Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo
Un manifestante sostiene una pancarta que dice "¿Que tu mentalidad no condicione mi libertad!"

Manifestantes toman las calles de Pamplona con motivo de la celebración del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial. - © Elsa A Bravo SOPA Images/SIPA

Blog

Ante el racismo urge alzar la voz por una sociedad acogedora

Carlos Escaño, Responsable de Campañas temáticas de Derechos Humanos en España,

Llevábamos un tiempo preguntándonos si España es racista cuando lo que nos tendríamos que preguntar es cómo podemos hacer frente al problema del racismo. Las agresiones que han tenido lugar en la ciudad murciana de Torre Pacheco, tras el llamamiento a través de redes sociales para atacar a la población migrante que vive en esa localidad, es una muestra del preocupante problema que tenemos con el racismo.

También hay luces que merece la pena mirar en este contexto tan oscuro, como fue la rápida y masiva respuesta de la ciudadanía burgalesa en apoyo a las organizaciones que trabajan con las personas migrantes a las que el equipo de gobierno del Ayuntamiento pretendía retirar su apoyo económico en noviembre del año pasado. De igual modo ya se están convocando concentraciones como la de Badajoz por una ciudad de acogida, donde manifiestan que “frente a quienes construyen muros, nosotras y nosotros tejemos redes. Frente al odio, respondemos con convivencia. Frente al miedo, reafirmamos nuestro compromiso con los derechos humanos.”

Igualmente se han producido otras reacciones desde colectivos por los derechos de las personas migrantes por ejemplo la Caravana Abriendo Fronteras manifestando que no van a quedar en silencio ante el odio y la violencia. Sin olvidad la enorme labor de denuncia y concienciación de colectivos racializados como Sos Racismo o Afroféminas.  

Los discursos racistas, xenófobos y de odio pretenden desviar la atención de las causas reales de los problemas de la población y señalar a grupos de personas como chivos expiatorios, como los culpables, retorciendo la realidad y basando las afirmaciones en bulos. Quienes fomentan así el racismo lo hacen con motivos perversos e interesados.

Tenemos un problema con el racismo estructural e institucional, con el racismo en las expresiones de las autoridades, en los medios, en las redes sociales, y en nosotras mismas cuando toleramos el racismo hacia otras personas. Llevamos años viendo cómo proliferan los bulos racistas, una narrativa que ataca a personas racializadas y las culpabiliza de determinados problemas sociales para distraer la atención de sus verdaderas causas, por tanto, de sus verdaderas soluciones.

Una joven negra sostiene un cartel que dice "No sobran inmigrantes, sobran racistas"

Manifestantes toman las calles de Pamplona con motivo de la celebración del Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial. - © Elsa A Bravo SOPA Images/SIPA

La discriminación por motivos de origen racial y étnico está prohibida en el marco normativo español y europeo, y las autoridades son las responsables de respetar esta prohibición, proteger a las personas contra ella y hacer realidad una sociedad libre de racismo. Pero sólo admitiendo que en España hay racismo y xenofobia –comenzando por el reconocimiento por parte de las autoridades de racismo institucional, y siguiendo por la escucha activa a las personas que sufren discriminación por su origen étnico, por sus convicciones religiosas o por su origen nacional, que ven mermado el ejercicio de sus derechos y su dignidad por ser percibidos como diferentes–, se demostrará si hay verdadera voluntad política para realizar una revisión profunda de la legislación, las políticas y las prácticas que comprometen el mandato de la prohibición absoluta de discriminación y dejan a miles de personas racializadas que viven en España desprotegidas ante continuas violaciones de derechos humanos motivados por el odio y la discriminación.

En España se deben revisar e implantar leyes, políticas y prácticas que fomenten la igualdad sustantiva y la participación pública de quienes de otro modo son objeto de formas de discriminación múltiples e interrelacionadas, se deben desmantelar los sistemas de opresión y promover la justicia las personas que históricamente se han visto afectadas.

El racismo es un problema real, y persigue unos objetivos crueles e inhumanos. Hay que reconocer el problema y luego tomar medidas para hacer frente a un problema que genera mucho sufrimiento a una buena parte de la población en España y que también nos hace un gran daño como sociedad en general porque nos deshumaniza. Y la deshumanización es un grave problema porque ésto sustenta las políticas de desigualdad, desviando la atención de las causas reales de la desigualdad que nos afectan a todos y todas.

Frente a ello se presentan como una luz en tiempos oscuros las reacciones desde la sociedad civil, de colectivos de acogida, migrantes y racializados y de la ciudadanía que alza la voz desde su compromiso con los derechos humanos, reclamando que prevalezca la convivencia y el respeto a la dignidad de todas las personas. 

Contigo somos independientes

Amnistía Internacional lo forman personas que defienden una humanidad justa y libre alrededor del mundo. Personas como tú, que creen en nuestro trabajo. Por eso, si tú también defiendes los derechos humanos, te necesitamos para seguir siendo independientes. Puedes hacerlo desde aquí en menos de un minuto, con cuotas a partir de 4 € al mes.

Nos mantenemos firmes con nuestros principios: no aceptamos ni una sola subvención de ningún gobierno, ni donaciones de partidos políticos.

Haz posible nuestra independencia.