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en todo el mundo

Más de 2500 localidades de todo el mundo participan en ‘Ciudades por la Vida’ contra la pena de muerte

  • Al menos 30 ciudades en España promueven eventos en la calle, escuelas o universidades.
  • Irán condena a muerte a participantes en las protestas por la muerte de Masha Amini.
  • Cerca de 30.000 personas permanecen condenadas a muerte en todo el mundo.

Con motivo de la celebración de la 20ª edición de la Jornada Mundial contra la Pena de Muerte “Ciudades por la Vida”, la Comunidad de Sant’Egidio y Amnistía Internacional seguimos denunciando cómo, a pesar de la tendencia mundial hacia la abolición de la pena de muerte, en el último año se ha producido un preocupante aumento de las ejecuciones y las condenas a muerte en países como Irán o Arabia Saudí.

La Jornada de Ciudades por la Vida se convoca desde 2002 para impulsar la abolición de la pena capital en todo el mundo y viene a conmemorar la primera vez que fue prohibida en el Gran Ducado de Toscana en 1786. Se trata de una iniciativa internacional impulsada por la Comunidad de Sant’ Egidio, con el apoyo de la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, de la cual Amnistía Internacional y Sant’Egidio son miembros fundadores y en la que se agrupan más de 60 organizaciones, colegios de abogados, sindicatos y autoridades locales y regionales de todo el mundo.

Este año participarán en la iniciativa miles de ciudades y municipios de todo el mundo, desde Roma a Buenos Aires, entre otras. En España, son más de 80 las ciudades inscritas a esta iniciativa. Albacete, Barcelona, Bilbao, Burgos, Castelló, León, Málaga, Oviedo, Palma de Mallorca, San Sebastián, Valencia o Vitoria, entre otras, llevan a cabo actos, como por ejemplo, la iluminación de edificios emblemáticos con sus respectivos ayuntamientos, así como jornadas en escuelas y universidades.

Con motivo de la celebración de este día, Sant’Egidio ha invitado a España a Delia Pérez Meyer, cuyo hermano Louis Castro lleva más de 20 años en el corredor de la muerte en Texas. Delia explicará su testimonio en universidades y colegios de Madrid y Barcelona, llegando así a miles de jóvenes, en unas jornadas de reflexión y sensibilización sobre la pena capital. “Precisamente ahora que el mundo está sufriendo el impacto de la guerra en Ucrania, queremos continuar apostando por una sociedad que defienda los derechos humanos y la vida de toda persona, sin renunciar por ello a la justicia. Luchar contra la pena capital es luchar por un mundo más pacífico y más humano, lanza un potente mensaje contra todas las violencias que buscan una legitimación, es una respuesta a todas las muertes violentas restituye la voz de las víctimas”, declararon responsables de la organización.

Por su parte, Amnistía Internacional, como ya hizo el pasado 10 de octubre, Día Mundial Contra la Pena de Muerte, ha aprovechado la ocasión para recordar la relación entre el uso de la pena de muerte y la tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, por ejemplo, en los casos en los que la pena de muerte se ha impuesto tras un juicio injusto en el que se han utilizado pruebas obtenidas mediante tortura u otros malos tratos.

Además, la organización de derechos humanos destaca como el uso de la pena de muerte se ha intensificado en países como Irán o Arabia Saudí. En el caso de Irán, en las últimas semanas se ha dado un escalofriante uso de la pena de muerte para sofocar aún más brutalmente el levantamiento popular que lleva agitando el país desde septiembre. Desde el 13 de noviembre, las autoridades, en distintas declaraciones, han anunciado que los Tribunales Revolucionarios de Teherán han condenado a muerte a cinco personas. Al menos otras 12 personas, entre ellas una mujer, se enfrentan también a cargos punibles con la muerte en relación con las protestas. Según la organización de derechos humanos, “las autoridades iraníes están utilizando la amenaza de las condenas a muerte como una forma de intimidación y de castigo para sofocar las protestas y disuadir a la población de unirse a ellas”.

Por su parte, Arabia Saudí ejecutó el pasado 10 de noviembre a dos personas de nacionalidad pakistaní por delitos de drogas, las primeras ejecuciones de este tipo desde que la Comisión de Derechos Humanos del país anunció la suspensión del uso de la pena de muerte por delitos de drogas en enero de 2021. Desde comienzos de 2022, las autoridades saudíes han llevado a cabo 128 ejecuciones.

La pena de muerte en el mundo

A pesar de la regresión en países como Irán o Arabia Saudí, el total de ejecuciones de 2021 representa la segunda cifra más baja que ha registrado Amnistía Internacional desde al menos 2010, lo que confirma que las ejecuciones son propias de tan solo una minoría de países. En 2021, Amnistía Internacional registró 579 ejecuciones repartidas en 18 países, lo que supuso un incremento del 20% respecto a las 483 ejecuciones registradas en 2020. Esta cifra representa el segundo número de ejecuciones más bajo registrado por Amnistía Internacional al menos desde 2010. La mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán, Egipto, Arabia Saudí y Siria, por ese orden.

Al concluir 2021 se tenía constancia de al menos 28.670 personas condenadas a muerte. Nueve países concentraban el 82% del total conocido: Irak, Pakistán, Nigeria, Estados Unidos, Bangladesh, Malasia, Vietnam, Argelia y Sri Lanka.

Actualmente, más de dos tercios de los países del mundo han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. En 108 países, (la mayoría de los países del mundo) se ha abolido la pena capital en la ley para todos los delitos, y 144 países la han abolido en la ley o en la práctica. En 55 países aún se conserva la pena de muerte.

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