- Poner en libertad inmediata e incondicional a todos los presos de conciencia, incluidos familiares, recluidos en todos los campos penitenciarios para presos políticos. Poner en libertad a todas las demás personas recluidas salvo que se las acuse de un delito común reconocible, un tribunal independiente ordene su reclusión preventiva y reciban un juicio justo.
- Actuar de inmediato para poner fin al trabajo forzado y a la tortura y otros malos tratos de presos, incluidas las personas recluidas en campos penitenciarios para presos políticos.
- Conceder acceso inmediato y sin trabas a las agencias humanitarias internacionales como el Programa Mundial de Alimentos de la ONU para garantizar que los alimentos llegan a quienes más los necesitan.
- Subsanar los graves defectos del sistema de atención a la salud, entre otras cosas aceptando ayuda internacional humanitaria y brindando plena cooperación y acceso para que la ayuda llegue a los más necesitados.
- Poner fin de inmediato a las ejecuciones, tanto públicas como secretas.
- Llevar a cabo investigaciones exhaustivas, independientes e imparciales sobre desapariciones forzadas y secuestros ocurridos en el pasado.
- Garantizar que se respetan plenamente en la práctica los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de religión, garantizados en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos pertinentes.
- Tomar medidas de inmediato para dar cumplimiento a las recomendaciones de expertos internacionales de derechos humanos y a las recomendaciones que se hicieron a Corea del Norte durante el Examen Periódico Universal.
- Invitar a observadores independientes –como los relatores especiales sobre el derecho a la alimentación, sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión, sobre la libertad de religión o de creencias y, especialmente, sobre la situación de los derechos humanos en la República Popular Democrática de Corea– a visitar el país.