La arraigada impunidad por las muertes bajo custodia y otros abusos graves contra los derechos humanos cometidos por grupos armados que actúan bajo el mando de las autoproclamadas Fuerzas Armadas Árabes Libias ha permitido a la Agencia de Seguridad Interna (ISA, por su sigla en inglés) intensificar su represión contra las voces críticas y la oposición política en los últimos meses, como figuras políticas, activistas, poetas y firmantes de blogs; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional.
Desde enero de 2024, agentes de la ISA fuertemente armados han arrestado sin orden judicial a decenas de personas, entre ellas mujeres y hombres septuagenarios, en sus casas o en la calle y otros lugares públicos de zonas del este y sur de Libia controladas por las Fuerzas Armadas Árabes Libias. A continuación, las personas arrestadas fueron trasladadas a instalaciones controladas por la ISA, donde permanecieron en detención arbitraria durante meses sin que se les permitiera contactar con familiares o representación letrada; algunas sufrieron desaparición forzada durante periodos de hasta 10 meses. Ninguna fue llevada ante las autoridades judiciales civiles, autorizada a impugnar la legalidad de su detención o acusada formalmente de ningún delito. Dos personas murieron bajo custodia en circunstancias sospechosas en abril y julio mientras se encontraban en centros de detención controlados por la ISA en Bengasi y Ajdabiya. No se ha llevado a cabo ninguna investigación penal independiente e imparcial sobre sus muertes y nadie ha rendido cuentas.
“El aumento de las detenciones arbitrarias y las muertes bajo custodia en los últimos meses pone de relieve cómo la cultura de impunidad existente ha dado alas a los grupos armados para violar el derecho a la vida de las personas detenidas sin temor a sufrir consecuencias. Estas muertes bajo custodia se suman al catálogo de horrores infligidos por la ISA a quienes se atreven a expresar opiniones críticas con las Fuerzas Armadas Árabes Libias”, ha afirmado Bassam al Kantar, investigador de Amnistía Internacional sobre Libia.
“El Gobierno de Unidad Nacional con sede en Trípoli y las Fuerzas Armadas Árabes Libias —en calidad de autoridades de facto en el este y sur de Libia— deben garantizar la liberación inmediata de todas las personas detenidas arbitrariamente sólo por ejercer su derecho a la libertad de expresión. Las Fuerzas Armadas Árabes Libias deben asimismo apartar de sus puestos a los mandos y miembros de la ISA sobre quienes existan sospechas razonables de haber cometido crímenes de derecho internacional y violaciones graves de derechos humanos, en espera de que se lleven a cabo investigaciones penales independientes e imparciales que incluyan las causas y circunstancias de las muertes bajo custodia y, si existen pruebas suficientes, su procesamiento con las debidas garantías ante tribunales civiles.”
Amnistía Internacional entrevistó a un exdetenido, a las familias de siete detenidos —entre ellos los dos hombres que murieron bajo custodia— y a representantes letrados, defensores y defensoras de los derechos humanos y activistas políticos.
Nuestro hijo nos fue devuelto como un cadáver
El 13 de julio de 2024, Ahmed Abdel Moneim al Zawi, de 44 años, murió mientras estaba bajo custodia en un centro de detención de la ISA en Ajdabiya, en el noreste de Libia. Había sido arrestado arbitrariamente el 10 de julio cuando visitaba el centro de detención para ver a su hermano, Abdrabo Abdel Moneim al Zawi, detenido por sus críticas a la ISA. Según fuentes informadas, la ISA afirmó que Ahmed Abdel Moneim al Zawi se había ahorcado, pero según testigos presentaba un hematoma en la parte posterior de la cabeza aparentemente debido a un fuerte golpe.
Sheij al Sanussi al Haliq al Zawi, vicepresidente del Consejo Supremo de Notables y Tribus de Libia y jefe de la tribu de la víctima, apareció en un vídeo lamentándose el 16 de julio: “Nuestro hijo (Ahmed) entró por su propio pie y nos fue devuelto como un cadáver”. Menos de 24 horas después apareció en otro vídeo elogiando a la ISA y señalando que se había establecido un comité para investigar la muerte de Ahmed Abdel Moneim al Zawi. Amnistía Internacional sospecha que se ejercieron presiones sobre el Sheij al Sanussi al Haliq al Zawi para que exonerara públicamente a la ISA, de acuerdo con un patrón ya documentado de amenazas de la ISA a personas sobrevivientes y familiares de víctimas si se atreven a hablar en su contra.
Según fuentes informadas, la fiscalía de Bengasi cerró el caso sin abrir una investigación y el informe forense omitió cualquier mención de lesiones en la cabeza.
