Impartir justicia en respuesta al atentado mortal contra la policía en Kashgar

En respuesta a las informaciones que indican que un ataque contra una comisaría de policía en la ciudad de Kashgar, Región Autónoma Uigur del Sin-kiang, ha causado la muerte de 16 agentes de policía, Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades chinas que se aseguren de que llevan a cabo una investigación completa, inmediata e imparcial de este incidente. Las autoridades chinas tienen derecho a proteger la vida y la seguridad de sus funcionarios encargados de hacer cumplir la ley. Sin embargo, no deben utilizarse ataques como el perpetrado en Kashgar para justificar la promoción o aplicación de medidas de seguridad represivas o abusivas. Con el fin de garantizar el respeto del Estado de derecho y la protección de los derechos humanos, a toda persona detenida se le debe ofrecer el proceso debido de conformidad con el derecho internacional. Se le debe permitir el acceso sin demora a sus familiares, así como a abogados y médicos. Todo juicio debe celebrarse en audiencia pública. Los medios de comunicación de China han informado de que hacia las 8 de la mañana de hoy, 4 de agosto de 2008, dos hombres embistieron con un camión a un grupo de agentes de policía que hacían ejercicio en el exterior de la sede de su división en Kashgar (en chino, Kashi). Catorce agentes perdieron la vida en el acto y otros dos murieron cuando eran trasladados al hospital. Según los informes, los atacantes arrojaron después granadas de fabricación casera contra el cuartel de la policía y apuñalaron a otros agentes con cuchillos. De acuerdo con los medios de comunicación estatales, los dos atacantes fueron detenidos más tarde. Hasta el momento no se conoce con certeza su identidad y ningún grupo concreto ha reivindicado la autoría del atentado. La policía local ha afirmado que sospechaba que el incidente fue un ataque terrorista y que un grupo llamado Movimiento Islámico del Turquestán Oriental planeaba tales ataques en la semana previa a los Juegos Olímpicos de Pekín. Amnistía Internacional no puede verificar de forma independiente estas afirmaciones.