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Condenadas a muerte en Irán por ayudar a mujeres, niñas y niños refugiados
Sharifeh Mohammadi, de 45 años y defensora de los derechos de las mujeres y trabajadores, también se enfrenta a la pena de muerte. Ignoraron sus denuncias de tortura y no tuvo oportunidad de defenderse en su juicio.
Pakhshan Azizi, una mujer kurda de 40 años, está a punto de ser ejecutada en Irán por brindar ayuda humanitaria a refugiados. La condenaron a muerte tras un juicio sin garantías, donde solo vio a sus abogados el mismo día del proceso. En prisión ha sufrido torturas, amenazas y aislamiento.
Verisheh Moradi, otra mujer kurda de 39 años, fue condenada a muerte tras un juicio injusto. Nunca investigaron sus denuncias de tortura y su recurso aún está pendiente.
Las autoridades iraníes usan la pena de muerte para sembrar miedo, incluyendo a mujeres que defienden los derechos humanos y a hombres que se manifestaron por los derechos de las mujeres en manifestaciones.
Tu firma puede hacer que las autoridades iraníes sepan que el mundo está mirando, que no aceptamos esta barbaridad. Firma y exige la liberación de Pakhshan, Sharifeh, Verisheh y todas las personas condenadas injustamente.
Ayúdanos a llegar a 130.000
Firma y enviaremos esta petición en tu nombre A las autoridades iraníes.
Enviaremos esta petición junto con tu nombre, apellidos y país.
Como Presidente de la Magistratura iraní, le pido que:
• Anule inmediatamente las sentencias condenatorias y las penas de muerte de Pakhshan Azizi, Sharifeh Mohammadi, Verisheh Moradi, Mohammad Reza Azizi, Fazel Bahramian, Mamousta Mohammad Khazrnejad, Manouchehr Mehman Navaz, Mehran Bahramian y concédales un nuevo juicio que sea justo y en el que no se recurra a la pena capital.
• Sean anuladas inmediatamente todas las sentencias de todas las personas condenadas a muerte por su participación en las protestas, que no se soliciten nuevas penas de muerte y que se garantice que toda persona acusada de cualquier delito común reconocible sea juzgada en procesos que cumplan las normas internacionales sobre juicios justos, sin recurrir a la pena de muerte.
• Se proporcione a las personas detenidas acceso a sus familias y a abogados de su elección, se las proteja de la tortura y otros malos tratos, y se investiguen todas las denuncias de tortura.
• Se ponga en libertad a todas las personas detenidas por ejercer pacíficamente sus derechos humanos.
• Se permita el acceso a observadores independientes pertenecientes a embajadas a los juicios de pena capital relacionados con las protestas.
Atentamente,