Impedir a los refugiados que entren a Jordania para escapar del conflicto de Siria aumentaría su sufrimiento y podría desembocar en más derramamiento de sangre y nuevos abusos contra los derechos humanos, ha dicho hoy Amnistía Internacional tras anunciar el primer ministro jordano que su país cerraría la frontera si cae el gobierno del presidente sirio Bachar al Asad.
En una conferencia de prensa dada el jueves en la capital, Ammán, el primer ministro de Jordania, Abdallah Ensour, dijo a los periodistas que su país no permitiría que siguieran entrando refugiados en su territorio si el gobierno de Al Asad cae o el número de refugiados aumenta significativamente y que en ese caso Jordania trataría de que no traspasaran sus fronteras.
"En el momento en el que más protección puede necesitar la población de Siria, Jordania amenaza de hecho con cerrar sus fronteras, exponiéndola a sufrir mayores daños”, ha dicho Charlotte Phillips, del equipo de trabajo sobre personas refugiadas de Amnistía Internacional.
“Los partidarios de Al Asad, muchos de ellos pertenecientes a minorías de Siria, ya están sufriendo abusos contra los derechos humanos a manos de las fuerzas armadas de oposición”.
"Si el gobierno de Al Asad cae, hay muchas probabilidades de que quienes sean considerados partidarios suyos corran peligro de sufrir daños a manos de grupos armados de oposición, como ataques en venganza”.
También es probable que muchas otras personas necesiten un lugar seguro para huir de la constante violencia y la emergencia humanitaria que se han adueñado de Siria. La población civil, sea cual sea su grupo o comunidad, puede necesitar salir de Siria para evitar quedar atrapada en los combates entre las diferentes facciones.
En la conferencia de prensa del jueves, el primer ministro jordano afirmó también que a los palestinos que huyen de Siria con documentos de identidad sirios se les está impidiendo la entrada.
"Jordania, al igual que otros países vecinos de Siria, tiene la obligación, en virtud del derecho internacional, de asegurarse de que toda persona que huye de la persecución o de abusos contra los derechos humanos puede buscar asilo en su territorio, tanto ahora como en el futuro”, ha afirmado Phillips.
"Todo el mundo tiene derecho a salir de su país y pedir asilo. Los Estados no pueden en modo alguno devolver a la fuerza a nadie a un país o territorio donde esa persona corra peligro real de ser perseguida o sufrir graves abusos contra los derechos humanos. Esto incluye rechazarla en la frontera".
“A los palestinos no debe negárseles el derecho a buscar asilo por su identidad”.
Hasta la fecha, más de 620.000 personas han huido del conflicto de Siria para refugiarse en países vecinos de la región y del norte de África y escapar así del sangriento conflicto que hasta ahora se ha cobrado al menos 60.000 muertos, según cifras de la ONU.
Muchas de las personas que han conseguido huir cruzando la frontera sufren grandes penalidades en el crudo invierno, como han puesto de manifiesto las recientes inundaciones de los campos de refugiados de Jordania.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Jordania ha recibido al menos 187.552 refugiados de Siria.
"Amnistía Internacional reconoce la generosidad con que los países vecinos, incluida Jordania, están acogiendo a un importante número de refugiados, a pesar de la considerable presión que ello supone para sus recursos”, ha dicho Phillips.
"Si bien es crucial que los países vecinos de Siria sigan manteniendo abiertas sus fronteras, la comunidad internacional debe también aumentar su apoyo a los refugiados y a los países vecinos que los albergan”.