Se ha informado de que hasta 600 refugiados sirios han sido expulsados por las autoridades turcas, que han demostrado con ello una terrible falta de interés por su seguridad, ha manifestado Amnistía Internacional.
La información recibida indica que las personas devueltas estaban acogidas en el campo de refugiados de Akcakale, en la provincia de Sanliurfa, que forma frontera con Siria. Hay más refugiados expuestos a recibir el mismo trato.
"Toda devolución de refugiados sirios que se lleve a cabo representará un acto deplorable, que violará claramente el derecho internacional y la propia legislación turca”, ha explicado Andrew Gardner, investigador de Amnistía Internacional sobre Turquía.
Según la información recibida, las devoluciones se han producido tras violentas protestas ocurridas en el campo.
”Las autoridades turcas deben garantizar que a partir de ahora no van a producirse más devoluciones y tienen que investigar de manera efectiva las que parecen haberse llevado a cabo ya”.
”En ninguna circunstancia deben las autoridades devolver a sirios si corren peligro de sufrir persecución y otras violaciones graves de derechos humanos".
