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Pastor cristiano iraní acusado de “apostasía” debe ser liberado

La comunidad cristiana iraní está siendo objeto de persecuciones cada vez mayores desde las polémicas elecciones de 2009. © AP GraphicsBank
Amnistía Internacional ha pedido a las autoridades iraníes que liberen a un pastor cristiano que podría ser ejecutado por “apostasía” al negarse a renunciar a su religión.

El juicio de Yousef Nadarkhani terminó ayer, y ahora se enfrenta a una posible condena de muerte si finalmente es declarado culpable, a pesar de que la “apostasía” no aparece tipificada como delito en el derecho iraní.

Su abogado contó a Amnistía Internacional que esperan recibir la resolución en el plazo de una semana. Nadarkhani tendría derecho a recurrir cualquier declaración de culpabilidad y condena ante el Tribunal Supremo.

"Es increíble que las autoridades iraníes puedan siquiera plantearse matar a un hombre simplemente por ejercer su derecho a elegir una religión diferente al islam”, ha expresado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

El Tribunal Supremo de Irán, en un fallo anterior sobre el caso de Yousef Nadarkhani, dictaminó que los edictos religiosos (fetuas) de clérigos podrían utilizarse como argumento en una declaración de culpabilidad, a pesar de que el derecho iraní no se pronuncia sobre la “apostasía”.

El abogado de Nadarkhani presentó tres edictos de clérigos para la defensa de su cliente. Los dos que pudo ver Amnistía Internacional plantean dudas incluso sobre la validez religiosa de la idea de que alguien pueda ser ejecutado por querer cambiar su fe.

"Yousef Nadarkhani está recluido únicamente por sus creencias religiosas. Es un preso de conciencia y debe ser puesto en libertad de forma inmediata e incondicional”, ha dicho Hassiba Hadj Sahraoui.

Nadarkhani nació en el seno de una familia musulmana en la ciudad iraní de Rasht, al norte del país, y fue detenido el 13 de octubre de 2009.

Se convirtió al cristianismo a la edad de 19 años y se hizo miembro de la iglesia “Sólo Jesús”, antes de ser ordenado pastor en Rasht. Él afirma que nunca ha practicado la religión musulmana.

Su detención podría estar relacionada con el hecho de que Nadarkhani protestó contra las clases obligatorias de islam en el colegio de su hijo.

Yousef Nadarkhani se negó a abjurar de sus creencias durante el juicio, que ha durado cuatro días y se ha celebrado esta semana, y, según informes, dijo al juez: “Me mantengo firme en mi fe y mi cristianismo, y no voy a abjurar”.

La sesión del miércoles fue la última oportunidad que tuvo Yousef Nadarkhani de renunciar a su fe cristiana y evitar así la posibilidad de ser ejecutado.

El abogado del pastor, Mohammad Ali Dadkhah, espera que el tribunal absuelva a Yousef Nadarkhani de los cargos. El propio Mohammad Ali Dadkhah, un destacado abogado, se enfrenta a una condena de nueve años de prisión y a una sanción por sus actividades en defensa de los derechos humanos.

"Yousef Nadarkhani es uno de los muchos abogados, estudiantes, activistas de derechos humanos, manifestantes, disidentes y miembros de minorías étnicas y religiosas que están perseguidos por las autoridades iraníes por expresar opiniones o creencias contrarias a la postura oficial del régimen”, ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui.

"La libertad de expresión y de culto están garantizadas en los tratados internacionales de derechos humanos ratificados por Irán. Todos los presos de conciencia recluidos por sus creencias, incluidas las personas pertenecientes a las comunidades cristianas, bahaíes y derviches, deben ser puestos en libertad.”

La comunidad cristiana iraní está siendo objeto de persecuciones cada vez mayores desde las polémicas elecciones presidenciales de 2009. Los altos cargos del gobierno, incluido el líder supremo, han manifestado en repetidas ocasiones la necesidad de combatir las “creencias falsas”, que, según se cree, hacen referencia al cristianismo evangélico, al bahaísmo y al sufismo.

Según informes, Farshid Fathi, un cristiano de 33 años, permanece bajo custodia en la cárcel de Evin, en Teherán, desde que fue detenido en su vivienda por la policía en septiembre de 2010. Al parecer, en este tiempo Farshid Fathi no ha sido sometido a juicio ni se lo ha acusado de ningún delito, y tampoco ha tenido acceso a representación letrada.

Este mismo mes, un tribunal de apelación confirmó la condena de un año de cárcel impuesta a seis miembros de la Iglesia en Irán. Habían sido declarados culpables en abril de 2011 por “propaganda contra el Estado”, según informes, por proselitismo.

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