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La libertad de expresión es el oxígeno de la sociedad civil

Londres.- El espacio para que los activistas de derechos humanos, las organizaciones independientes y los medios de comunicación actúen y expresen opiniones críticas en la Federación Rusa ha venido reduciéndose de forma gradual y progresiva en los últimos años, ha declarado hoy Amnistía Internacional. En su informe titulado Libertad limitada. El derecho a la libertad de expresión en la Federación Rusa, Amnistía Internacional examina el efecto conjunto de la interpretación arbitraria de una legislación poco precisa y del creciente hostigamiento a que se somete la libertad de los habitantes de la Federación Rusa para expresar sus opiniones y defender sus derechos. "Los derechos a la libertad de expresión, reunión y asociación son la piedra angular para una sociedad civil activa. Las autoridades rusas están restringiéndolos dentro de su estrategia para contrarrestar lo que denominan influencia occidental y, de este modo, incumplen sus obligaciones nacionales e internacionales de garantizar estos derechos para todos", afirmó Nicola Duckworth, director del Programa de Europa y Asia Central de Amnistía Internacional. A medida que se acercan las fechas de las elecciones parlamentarias y presidenciales, la represión de las libertades de reunión y de expresión es especialmente visible. Las autoridades han disuelto violentamente algunas manifestaciones de la oposición, mientras que los actos progubernamentales se desarrollan sin problemas. Por otra parte, los organismos encargados de hacer cumplir la ley hostigaron a activistas de derechos humanos y periodistas que observaban manifestaciones y reuniones públicas. En un país donde el Estado controla la televisión y muchos otros medios de comunicación, cada vez hay menos espacio para la información independiente. Los periodistas que intentan informar con independencia se encuentran con obstáculos para desarrollar su labor profesional y a veces sufren actos de intimidación y la posibilidad de ser enjuiciados. Por ejemplo, la fiscalía ha pedido en reiteradas ocasiones a la emisora de radio Ekho Moskvy que entregase transcripciones de sus programas en relación con investigaciones preliminares de denuncias de que habían difundido opiniones extremistas. A Amnistía Internacional también le preocupa enormemente que la investigación sobre el asesinato de la periodista de derechos humanos Anna Politkovskaya parece no avanzar en determinar quién ordenó su muerte. "La libertad de expresión es en primer lugar, y sobre todo, la libertad para expresar puntos de vista alternativos. El ataque continuo contra este derecho, incluidas las restricciones a los derechos a la libertad de reunión y de asociación, tiene un efecto sofocante en el conjunto de la sociedad –declaró Nicola Duckworth–. Sin el derecho a la libertad de expresión, se podrían violar con más facilidad otros derechos humanos fundamentales. El silencio es el mejor caldo de cultivo para la impunidad, una poderosa herramienta para menoscabar el Estado de derecho." La ley de 2006 sobre organizaciones no gubernamentales (ONG), con sus onerosos requisitos sobre presentación de informes, es uno de los instrumentos legales que se están empleando para actuar contra algunas organizaciones consideradas una amenaza para la autoridad del Estado. Hoy, muchas ONG se encuentran envueltas en trámites burocráticos impuestos por las autoridades que les restan un tiempo precioso que necesitan para realizar su auténtica labor sin tener que cumplir además los objetivos que establece la ley sobre ONG para mejorar su rendición de cuentas ante la sociedad. Otros de estos instrumentos legales son la ley del 2002 para combatir las actividades extremistas, la ley de tributos y el Código Penal de la Federación Rusa. Como consecuencia, Golos (Voz), una ONG que trabaja para promover unas elecciones justas e imparte formación a observadores electorales, está envuelta en una batalla legal para impedir el cierre de su oficina en Samara, mientras que a la Casa Arco Iris, una ONG de activistas por los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero, le han denegado la inscripción legal. Antes, había sido clausurada la Sociedad para la Amistad Ruso-Chechena, que recababa y difundía información sobre la situación de los derechos humanos en Chechenia y otras partes de la Federación Rusa. "Con su pericia y alcance a diferentes partes de la sociedad, las organizaciones no gubernamentales cumplen un papel importante y deben recibir espacio para trabajar y contribuir a abordar cuestiones que afectan a toda la sociedad", afirmó Nicola Duckworth. Amnistía Internacional insta a las autoridades rusas a que hagan cumplir los derechos a la libertad de expresión, a la libertad de reunión y a la libertad de asociación y a que:
· aborden las deficiencias de la ley sobre ONG y los reglamentos que la aplican;
· se abstengan de utilizar leyes como la ley para combatir las actividades extremistas para reprimir a las organizaciones de la sociedad civil y los medios de comunicación independientes;
· impartan instrucciones acordes con la libertad de reunión a los órganos encargados de hacer cumplir la ley en relación con las reuniones públicas;
· garanticen que los periodistas pueden llevar a cabo su labor profesional sin la injerencia arbitraria de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley;
· investiguen de forma exhaustiva, rápida e imparcial todos los informes sobre abusos contra los derechos humanos de activistas de la sociedad civil, periodistas y miembros de la oposición política y hagan que cualquier persona presuntamente implicada en estas violaciones responda de sus actos ante la justicia en juicios que cumplan las normas internacionales de imparcialidad procesal.

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