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República Centroafricana: Nuevo caso de mujer drogada y violada por miembros de fuerzas de matenimiento de paz

Fotografía: La presunta violación tuvo lugar al final de las escaleras que aparecen en la imagen.

Las Naciones Unidas deben tomar medidas enérgicas en respuesta a nuevos datos creíbles que indican que miembros de sus fuerzas de mantenimiento de la paz drogaron y violaron a una mujer en la República Centroafricana, ha manifestado Amnistía Internacional hoy, tras entrevistar a la víctima y a otras 10 personas con conocimiento directo del caso. La investigación realizada por la organización sobre el terreno revela que al menos un miembro mauritano de la operación de mantenimiento de la paz violó, presuntamente, a una mujer de 19 años en la localidad de Bambari, en el centro del país, el 30 de septiembre de 2017 por la noche. “Hemos encontrado datos convincentes que indican que al menos un miembro mauritano de la operación de mantenimiento de la paz y posiblemente más violaron a una joven”, ha afirmado Joanne Mariner, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis. “Las autoridades públicas de la localidad de Bambari han confirmado la violación, y la ONU la está investigando.

Si se demuestra esta denuncia se debe repatriar, suspender y procesar a todo soldado que pueda ser responsable
Joanne Mariner, Amnistía Internacional
“Si se demuestran, estas graves denuncias de violación deben comportar la repatriación, suspensión y procesamiento de todo soldado que pueda ser penalmente responsable. LA ONU debe también garantizar que la víctima recibe apoyo e indemnización por daños y perjuicios. Los miembros de la operación de mantenimiento de la paz de la ONU están en la República Centroafricana para proteger a la población civil de la violencia, no para cometerla. La joven, de 19 años, ha contado a Amnistía Internacional que la violación se produjo en un lugar adyacente a un puesto de control guarnecido por miembros mauritanos de la MINUSCA, la fuerza de estabilización de la ONU en la República Centroafricana. Dice que, como se encontraba mal, aceptó un té que le ofrecieron los soldados cuando regresaba a pie a casa de un funeral sobre las nueve la noche.

Añade que, poco después de tomar el té, se desmayó, y que se despertó en el suelo, casi desnuda, varias horas después. En mitad de la noche, la encontraron un guardia y un trabajador médico de un centro de salud adyacente, a quienes les pareció que estaba bastante mal y sedada. La pusieron en una cama y la administraron líquidos por vía intravenosa. Han dicho a Amnistía Internacional que esa noche un soldado mauritano del puesto de control fue dos veces al centro médico a preguntar dónde estaba la mujer. Por la mañana, cuando se había recuperado lo suficiente como para hablar, la mujer dijo al trabajador médico que creía que la habían violado. El personal médico de un hospital local hizo unas pruebas a la víctima, y ha dicho a Amnistía Internacional que encontró indicios de uso de drogas y de violencia sexual, incluido semen. Administró a la mujer anticonceptivos de emergencia y medicamentos contra el VIH. Las autoridades de Bambari abrieron formalmente una investigación penal sobre el caso que, según el fiscal local, era la primera de este tipo abierta sobre soldados de la ONU. Aunque ha habido denuncias continuas y bien documentadas de violación en Bambari en que estaban implicados soldados de la ONU, en particular de fuerzas de la República Democrática del Congo, en ningún otro caso se han abierto investigaciones criminales. Estando Amnistía Internacional presente en Bambari a comienzos de octubre, la víctima y los testigos se presentaron a la policía para prestar declaración. El trabajador médico identificó también al soldado mauritano que había ido al centro de salud en plena noche en busca de la mujer de 19 años. Trabajadores locales que habían estado en el lugar del incidente por la mañana temprano dijeron que habían visto preservativos y envoltorios de preservativos en el sitio exacto de la presunta violación. Esa misma mañana, la policía fotografió luego al menos un envoltorio de preservativo allí, así como restos de un material procedente, se cree, de las botas de los soldados mauritanos. El fiscal local de Bambari ha presentado el caso al fiscal general del país para que se tomen medidas diplomáticas. Aunque las tropas de la ONU gozan de inmunidad procesal ante los tribunales nacionales, los países que aportan tropas tienen el deber de investigar y enjuiciar los delitos cometidos por sus soldados. Según la información recibida, en una conferencia de prensa celebrada ayer en Bangui, las autoridades locales denunciaron el problema en general de los abusos sexuales cometidos por miembros de la operación de mantenimiento de la paz de la ONU. “Este caso es una prueba de fuego decisiva para la operación de mantenimiento de la paz de la ONU”, ha afirmado Joanne Mariner “Dadas su política declarada de tolerancia cero, esperamos que la ONU se tome este caso sumamente en serio y adopte medidas para garantizar que las autoridades mauritanas hacen lo mismo. Su respuesta a este caso se analizará atentamente.” En una reunión que mantuvo con Amnistía Internacional la semana pasada, Parfait Onanga-Anyanga, jefe de la MINUSCA, insistió en que la ONU es estaba tomando las denuncias muy en serio y había enviado de inmediato un equipo de investigadores a Bambari. Prometió que la ONU adoptaría medidas decisivas si las denuncias resultaban fundadas. La mujer de 19 años víctima de la violación ha dicho a Amnistía que quiere que la ONU investigue el delito y que los autores vayan a prisión. Afirma que sólo cuando ha estado dispuesta a hacer oficialmente una declaración ante la policía local se ha sentido preparada para contar todo lo sucedido a los investigadores de la ONU y mauritanos. Información complementaria Una persona encargada de hacer una investigación para Amnistía Internacional ha entrevistado a 11 personas con conocimiento directo del caso, incluidos la víctima, miembros de su familia, personal médico que la atendió, testigos que estuvieron en el lugar de la presunta violación esa mañana y autoridades de la policía y de la fiscalía local. En varias ocasiones anteriores, Amnistía Internacional documentó denuncias de violación y violencia sexual cometidas por miembros de la MINUSCA y otras fuerzas de mantenimiento de la paz en la República Centroafricana, entre ellas la de la violación de una niña de 12 años en Bangui en agosto de 2015.

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