Siraj Dughman, analista político libio, murió el 19 de abril de 2024, también mientras estaba bajo custodia de la ISA. Las Fuerzas Armadas Árabes Libias nunca respondieron a los llamamientos de miembros de la comunidad internacional y de la sociedad civil libia en favor de una investigación sobre las circunstancias de su muerte. La ISA aseguró el 20 de abril que Siraj Dughman se había caído durante un intento de fuga. No se autorizó a la familia a ver su cuerpo ni se compartió ningún informe de autopsia. Amnistía Internacional tuvo conocimiento de que su certificado de defunción indicaba que la causa de la muerte era “una caída desde un lugar elevado”.
Detenciones arbitrarias por cargos falsos
El 1 de octubre de 2023, la ISA arrestó a Siraj Dughman junto con Fathi al Baaja —secretario general del Partido Libia para Todos y exmiembro del Consejo Nacional de Transición de 2011— y otro activista político, y los acusó de planear el derrocamiento de las Fuerzas Armadas Árabes Libias. Estas detenciones tuvieron lugar después de que el Centro Libio de Estudios Estratégicos y Futuros, dirigido por Siraj Dughman, celebrara una reunión interna para hablar del derrumbe mortal de la presa de Derna.
Ese mismo mes, la ISA arrestó a otros dos activistas políticos que, según afirmó, pertenecían al mismo grupo que Siraj Dughman y planeaban derrocar a las Fuerzas Armadas Árabes Libias. Los cuatro sobrevivientes quedaron en libertad el 25 de agosto, después de pasar más de 10 meses en detención arbitraria sin cargos ni juicio.
La activista y bloguera en detención arbitraria Maryam Mansour al Warfalli, conocida como “Nakhla Fezzan”, fue arrestada por la ISA el 13 de enero de 2024 en Sabha tras haber criticado a las Fuerzas Armadas Árabes Libias por su supervisión de la distribución de gas de cocina en el sur de Libia. Maryam Mansour al Warfalli lleva años criticando abiertamente la mala gestión en el sur de Libia.
Según un familiar, desde que está detenida en la jefatura de la ISA en Bengasi, Maryam Mansour al Warfalli no puede recibir ninguna visita familiar. Un psiquiatra la examinó y solicitó su ingreso en el hospital de Bengasi el 2 de mayo; sin embargo, Maryam volvió a la cárcel a los pocos días de estar allí.
El 19 de abril, en Sabha, agentes de la ISA también arrestaron arbitrariamente a Sheij Ali Msbah Abusbeha, de 77 años, jefe del Consejo Supremo de Tribus y Ciudades del Fezán y destacado político crítico con las Fuerzas Armadas Árabes Libias, y le negaron el acceso a familiares y representación letrada. Contó a Amnistía Internacional que seguía recibiendo asistencia médica tras su liberación el 20 de junio y que a los tres días había huido de su casa debido a las amenazas de las Fuerzas Armadas Árabes Libias.
Los grupos armados aliados de las Fuerzas Armadas Árabes Libias también han sometido a desaparición forzada al jeque sufí Muftah al Amin al Biju, de 78 años, desde el 4 de febrero, después de que unos 20 hombres armados lo arrestaran en su casa de Bengasi. Según un familiar, su arresto se debía únicamente al ejercicio de su derecho a la libertad de religión y de creencias, en un contexto de actuaciones de la ISA contra sufíes que no defienden la ideología salafista madjalista a la que se adhiere la ISA. El familiar había escuchado de fuentes no oficiales que su salud en la prisión de Qarnada —una de cuyas secciones está bajo control de la ISA— se ha deteriorado, ya que tiene diabetes y el sistema inmunológico frágil al ser sobreviviente de cáncer. Sus familiares no han podido visitarlo ni obtener confirmación de ningún grupo armado afiliado a las Fuerzas Armadas Árabes Libias sobre su lugar de detención.
Información complementaria
El grupo armado denominado Agencia de Seguridad Interna (ISA) actúa bajo la autoridad de facto de las Fuerzas Armadas Árabes Libias y está dirigido por Ousama al Dressi. Miembros de la ISA han cometido abusos terribles contra los derechos humanos para silenciar a personas críticas y opositoras. El presupuesto de 179.000 millones de dinares libios (36.800 millones de dólares estadounidenses) aprobado por el Parlamento de Libia en julio de 2024 para el “Gobierno de Libia” con sede en el este, aliado de las Fuerzas Armadas Árabes Libias, destina fondos a grupos armados con antecedentes de abusos, como la ISA. Las Fuerzas Armadas Árabes Libias desempeñan y controlan funciones propias de un gobierno en Bengasi, la segunda ciudad de Libia en tamaño, y en extensas franjas del este y sur del país. Cuando unas autoridades de facto, como las Fuerzas Armadas Árabes Libias, controlan el territorio y ejercen funciones de gobierno, también están obligadas a respetar el derecho internacional de los derechos humanos.
En el oeste de Libia opera una entidad independiente, también denominada Agencia de Seguridad Interna, dirigida por Lotfi al Harari y en teoría sometida a la autoridad del Gobierno de Unidad Nacional con sede en Trípoli.