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Una Dama de Blanco cubana habla sobre la represión policial

Londres.- Laura Pollán es una de las Damas de Blanco que se ha manifestado en La Habana pidiendo la liberación de familiares encarcelados por criticar al gobierno cubano.

Su esposo, Héctor Fernando Maseda Gutiérrez, de 67 años, es ingeniero y periodista independiente y una de las 75 personas detenidas durante una ofensiva de represión por parte de las autoridades en marzo de 2003.

Lo condenaron a 20 años de prisión tras declararlo culpable en virtud de unas leyes que Amnistía Internacional considera tan imprecisas que en la actualidad se interpretan de forma que violan derechos humanos fundamentales.

Laura habló con Amnistía Internacional sobre el maltrato al que fue sometida cuando la detuvo la policía durante una manifestación en La Habana la semana pasada y sobre su trabajo en favor de los presos de conciencia -uno de los cuales murió a principios de este mes tras una huelga de hambre- en Cuba.

Comenzó describiendo una protesta de las Damas de Blanco que tuvo lugar el jueves 17 de marzo.

"Fuimos al municipio de Arroyo Naranjo a la iglesia de Santa Bárbara. Decidimos que iríamos a Arroyo Naranjo porque teníamos allí a Miguel Valdés Tamayo que falleció, y le pusimos una misa al igual que a Orlando Tamayo Zapata [que murió tras una huelga de hambre], los dos prisioneros de conciencia fallecidos.

También queríamos ir a la casa de Orlando Fundora que se encontraba en huelga de hambre, que la había depuesto pero para interesarnos por su salud. Su casa quedaba a siete u ocho cuadras de la iglesia. Ahí fue cuando [las fuerzas de seguridad] nos agredieron.

Íbamos caminando, como siempre hacemos, con un gladiolo, cuando ellos [simpatizantes del gobierno] nos gritaban cualquier cosa. Nosotras lo único que hacíamos era responder '¡libertad!'.

Tengo muchos arañazos y golpes en el cuerpo porque nos hicieron montar en unos ómnibus, los de la seguridad del Estado. Aun en estos momentos tengo una lesión en el dedo pulgar.

Dentro del ómnibus nos llevaron por varios lugares. La gente miraba.

Llevábamos lápices y gladiolos que repartimos siempre en nuestras caminatas. Lápices que decían derechos humanos, que decían ‘Damas de Blanco’. Cuando íbamos en el ómnibus yo tiraba lápices y gladiolos [por la ventana]. No los podían coger cuando los veían pero yo estoy convencida que más tarde, por la curiosidad, los iban a recoger y así sabrían que los que lo habíamos tirado éramos las defensoras de los derechos humanos, las Damas de Blanco.

Cuando llegamos a casa estaba lleno de personas. Habían colocado patrullas para cortar el tránsito. Había muchas personas mirando.

Una señora decía: "Pero si ellas no hacen nada, lo único que quieren es la libertad de sus esposos, ¿por qué les hacen eso?".

Ellos [las fuerzas de seguridad] pueden hacer cualquier cosa. El pueblo tiene temor de sumarse [a las manifestaciones].

Estamos muy agotadas. Mientras nuestros familiares estén presos tenemos las Damas de Blanco que tener fuerza para poder pedir su liberad y sacarlos de esas cárceles donde nunca debieron estar.

Tengo una invitación a Holanda, a un festival de cine, pero sabemos que no me van a dejar viajar, que no me van a dar el permiso de salida.

Me dijeron que tenía que ir al Ministerio de Educación para que el ministro de Educación Superior me autorice a viajar. Que si él me da ese permiso, luego lo vería inmigración. Es totalmente ilógico. Yo tengo 62 años.

Hace más de cinco que no trabajo [de maestra]. ¿Entonces por qué el Ministro de Educación Superior me tiene que autorizar para que después se autorice inmigración? Es para que no parezca que son ellos los que no me permiten viajar. El Ministerio [de Educación] tiene mi expediente esperando autorización desde noviembre de 2005.

Pienso que ya es demasiado tiempo, siete años, para que los tengan encarcelados [a los presos de conciencia] sencillamente por querer expresar sus pensamientos, por el libre movimiento, la libre asociación. Ellos no son terroristas. Sólo defienden los derechos humanos y quieren un futuro mejor para Cuba, un futuro de paz y democracia."

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