Londres.- Amnistía Internacional expresa su gran preocupación por el desprecio sistemático que muestran las autoridades rusas hacia los derechos humanos fundamentales en vísperas de las elecciones parlamentarias del país, cuya celebración está prevista el 2 de diciembre de 2007.
En los últimos meses, la organización ha tenido conocimiento de numerosos intentos de las autoridades de la Federación Rusa de interferir en el derecho a la libertad de reunión, de asociación y de expresión de los partidarios de la oposición política, así como de activistas de derechos humanos y periodistas.
El 24 de noviembre, el dirigente de la oposición Garry Kasparov, fue detenido y condenado a cinco días de detención administrativa, presuntamente por haber encabezado una manifestación no autorizada y resistirse a ser detenido por la policía. Sin embargo, varios testigos han declarado a Amnistía Internacional que habían oído conversaciones entre la policía que indicaban que tenían intención de detener a Kasparov antes de la marcha. Amnistía Internacional considera a Kasparov preso de conciencia y pide su libertad inmediata.
"Con actos que van desde la detención sin mediar provocación del dirigente de la oposición Garry Kasparov y su encarcelamiento, hasta las palizas propinadas a periodistas y defensores de derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, las autoridades rusas han creado un clima en el que es difícil, cuando no directamente imposible, expresar opiniones disidentes e informar de ellas", ha declarado Nicola Duckworth, director del Programa de Europa y Asia Central de Amnistía Internacional.
Los días 24 y 25 de noviembre, la policía detuvo a decenas de personas antes, durante y después de "marchas de disidencia" celebradas en varias ciudades rusas, propinándoles golpes y puntapiés durante la detención. El 25 de noviembre, en San Petersburgo, la defensora de derechos humanos Ella Poliakova, directora de Madres de Soldados de San Petersburgo, fue detenida junto con varias personas más, situación en la que permaneció12 horas, después de asistir a una conferencia de prensa del partido de oposición Yabloko.
A Amnistía Internacional le preocupan varias violaciones del derecho a un juicio justo que han afectado a algunos de los detenidos durante las marchas. En las vistas judiciales no se respetaron las normas internacionales sobre imparcialidad procesal: los jueces se negaron a escuchar las pruebas presentadas por los acusados, y a algunos de éstos, como a Garry Kasparov, se les impidió ver a sus abogados antes y después de las vistas. Muchas personas estuvieron detenidas más de tres horas, periodo máximo autorizado en estas circunstancias. Además, según los informes, la policía dio una paliza a una persona y después, cuando compareció ante un tribunal de Moscú, le negó la asistencia médica necesaria.
"La obligación del Estado de salvaguardar el orden público y proteger los derechos y libertades de las personas a las que podrían afectar los actos públicos no sirve de justificación para el uso excesivo de la fuerza contra manifestantes pacíficos, ni puede utilizarse como excusa cuando se reprime la disidencia", declaró Nicola Duckworth.
A Amnistía Internacional le preocupa también el atentado con resultado de muerte cometido contra Farid Babaev, destacado activista político implicado en la labor por los derechos humanos. Babaev era el primer candidato de la lista del partido Yabloko para las elecciones a la cámara baja del Parlamento ruso por la república meridional rusa de Daguestán. La noche del 22 de noviembre, unas personas no identificadas dispararon contra él causándole heridas mortales frente a su apartamento, en Makhachkala, capital de Daguestán. Dos días después, Babaev murió en el hospital. Familiares y activistas de derechos humanos han citado las abiertas opiniones políticas de Babaev como motivación para su asesinato. Por su parte, según los informes, las autoridades han negado que el asesinato tuviera motivación política alguna.
Amnistía Internacional reitera asimismo su preocupación por el secuestro y los malos tratos de que fueron objeto Oleg Orlov, director del Centro Ruso de Derechos Humanos Memorial, y tres periodistas de la emisora rusa de televisión REN TV. La noche del 23 al 24 de noviembre, un grupo de hombres armados y enmascarados, vestidos con trajes de camuflaje, secuestraron a los cuatro hombres de un hotel de Nazran (República de Ingushetia), los llevaron a las afueras de la ciudad y los abandonaron en un campo, después de golpearlos y de amenazarles con dispararles.
"El silenciamiento de los medios de comunicación y de los defensores de derechos humanos, el hostigamiento y los malos tratos de quienes denuncian las violaciones de estos derechos y de quienes expresan su disidencia son inaceptables y no tienen excusa, ni en época de elecciones ni en los periodos de mayor preocupación por la seguridad", afirmó Nicola Duckworth.
Amnistía Internacional hace público hoy un documento sobre defensores de derechos humanos en el norte del Cáucaso, en el que pide a las autoridades rusas que respeten la legítima labor de defensores de derechos humanos, abogados y periodistas, y que se abstengan de cometer ningún intento ilegítimo de injerirse en su labor.