Amnistía Internacional ha pedido hoy a las autoridades militares de Egipto la libertad inmediata e incondicional de un bloguero encarcelado después de que el tribunal militar de apelación de El Cairo ordenase un nuevo juicio sobre su caso.
La salud de Maikel Nabil Sanad, bloguero de 26 años, es muy precaria tras 52 días en huelga de hambre para protestar por su encarcelamiento.
Amnistía Internacional le considera un preso de conciencia desde que a principios de año fue detenido y condenado a tres años de prisión por sus textos sobre las protestas en Egipto y sus críticas a las fuerzas armadas.
“El juicio de Maikel Nabil Sanad está lleno de defectos y retrasos innecesarios, y la decisión del tribunal de apelación de volver a juzgarlo le lleva de nuevo al principio, jugando cruelmente con su vida”, ha declarado Amnistía Internacional.
“Los cargos contra él deben ser retirados y él debe ser puesto en libertad inmediata e incondicionalmente. Nunca debería haber sido juzgado, mucho menos por un tribunal militar.”
“Obligarle a pasar de nuevo por idénticas actuaciones judiciales injustas desde el principio es especialmente cruel dado su estado de salud.”
El nuevo juicio tendrá lugar ante un tribunal militar el 18 de octubre y Maikel Nabil Sanad permanecerá detenido hasta esa fecha.
En el sistema judicial militar egipcio, las apelaciones se limitan a los aspectos legales del caso y no incluyen una revisión de los hechos y las pruebas.
Amnistía Internacional se opone a que los tribunales militares juzguen a civiles, y considera que estos tribunales son fundamentalmente injustos, pues privan a los encausados de algunas de las garantías básicas de imparcialidad, incluido el derecho a apelar.
Desde que comenzaron las protestas en Egipto a principios de año, alrededor de 12.000 personas han sido juzgadas por los tribunales militares.
El bloguero fue detenido en su domicilio de El Cairo el 28 de marzo, y el 10 de abril un tribunal militar le condenó a tres años de prisión por sus críticas al uso de la fuerza por los militares contra los manifestantes de la Plaza Tahrir y por su objeción a hacer el servicio militar.
La huelga de hambre le ha hecho perder mucho peso y las autoridades penitenciarias le han negado la medicación que necesita para su dolencia cardiaca.
Sus familiares han declarado a Amnistía Internacional que temen por la vida de su hijo, y que le habían reservado una cama en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Hayat, con la esperanza de que le pusieran en libertad después de la última vista judicial.
No obstante, el tribunal militar se ha negado a excarcelar a Maikel Nabib Sanad, ni siquiera temporalmente para recibir tratamiento médico.
Su familia dice que Sanad piensa mantener su huelga de hambre.