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Niños obligados a combatir, recluidos con adultos y torturados en el conflicto

Una niña junto a soldados que hacen una pausa para fumar un cigarrillo en las calles de Gao, al norte de Malí, el 16 de febrero de 2013. © AP Photo/Jerome Delay
Según ha revelado Amnistía Internacional tras una visita de cuatro semanas al país, en Malí, los niños, algunos de tan sólo 13 años, reclutados como soldados por grupos armados o sospechosos de estar vinculados a éstos están siendo recluidos por las fuerzas malienses junto con adultos y algunos afirman haber sido torturados bajo custodia.

Los delegados de la organización hablaron con nueve niños de entre 13 y 17 años que se hallaban recluidos junto con adultos en la Maison centrale d’arrêty en el Campo I de la gendarmería de la capital maliense, Bamako, por su presunta relación con grupos armados.

Uno de ellos era un pastor de 15 años a quien las fuerzas chadianas habían detenido en Intouké, en la región septentrional de Kidal, y entregado a las fuerzas francesas. Dijo que no le habían preguntado cuántos años tenía ni le habían entrevistado en su lengua materna, el tamasheq (lengua tuareg), antes de transferirlo a la gendarmería maliense en Bamako. Durante su traslado en avión, lo tuvieron con los ojos vendados y atado de pies y manos.

Algunos de los niños dijeron que las fuerzas malienses los habían sometido a tortura u otros malos tratos.

Me tuvieron 15 minutos colgado del techo y amenazaron con aplicarme descargas eléctricas –contó uno de ellos a Amnistía Internacional–. Amenazaron con matarme.”

“Según el derecho internacional, los niños detenidos deben estar separados de los adultos, y la legislación de Malí también prohíbe recluirlos junto con adultos. Las autoridades malienses deben avisar a UNICEF cuando detengan a niños sospechosos de vinculación con grupos armados para poder así identificar a sus familias y dejar sus casos en manos de profesionales expertos en protección infantil”, ha explicado Gaëtan Mootoo, investigador de Amnistía Internacional sobre Malí.

Estos niños detenidos han sido acusados de delitos como asociación con malhechores, rebelión, menoscabo de la seguridad interna y externa del Estado y terrorismo.

Otros niños detenidos por su presunta vinculación con grupos armados han sido entregados a UNICEF a través de la gendarmería maliense y las fuerzas francesas.

Algunos de los niños se rindieron o fueron detenidos por las fuerzas armadas malienses, francesas o chadianas tras la operación militar emprendida en enero de este año para recuperar el norte de Malí, tomado por grupos armados en abril de 2012.

Hay otros que no han sido localizados aún, lo que hace temer que sigan vinculados a grupos armados o se hayan ocultado en sus comunidades por miedo a sufrir represalias o a ser detenidos.

Desde el comienzo del conflicto de Malí en enero de 2012, Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos han denunciado el reclutamiento y uso de niños soldados por parte de grupos armados y de milicias de autodefensa que reciben apoyo de las autoridades malienses.

Amnistía Internacional ha instado a las autoridades de Malí y a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) y otros organismos de la ONU a que contacten con las comunidades locales para garantizar que se atiende a los niños que han estado vinculados presuntamente a grupos armados y viven ahora ocultos. Deben elaborar también programas de reinserción y reintegración de ex niños soldados.

La organización ha pedido también que se libere a todos los niños retenidos por grupos armados, como el Movimiento para la Unidad de la Yihad en África Occidental (Mouvement pour l’unicité du djihad en Afrique de l’ouest, MUJAO), el grupo tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (Mouvement national de libération de l’Azawad, MNLA) y Al Qaeda en el Magreb Islámico, así como por milicias de autodefensa.

En el informe del secretario general de la ONU sobre la infancia y los conflictos armados correspondiente 2012, que se ha presentado esta semana, se menciona expresamente por primera vez a partes en el conflicto de Malí en tanto que responsables de reclutamiento y uso de niños soldados y de violencia sexual contra menores de edad.

“Es esencial que los líderes de la MINUSMA den prioridad a la cuestión de los niños soldados y otros menores de edad asociados a las fuerzas armadas”, ha afirmado Gaëtan Mootoo.

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