Los miembros de las           fuerzas           armadas y la policía sospechosos de responsabilidad penal de haber cometido           graves violaciones           de derechos humanos podrían eludir la acción de la justicia           gracias a la           reforma constitucional prevista en Colombia, ha manifestado           Amnistía Internacional           hoy.         
         
         Los cambios, que           están actualmente           en el Senado y se espera que adquieran carácter de ley en           breve, reforzarán           el sistema de justicia militar del país, que ha garantizado en           el pasado           la casi total impunidad de los miembros de las fuerzas armas y           la policía.         
         
         Las Naciones Unidas y           la Organización           de los Estados Americanos llevan años pidiendo a las           autoridades colombianas           que pongan fin a la jurisdicción del sistema de justicia           militar en los           casos relacionados con violaciones de derechos humanos.         
         
         “La aprobación de           esta reforma           constitucional va en contra de las obligaciones           internacionales contraídas           por Colombia
 en materia de derechos humanos y entraña el           riesgo de consolidar           todavía más la impunidad de las fuerzas armadas y la policía",           ha           manifestado Susan Lee, directora del Programa de Amnistía           Internacional           para América.         
         
         “Las víctimas de           violaciones           de derechos humanos a manos de las fuerzas armadas y la           policía colombianas           tienen todo el derecho a ver que se haga justicia en el           sistema judicial           civil mediante procedimientos que cumplan las normas           internacionales sobre           juicios justos.”         
         
         Tanto la Comisión           Interamericana           de Derechos Humanos como la Oficina en Colombia del Alto           Comisionado de           las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, así como casi           una decena           de expertos en derechos humanos de la ONU, han criticado           recientemente           la propuesta de reforma.         
         
         La Corte           Constitucional de           Colombia ha explicado también claramente que las violaciones           graves de           derechos humanos no deben ser competencia de los tribunales           militares.           En un fallo de 1997, determinó que este tipo de delitos están           totalmente           fuera de la jurisdicción militar.         
         
         La justicia             militar existente
           En muchos casos, las fuerzas armadas de Colombia ejercen ya           control sobre           las fases iniciales de la investigación criminal, y es           habitual que manipulen           la escena del delito para hacer que las violaciones de           derechos humanos           parezcan homicidios en acto de combate.         
         
         Pero la reforma           constitucional           propuesta aumentará aún más este control, al crear un Tribunal           de Garantías           Penales encargado de decidir la jurisdicción de los casos.         
         
         Aunque habrá en él           representantes           civiles y militares, este tribunal constituye una amenaza para           el sistema           de justicia civil, al reforzar la función directa que           desempeñan ya las           fuerzas armadas desde el primer momento a la hora de definir           la naturaleza           del delito y decidir la jurisdicción del caso.         
         
         Excepciones             limitadas
           El proyecto de reforma parece excluir de la revisión militar           algunas de           las más graves violaciones de derechos humanos, como la           desaparición forzada,           la ejecución extrajudicial, la violencia sexual, los crímenes           de lesa humanidad           (no tipificados como delito en la legislación colombiana) y el           genocidio.         
         
         Sin embargo, dado el           control           que siguen ejerciendo las fuerzas armadas sobre las primeras           etapas de           la investigación criminal, hasta que se lleve el asunto al           Tribunal de           Garantías Penales y durante su tramitación en él, tendrán aún           más poder           para influir en los resultados de tales casos. En virtud de la           reforma,           a las fuerzas armadas les resultará más fácil definir las           violaciones de           derechos humanos como actos legítimos de situación de           conflicto, tales           como            muerteshttp://www.amnesty.org/es/for-media/press-releases/colombia-reforma-fomenta-impunidad-militares-policia-2012-12-06 en           combate, para que queden así sujetas a la jurisdicción           militar.         
         
         Con arreglo a una           disposición           aún más preocupante de la reforma, los crímenes de guerra, que           pueden incluir           desaparición forzada, tortura y violación y otros           actos de violencia           sexual, estarán todavía sujetos a revisión en el sistema de           justicia militar.         
         
         Los tribunales           militares continuarán,           asimismo, procesando casos de colaboración y colusión con           grupos paramilitares,           los cuales han sido parte integrante de la estrategia de           contrainsurgencia           de las fuerzas armadas colombianas.         
         
         A pesar de la           supuesta desmovilización           llevada a cabo con el ex presidente Álvaro Uribe, los           paramilitares continúan           activos en algunas partes de Colombia, en colusión con las           fuerzas armadas           y con su apoyo, a menudo cometiendo violaciones de derechos           humanos, que           incluyen el empleo de tácticas de "guerra sucia".         
         
         “La aprobación de           esta reforma           será un indicativo claro de la falta de compromiso del           gobierno con los           derechos humanos en un contexto en que las fuerzas armadas y           la policía           continúan cometiendo graves violaciones de derechos humanos           directamente           o en coordinación con los paramilitares”, ha afirmado Lee.         
         
         “Cuando se mata o           hiere a           civiles en operaciones militares, las víctimas y sus           familiares están en           todo su derecho a pedir justicia, verdad y reparación.”         
         
         Amnistía           Internacional reitera           su llamamiento a los países que prestan apoyo militar a           Colombia para que           pidan un compromiso claro del gobierno colombianos con la           aplicación plena           de las reiteradas recomendaciones formuladas por la ONU en           materia de derechos           humanos, entre ellas la exclusión de todos los casos           relacionados con violaciones           de derechos humanos de la competencia de los tribunales           militares. Sin           tal compromiso no hay garantías de que el apoyo militar           exterior no contribuya           a que se cometan más violaciones de derechos humanos en el           país.         
