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La disolución de la protesta de la plaza de Tahrir por parte del ejérctio resulta inadmisible

Londres.- Amnistía Internacional ha condenado hoy las torpes medidas adoptadas por el ejército egipcio para despejar de manifestantes la plaza de Tahrir de El Cairo, después de que los soldados golpearan a varias personas y practicaran decenas de detenciones.

Es absolutamente inaceptable que el ejército participe en la disolución violenta de las protestas pacíficas —ha declarado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional—. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tiene la obligación de proteger el derecho a la protesta pacífica.

Hemos hablado con testigos presenciales que nos han dicho que el ejército permitió que unos matones atacaran a los manifestantes con palos y espadas, la misma práctica que se utilizaba durante el régimen del ex presidente Mubarak. Parece que las fuerzas armadas continúan recurriendo sin más a las mismas viejas tácticas de represión.

Según testimonios de testigos recabados por Amnistía Internacional, la tarde del 9 de marzo el ejército entró en la plaza de Tahrir y dispersó con violencia a unas 1.000 personas, golpeándolas, desmantelando las tiendas e irrumpiendo en un consultorio médico informal. También borraron las tarjetas de memoria de los periodistas que intentaron grabar los hechos. Los soldados practicaron varios arrestos y llevaron a los detenidos al Museo Egipcio situado en las proximidades de la plaza.

Un manifestante que nos dijo que había sido detenido junto con más de 100 personas presenció palizas bajo custodia. Todas las personas detenidas por protestar pacíficamente deben ser puestas en libertad inmediata e incondicionalmente”, añadió Hassiba Hadj-Sahraoui.

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