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Clausura de la Cumbre Mundial de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos 2018. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

Blog

Cuatro nombres, infinitas historias

Por Ana Gómez Pérez-Nievas (@paisdejarl), responsable de Medios en Amnistía Internacional,

En el taxi, de camino a la última entrevista del día, cierra los ojos y una lágrima resbala por su mejilla. Es solo cansancio, asegura, moviendo la cabeza. Pero imagino que no tiene que ser fácil hablar de cómo asesinaron a tu hermana. Tampoco lo es para Matthew, que en perfecto pero lento castellano cuenta cómo vio explotar la bomba que acabó con la vida de su madre. O para Lolita, que asegura que su mayor reto ahora mismo es que no la maten. O para Nurcan narrar, casi entre bromas, la obsesión que le entró con que no estropearan la puerta de su casa los 20 policías con kalashnikov que irrumpieron en ella para detenerla por denunciar en redes sociales la operación turca Afrin en Siria.

Brasil, Malta, Guatemala, Turquía.más de 160 defensores y defensoras de derechos humanos que se han congregado en París


Lolita, defensora guatemalteca. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

La humildad

LolitaLos derechos humanos son expresiones de justicia, de libertad, de una convivencia armónica en la comunidad”.
Yo no puedo volver a mi país porque estoy judicializada, criminalizada y perseguida, me han intentado matar varias veces. Volver a mi territorio es uno de mis mayores retos a nivel personal.
Lolita, defensora guatemalteca
Yo no puedo volver a mi país porque estoy judicializada, criminalizada y perseguida, me han intentado matar varias veces. Volver a mi territorio es uno de mis mayores retos a nivel personal. Pero también lo es que mi pueblo, logre el derecho de convivir sanamente con las montañas y con las aguas”América Latina sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para estas personas


Nurcan Baysal, en el centro de la foto. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

Nurcan Baysal, periodista kurda'¡Eh! ¿Dónde estáis? ¡Están matando a la gente, hay niños atrapados!'El Estado lucha contra los terroristas'”,

La energía


Anielle Franco. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

Anielle FrancoMarielle, concejala negra y bisexual asesinada el pasado mes de marzo en Río de Janeiro,100 Black WomenNational Association of black journalists“Tengo miedo pero no solo por Bolsonaro, sino también por todos los que le siguen y porque ha dicho a los militares que tienen derecho a matar si ven a algún sospechoso. Yo puedo ser una sospechosa, tú puedes serlo, cualquiera. Así que Brasil se puede convertir en lugar lleno de sangre. Y hemos sido marcados como la familia de Marielle, como opositores del gobierno, así que estoy realmente asustada”

Hemos sido marcados como la familia de Marielle, como opositores del gobierno, así que estoy realmente asustada.

Anielle Franco, activista y militante de 100 Black Women

La soledad

“A mí madre la mataron porque estaba sola denunciando la corrupción en Malta. No nos dimos cuenta de que la situación era mucho peor de lo que imaginábamos, que nadie en el Estado estaba haciendo su trabajo para luchar contra la corrupción, ella lo hacía completamente sola, y por lo tanto en una posición mucha vulnerabilidad” Matthew Caruana GalizaDaphne Caruana
La mataron mediante una bomba, en su coche, en pleno día, enfrente de nuestra casa, y esa forma de matar es una muestra de la impunidad total con la que viven
Matthew Caruana Galiza, periodista y ganador del Premio Pulitzer


Matthew Caruana con su madre, defensora asesinada por denunciar la corrupción en Malta. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

La osadía> “Simplemente ser mujer negra, ser del tipo de persona que cada siete minutos sufre algún tipo de violencia sexual en mi país, ya es difícil”, declara, con una poderosa mirada de ojos oscuros, Anielle. Los riesgos no son pocos: 312 personas fueron asesinadas por defender los derechos humanos en 2017, el doble de las que lo fueron en 2015. Aunque la muerte es la peor de las consecuencias, hay otras por el camino: la detención es una de ellas.

Al principio le pareció un terremoto. Después, que comenzaba otro bombardeo o algunos disparos. Cuando has vivido un conflicto que todavía no está completamente resuelto no es tan raro. Por fin se dio cuenta: estaban intentando tirar su puerta abajo. Pero la puerta era tan fuerte que no se derrumbaba. Tras varios intentos, los muros comenzaban a agrietarse. Finalmente cayó: 20 kalashnikov le miraron, tras ellas los agentes cubiertos de máscaras de gas. Ella alzó los brazos como si con ellos pudiera proteger a sus hijos, que no querían esconderse con su padre. “No tienen derecho a entrar aquí y romper mi puerta”, dijo, siendo consciente de lo ridículo que sonaba enfrentarse a las fuerzas especiales turcas con esas palabras. Sorprendidos, los agentes le gritaron que se sentara. “No me siento”, declaró con osadía.


Acto de clausura de la Cumbre Mundial de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos 2018. © Ana Gómez Pérez-Nievas/AI

Nurca BaysalPorque, entre otras cosas, decía que había condones usados por todas partes, y eso mostraba la magnitud de las barbaridades que habían cometido las fuerzas turcas. Otros periodistas lo vieron, pero decidieron no escribirlo”.

Curiosamente, la mayoría de mis tuits eran sobre la paz. Pero a veces tu existencia es un problema, simplemente por ser mujer”.

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