Los grupos armados muestran un desprecio absoluto por los principios básicos de humanidad

Londres.- Los grupos armados que se oponen a la fuerza multinacional dirigida por Estados Unidos y al gobierno de Irak muestran un desprecio absoluto por la vida de los civiles iraquíes y otras personas al continuar con una práctica sistemática de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, según afirma Amnistía Internacional en un informe publicado el 25 de julio de 2005. Al final de uno de los peores meses desde el comienzo de la guerra en Irak en marzo de 2003, en que los grupos armados han causado la muerte de un número elevadísimo de personas, Amnistía Internacional denuncia que los grupos armados no respetan siquiera los principios elementales del derecho humanitario, y afirma que no existe justificación válida para el homicidio deliberado de civiles, la toma de rehenes o la tortura y el homicidio de presos indefensos. "Quienes cometen u ordenan cometer tales atrocidades se apartan radicalmente de toda conducta aceptable –ha manifestado Amnistía Internacional–. No hay honor ni heroísmo en hacer saltar por los aires a personas que iban a rezar, ni tampoco en asesinar a un rehén aterrorizado. Quienes perpetran tales actos no son sino criminales, y con ellos no hacen sino menoscabar cualquier reclamación que pretendan en favor de una causa legítima." En este nuevo informe, titulado A sangre fría: Abusos cometidos por grupos armados, Amnistía Internacional reconoce que muchos iraquíes se oponen a la continuación de la presencia de fuerzas estadounidenses y aliadas en su país, y que estas fuerzas han cometido graves violaciones de derechos humanos, que incluyen homicidios de civiles y torturas a presos. "Pero los abusos cometidos por un bando nunca pueden justificar los abusos del otro –señala Amnistía Internacional–. Sobre todo si las principales víctimas son hombres, mujeres y niños iraquíes normales y corrientes que intentan salir adelante pacíficamente. Todas las partes del conflicto presente tienen la obligación fundamental de respetar los derechos de la población civil o de las personas consideradas indefensas. A quienes incumplen esta obligación, sean del bando que sean, se les debe frenar y exigir responsabilidades." En su informe, Amnistía Internacional cita a un ministro del gobierno iraquí que el pasado mes de abril aseguró que 6.000 civiles habían muerto y otros 16.000 habían resultado heridos en atentados cometidos por grupos armados a lo largo de los 24 meses transcurridos hasta marzo de 2005. Pero los atentados son tan frecuentes y la situación de inseguridad tan grave que es imposible calcular con un mínimo de seguridad el número real de víctimas entre la población civil, por no hablar de las inevitables consecuencias a largo plazo para tantos iraquíes. El informe describe con detalle los abusos cometidos en los dos últimos años por los grupos armados en Irak: - Atentados directos contra civiles destinados a causar el mayor número posible de víctimas civiles. - Ataques indiscriminados con resultado de muerte de civiles, niños y ancianos incluidos. - Atentados selectivos contra las sedes de las Naciones Unidas, el Comité Internacional de la Cruz Roja y otras organizaciones humanitarias. - Toma de rehenes, secuestros, torturas y homicidios. - Ataques contra mujeres y niñas, incluidos ataques directos o indiscriminados contra mujeres activistas. - Homicidios de policías y militares capturados, decenas de ellos cometidos cuando éstos se encontraban indefensos después de haber sido desarmados. "Pedimos a los grupos armados que pongan fin de inmediato a todos los atentados contra civiles y a los restantes abusos –ha manifestado Amnistía Internacional–. Como a las demás partes del conflicto en Irak, les instamos a que apliquen estrictamente el derecho internacional en todas sus acciones y a que respondan de ellas." Amnistía Internacional ha pedido también a destacados dirigentes religiosos y otras personas influyentes en Irak y en el ámbito internacional que se pronuncien contra lo indefendible y afirmen rotundamente que ninguna circunstancia puede autorizar o justificar la comisión de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. "Esperamos de todo corazón que, al pronunciarse en público o por medios más discretos, estos dirigentes contribuyan a cambiar las cosas –afirma Amnistía Internacional–. Si no lo consiguen, y nosotros tampoco, la población civil iraquí será la primera en pagar la mayor parte del terrible precio."