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La presa de conciencia Zhila Bani-Yaghoub debe ser liberada

Imagen del sitio web "Focus on Iranian Women", dirigido por la periodista presa de conciencia Zhila Bani-Yaghoub
Las autoridades iraníes deben poner en libertad a la presa de conciencia Zhila Bani-Yaghoub, periodista galardonada y activista de derechos humanos de las mujeres; así lo ha afirmado Amnistía Internacional. El llamamiento se ha hecho después de que Bani-Yaghoub, directora del sitio web Focus on Iranian Women, fuera emplazada en la prisión de Evín el 2 de septiembre de 2012 para cumplir un año de cárcel. Además de la pena de prisión, se le ha prohibido ejercer actividades periodísticas y en medios de comunicación durante 30 años al haber sido declarada culpable de “propaganda contra el sistema” e “injurias al presidente”. “Las autoridades iraníes deben poner en libertad inmediata e incondicional a la presa de conciencia Zhila Bani-Yaghoub, recluida únicamente por ejercer de manera pacífica su derecho a la libertad de expresión, y permitirle reanudar su profesión” ha afirmado Ann Harrison, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África. “El colectivo de periodistas en Irán se enfrenta a numerosas restricciones sobre su legítima labor, que incluye la crítica pacífica a las autoridades e informar sobre derechos humanos. Las autoridades iraníes deben levantar las restricciones ilegítimas sobre su trabajo y poner en libertad a todos los periodistas recluidos exclusivamente por su labor periodística y de derechos humanos.” Bani-Yaghoub había sido juzgada por cargos similares y absuelta en tres ocasiones y, en abril de 2011, acusada además de “tener un blog personal sin permiso de las autoridades gubernamentales”. En 2009 se le concedió el premio Valor en el Periodismo de la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación, y en 2010 recibió el Premio a la Libertad de Expresión de Reporteros sin Fronteras. Bani-Yaghoub, cuyo esposo, Bahman Ahmadi Amou'i (o Amouie), dirigía el diario económico Sarmayeh antes de ser encarcelado, fue detenida junto a él en 2009 al poco tiempo del controvertido triunfo electoral de Mahmud Ahmadineyad.  Quedó en libertad dos meses después, pero su esposo siguió encarcelado cumpliendo cinco años de cárcel tras ser condenado por “reunión y colusión con objeto de atentar contra la seguridad del Estado”, “difusión de propaganda contra el sistema”, “alteración de la seguridad pública” e “injurias al presidente”.  El 26 de junio de 2012, Bahman Ahmadi Amou'i fue trasladado de la cárcel de Evín a la prisión de Rajai Shahr, donde permanece en “exilio interno” y no ha podido recibir visitas de familiares en los primeros 50 días de reclusión. Amnistía Internacional ha pedido también en reiteradas ocasiones a las autoridades iraníes que pongan en libertad de inmediato a otros presos de conciencia, entre ellos el periodista Isa Saharkhiz, recluido sin cargos ni juicio desde hace más de un año tras ser condenado a tres años de cárcel en 2010 por “injurias a los dirigentes del país” y “propaganda contra el sistema”. En agosto de 2011 se le impuso una pena adicional de dos años en relación con sus actividades anteriores como periodista, por lo que debe cumplir cinco años de cárcel en total. El estado de salud de Isa Saharkhiz no es bueno y los últimos seis meses los ha pasado en el hospital. El 28 de agosto de 2012 fue trasladado del hospital a la Sección 209 de la prisión de Evín, que, según informes, depende del Ministerio del Información. Ese mismo día se declaró en huelga de hambre para protestar por su traslado y el 3 de septiembre también dejó de tomar su medicación.
 
Los periodistas iraníes, perseguidos Los periodistas iraníes que expresan opiniones contrarias a las de las autoridades son objeto de persecución desde hace tiempo. Decenas han sufrido acoso, detención y cárcel en los últimos años tras juicios injustos, y muchos de los que fueron detenidos por sus actividad profesional pacífica antes y después de las controvertidas elecciones de junio de 2009 continúan en prisión, en muchos casos soportando duras condiciones de reclusión. Algunos están muy mal de salud, como el preso de conciencia Mohammad Sadiq Kaboudvand, periodista y miembro de la minoría kurda iraní que está cumpliendo una pena de 10 años y medio de cárcel por sus actividades periodísticas pacíficas. Algunos de los que han sido liberados aún sufren presiones, y han tenido que abonar importantes sumas en concepto de fianza para quedar en libertad. También se ha acosado o detenido temporalmente a familiares de detenidos.

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