La decisión de un tribunal de Sudán de condenar a una mujer cristiana sudanesa en avanzado estado de gestación a muerte por ahorcamiento por “apostasía” y a flagelación por “adulterio” es realmente abominable, ha afirmado Amnistía Internacional hoy jueves.
Meriam Yehya Ibrahim está embarazada de ocho meses y actualmente se encuentra recluida junto con su hijo de 20 meses. La condena a muerte se dictó esta mañana tras negarse a abjurar de su religión.
“El hecho de que una mujer haya sido condenada a muerte por su elección religiosa y a flagelación por estar casada con un hombre de una religión presuntamente diferente es atroz y abominable. El adulterio y la apostasía son actos que no deben considerarse delitos en modo alguno. Es una vulneración flagrante del derecho internacional de los derechos humanos”, ha afirmado Manar Idriss, investigador de Amnistía Internacional sobre Sudán.
“Amnistía Internacional considera que Meriam es una presa de conciencia, condenada únicamente por sus creencias religiosas y su identidad, y debe ser puesta en libertad de inmediato y sin condiciones. El derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, que incluye la libertad de tener creencias, es profundo y de largo alcance; abarca la libertad de pensamiento sobre todas las cuestiones, las convicciones personales y el compromiso con la religión o las creencias.”
Amnistía Internacional ha lanzado una ciberacción dirigida al Ministro de Justicia de Sudán, Mohamed Bushara Dousa, para pedir que sea liberada de inmediato. La criminalización del adulterio viola los derechos a la libertad de expresión y de asociación, y su aplicación discrimina invariablemente a las mujeres. La pena de flagelación y el uso de la pena de muerte violan la prohibición absoluta de infligir tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes contenida en el derecho internacional de los derechos humanos. Amnistía Internacional se opone al uso de ambos en todos los casos sin excepción. También se opone a que la “apostasía” sea considerada un crimen porque es incompatible con el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión.
Actualización:
¡Buenas noticias! (28 de julio de 2014)
Meriam Yehya Ibrahim fue liberadael lunes 23 de junio. El tribunal de apelación la encontró no culpable de los cargos contra ella. Desde entonces y hasta el pasado 24 de julio, fecha en la que viajó a Italia, estuvo viviendo junto a su familia en la embajada de Estados Unidos en Jartum. La liberación de Meriam Yehya Ibrahim, una mujer sudanesa cristiana condenada a muerte por "apostasía" y a flagelación por “adulterio”, es un paso hacia deshacer la injusticia horrible cometida contra ella. Ella nunca debió ser procesada porque ni casarse con un hombre no musulmán ni renunciar al islam debería ser considerado un delito. Además el tratamiento aberrante que recibió durante su encarcelamiento, que incluyó dar a luz encadenada, viola el derecho internacional de los derechos humanos contra los malos tratos. Gracias por ser una de las más de un millón de personas que se movilizaron a través de Amnistía Internacional pidiendo su liberación inmediata e incondicional. Nuestras cartas han mostrado a las autoridades sudanesas que gente de todo el mundo estaba indignada por la terrible experiencia de Meriam. Esta acción ha finalizado. Amnistía Internacional seguirá instando a las autoridades sudanesas a que deroguen las disposiciones que penalizan los actos de apostasía y adulterio para que nadie más en Sudán tenga que soportar el calvario de Meriam. También trabajaremos para que se establezca una moratoria de las ejecuciones como primer paso hacia la abolición de la pena de muerte.