El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha declarado hoy: “No hemos respondido a los puños con los puños. Desde ahora, nuestras fuerzas de seguridad responderán de otra manera”.
También ha advertido de que las fuerzas de seguridad del país terminarán, en las próximas 24 horas, con las manifestaciones que llevan sacudiendo el país desde hace dos semanas.
Andrew Gardner, investigador de Amnistía Internacional sobre Turquía, que se encuentra en estos momentos en Estambul, ha respondido:
“Las indignantes declaraciones del primer ministro Erdogan no son más que una provocación, que sólo traerá consigo más violencia y más manifestantes heridos, especialmente ante las nuevas manifestaciones previstas para esta tarde en la plaza de Taksim y en otros lugares”.
“Ya es hora de que la comunidad internacional, y en particular los países de la UE, intervenga para instar al gobierno turco a entablar un diálogo constructivo con los manifestantes, con el fin de rebajar la intensidad de la situación y poner fin a los atroces niveles de violencia que hemos presenciado en las dos últimas semanas.”