Dedicó su vida a mejorar la salud y las condiciones de las personas enfermas y heridos de guerra, impulsó la profesión de enfermería y defendió los derechos de las mujeres que querían dedicarse a ella, transformó los conceptos de salud pública, y fue pionera en la recopilación y análisis de datos estadísticos, lo que sirvió para la prevención de enfermedades. En su honor se celebra el Día Internacional de la Enfermería el 12 de mayo.
En un tiempo en el que el papel de las mujeres estaba restringido principalmente al ámbito doméstico, Florence Nightingale (Florencia, 1820) desafió las expectativas sociales de su época, y también de su familia, al hacer todo lo posible por dedicarse a la carrera de enfermería.
Una sala del Hospital de Scutari donde Nightingale trabajó, de una litografía de 1856. © William Simpson (artist, 1823–1899) E. Walker (lithographer, lifespan)
¿Qué fue lo más importante que hizo Florence Nightingale?
Nightingale es recordada, entre otras cosas, por su empeño a la hora de incluir prácticas de higiene en los hospitales y por intentar educar a la población sobre la manera de prevenir enfermedades con acciones como lavarse las manos con agua y jabón o ventilar las estancias. Unas prácticas que ayudaron a transformar los conceptos de salud pública y que, por cierto, fueron fundamentales también con la COVID-19.
En esta línea, sus libros Notas sobre enfermería y Notas sobre hospitales sentaron las bases de la enfermería moderna. El trabajo de Nightingale sirvió para mejorar la situación de los hospitales con el objetivo de que fueran lugares más espaciosos y limpios, donde las personas enfermas pudieran recuperarse, reduciendo el riesgo a contagiarse de otra enfermedad o bacteria al estar ingresadas. Además, defendió la importancia de cuidar la salud mental de los pacientes.
La labor de Nightingale fue más allá de las salas de hospital en su objetivo de que el cuidado de la salud llegara a toda la población, sobre todo a quienes menos recursos económicos tenían. Ese intento por hacer que el cuidado médico estuviera al alcance de todas las personas sirvió como precursor para el Servicio Nacional de Salud en el Reino Unido.
Además, esta enfermera fue pionera en la recopilación y análisis de datos estadísticos. Creó diagramas para que se visualizaran de una forma clara y directa datos sobre la contaminación y los contagios de enfermedades; algo que fue revolucionario.
Plano realizado por Florence para reorganizar una sala de pacientes. © Wellcome Library, London
¿Qué hizo Florence Nightingale en la guerra de Crimea?
Nightingale pasó años entre enfermos y equipos médicos trabajando para combatir epidemias como tifus y cólera. Atendió a los soldados de la Guerra de Crimea (1853-1856). Aquí se encontró con hospitales militares donde la higiene brillaba por su ausencia. Nightingale y su equipo de enfermeras transformaron estos lugares siendo un faro de esperanza en medio de la oscuridad. Es así como apareció retratada en los diarios de la época, llevando una lámpara en la mano recorriendo una sala repleta de enfermos, lo que le hizo ganarse el apodo de ‘La dama de la lámpara’. En estos cuidados, Nightingale no se olvidó de la salud mental y por ello, motivaba a los soldados a escribir cartas y conversar entre ellos.
Asimismo, Nightingale se encargaba de recopilar datos de los pacientes y observó algo curioso en ellos: la mayor parte de los soldados no fallecía por sus heridas, sino por las infecciones que adquirían en el hospital por falta de higiene. De nuevo, su empeño por evitar enfermedades prevenibles volvía a estar en el centro de su trabajo.
Una enfermera entrega un libro y una rosa a un paciente en un hospital el Día de Sant Jordi en Barcelona, España, 23 de abril de 2020. El Día Internacional de la Enfermería se celebra en todo el mundo el 12 de mayo, con motivo del nacimiento de Florence Nightingale. © Francisco Avia
Defiende tu sanidad
El derecho a la salud es un derecho recogido por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas en 1948. Un derecho inherente a todas las personas que, sin embargo, se ve vulnerado en muchos países.
En España, doce años después del inicio de las medidas de austeridad y con una pandemia de por medio, la sanidad pública sigue sin la inversión suficiente, lo que pone en peligro el derecho a la salud de la población. 7 de cada 10 personas tardan más de dos días en ser atendidas al pedir una cita médica en atención primaria, y en algunas Comunidades Autónomas la espera puede superar los 10 días. A esto se suman los retrasos en los diagnósticos, la incapacidad para atender la salud mental y la situación del personal sanitario, que se siente desbordado.
Para garantizar este derecho humano, Amnistía Internacional pide al Gobierno Central y a las Comunidades Autónomas:
Adoptar una estrategia de refuerzo del Sistema Nacional de Salud, priorizando la atención primaria.
Incrementar la inversión con el fin de reforzar plantillas, mejorar las infraestructuras y recursos materiales, con especial foco en la atención primaria.
Reducir las listas de espera de manera que las demandas no urgentes se resuelvan en un máximo de dos días.
Garantizar una auténtica consulta y participación del sector profesional sanitario y de la población afectada para tener en cuenta sus propuestas en el diseño de esta estrategia de refuerzo.
