Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

La muerte de Kim Jong-Il, posible oportunidad para los derechos humanos

Prensa Presidencial y Oficina de Información www.kremlin.ru bajo licencia cc by-3.0
La muerte del máximo dirigente norcoreano, Kim Jong-il, y la toma del poder por parte de su hijo, Kim Jong-un, representan una gran oportunidad para mejorar el catastrófico historial del país en materia de derechos humanos, ha señalado hoy Amnistía Internacional.

“Kim Jong-il, como hizo su padre antes que él, ha dejado a millones de norcoreanos sumidos en la pobreza, sin acceso a alimentación y asistencia médica adecuadas, y a cientos de miles de personas privadas de libertad en brutales campos penitenciarios” ha manifestado Sam Zarifi, director del Programa de Amnistía Internacional para Asia y Oceanía.

“Con esta transición, esperamos que el nuevo gobierno se aparte de las equivocadas y terribles políticas aplicadas en el pasado”.

Sin embargo, informes recibidos recientemente por Amnistía Internacional parecen indicar que el gobierno norcoreano ha realizado una purga de posiblemente varios cientos de oficiales a los que se consideraba una amenaza para la sucesión de Kim Jong-un, ordenando su ejecución o enviándolos a campos penitenciarios para presos políticos.

“Según la información reunida a lo largo del año, Kim Jong-un y sus simpatizantes intentarán consolidar el nuevo régimen intensificando la represión y aplastando toda posibilidad de disidencia” ha señalado Sam Zarifi.

En los meses siguientes a la toma del poder del propio Kim Jong-il tras la muerte de su padre, Kim Il-Sung, en 1994, decenas de miles de opositores y presuntos opositores políticos así como miembros de sus familias fueron enviados a campos penitenciarios para presos políticos. También se ejecutó a opositores políticos, tanto en secreto como en público, tras juicios manifiestamente injustos o sin juicio previo.

Amnistía Internacional ha documentado durante años el atroz historial de Corea del Norte en materia de derechos humanos.

La libertad de expresión y de asociación prácticamente son inexistentes. Cientos de miles de personas que se oponían presuntamente al Estado están recluidas en campos de detención como el de Yodok, tristemente conocido, donde se recluye a miembros de la misma familia de hasta tres generaciones distintas. Los reclusos deben realizar trabajos forzados durante jornadas de hasta 12 horas.

Por otra parte, más de un tercio de la población sufre escasez de alimentos y el sistema de asistencia a la salud atraviesa una situación crítica. Amnistía Internacional ha recibido informes sobre personas que sobreviven alimentándose de cortezas y hierba, sobre el uso de agujas sin esterilizar y sobre operaciones quirúrgicas importantes sin anestesia.

“Las autoridades afirman que Corea del Norte se está convirtiendo en una ‘nación fuerte y próspera’. Pero, para que eso suceda, su nueva jefatura debe adoptar un programa de derechos y poner fin a la represión que ha caracterizado el mandato de Kim Jong-il” ha dicho Sam Zarifi.

Amnistía Internacional ha reiterado su llamamiento al gobierno norcoreano y a los donantes internacionales para que garanticen la distribución adecuada de alimentos a la población más necesitada en Corea del Norte.

“La población norcoreana no debe sufrir aún más privaciones debido a la incertidumbre política actual” ha señalado Zarifi.

Cerca de un millón de personas han muerto en Corea del Norte debido a los graves periodos de escasez de alimentos desde mediados de la década de 1990. Varios millones más siguen padeciendo desnutrición crónica, sobre todo niños y ancianos. Esto se debe en gran medida a las fallidas o contraproducentes políticas gubernamentales implementadas bajo el mandato de Kim Il-Sung y posteriormente de Kim Jong-il.

Las autoridades norcoreanas y el nuevo mandatario de Corea del Norte deben actuar de inmediato para mejorar la situación de los derechos humanos, adoptando las siguientes medidas:

  • Poner en libertad inmediata e incondicional a todos los presos de conciencia, incluidos familiares, recluidos en todos los campos penitenciarios para presos políticos. Poner en libertad a todas las demás personas recluidas salvo que se las acuse de un delito común reconocible, un tribunal independiente ordene su reclusión preventiva y reciban un juicio justo.
  • Actuar de inmediato para poner fin al trabajo forzado y a la tortura y otros malos tratos de presos, incluidas las personas recluidas en campos penitenciarios para presos políticos.
  • Conceder acceso inmediato y sin trabas a las agencias humanitarias internacionales como el Programa Mundial de Alimentos de la ONU para garantizar que los alimentos llegan a quienes más los necesitan.
  • Subsanar los graves defectos del sistema de atención a la salud, entre otras cosas aceptando ayuda internacional humanitaria y brindando plena cooperación y acceso para que la ayuda llegue a los más necesitados.
  • Poner fin de inmediato a las ejecuciones, tanto públicas como secretas.
  • Llevar a cabo investigaciones exhaustivas, independientes e imparciales sobre desapariciones forzadas y secuestros ocurridos en el pasado.
  • Garantizar que se respetan plenamente en la práctica los derechos a la libertad de expresión y a la libertad de religión, garantizados en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos pertinentes.
  • Tomar medidas de inmediato para dar cumplimiento a las recomendaciones de expertos internacionales de derechos humanos y a las recomendaciones que se hicieron a Corea del Norte durante el Examen Periódico Universal.
  • Invitar a observadores independientes –como los relatores especiales sobre el derecho a la alimentación, sobre el derecho a la libertad de opinión y expresión, sobre la libertad de religión o de creencias y, especialmente, sobre la situación de los derechos humanos en la República Popular Democrática de Corea– a visitar el país.

Contigo somos independientes

Amnistía Internacional lo forman personas que defienden una humanidad justa y libre alrededor del mundo. Personas como tú, que creen en nuestro trabajo. Por eso, si tú también defiendes los derechos humanos, te necesitamos para seguir siendo independientes. Puedes hacerlo desde aquí en menos de un minuto, con cuotas a partir de 4 € al mes.

Nos mantenemos firmes con nuestros principios: no aceptamos ni una sola subvención de ningún gobierno, ni donaciones de partidos políticos.

Haz posible nuestra independencia.