“Creo que el sistema debería cambiar. Los niños y niñas romaníes y blancos deberían estar juntos. Los niños y niñas romaníes no deberían ser tratados como prisioneros”, Jakub, romaní de 16 años, que acabó la escuela primaria en un aula especial, Plavecký Štvrtok, Eslovaquia, abril de 2010. Desde el año 2007, Amnistía Internacional viene haciendo campaña contra la educación segregada de los niños y niñas romaníes en Eslovaquia, por lo que acoge con agrado el compromiso del gobierno eslovaco de adoptar medidas para evitar que los niños y niñas romaníes sean ubicados en escuelas especiales y en clases delineadas para estudiantes con "pequeñas discapacidades mentales" o en escuelas convencionales segregadas en función del origen étnico y en clases que ofrecen una educación inferior. La organización continuará siguiendo de cerca los esfuerzos del gobierno ante el compromiso que ha manifestado y seguirá haciendo campaña para lograr medidas concretas que garanticen que los niños y niñas romaníes del país pueden disfrutar de su derecho a una educación sin discriminación.
