oro del Tratado hasta su entrada en vigor en 2014. Así, sus exportaciones de 2014 se rigen por esta norma.

Amnistía Internacional ha pedido al Gobierno español que investigue si la coalición encabezada por Arabia Saudí ha utilizado armas españolas en estos u otros ataques y que suspenda las transferencias de armas a estos países que puedan utilizarse para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. La suspensión debe mantenerse hasta que se elimine el riesgo de que ese material se use para violaciones graves del derecho internacional, los abusos del pasado se hayan investigado de forma pormenorizada e imparcial, se indemnice a las víctimas y sus familias y los responsables sean procesados en juicios justos. Esa obligación de no autorizar armas para cometer atrocidades es común a todos los Estados Partes del TCA, pero queda mucho para que sea universal. Como decía Antonio Machado, “Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar”. Y el TCA acaba de empezar a andar. * Alberto Estévez es analista de comercio de armas. Coordinó el trabajo de lobby de Amnistía Internacional en las negociaciones sobre el TCA entre 2010 y 2013

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