Amnistía Internacional ha pedido hoy a los Estados que actúen con firmeza ante el informe de la ONU en el que se confirma que las fuerzas de seguridad sirias cometieron crímenes contra la humanidad durante la violenta represión llevada a cabo este año contra los manifestantes en el país. El informe de la Comisión de Investigación Internacional Independiente de la ONU, publicado hoy en Ginebra, pide al gobierno de Siria que abra “investigaciones independientes e imparciales sobre estas violaciones y que lleve a los responsables ante los tribunales”.
En el informe también se pide al gobierno de Siria que ponga fin de inmediato a las “flagrantes violaciones de derechos humanos que continúan produciéndose”, tales como ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas y torturas, incluida violencia sexual.
“Este informe confirma lo que llevamos meses diciendo: que las fuerzas de seguridad de Siria han cometido crímenes contra la humanidad”, ha expresado Philip Luther, director en funciones del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.
“No obstante, los acontecimientos de los últimos meses difícilmente hacen pensar que las autoridades sirias investigarán y procesarán a los responsables de tales crímenes. La ONU y sus Estados miembros deben actuar para garantizar la rendición de cuentas”.
El 12 de octubre, el gobierno de Siria prometió abrir su propia investigación sobre los presuntos abusos cometidos desde marzo de 2011, y añadió que cooperaría con la Comisión de la ONU una vez concluida su propia investigación.
Damasco, sin embargo, hasta el momento no ha presentado ningún tipo de información sobre su investigación nacional, y, dado su historial en materia de derechos humanos, hay pocos indicios que hagan pensar que Siria investigará y procesará a los responsables de dichos crímenes.
“La comunidad internacional debe tomar cartas en el asunto para afrontar el clima de impunidad que se vive en Siria”, ha afirmado Philip Luther.
“El Consejo de Seguridad debe remitir esta situación al fiscal de la Corte Penal Internacional”.
Según informes, más de 3.250 personas han perdido la vida en Siria desde mediados de marzo, entre ellos más de 200 niños y niñas. Se cree que muchos de ellos fueron abatidos a tiros durante manifestaciones u operaciones de seguridad en zonas residenciales. Más de 160 personas, según informes, han muerto bajo custodia en extrañas circunstancias.
Otros miles de personas han sido detenidas. Muchas de ellas han permanecido en régimen de incomunicación en centros de detención donde la tortura y otros malos tratos son práctica habitual.
El 25 de noviembre, el Comité de la ONU contra la Tortura dijo que resultaba alarmante el hecho de que “las denuncias sobre violaciones masivas de derechos humanos se producen en un contexto de total y absoluta impunidad, ya que no se han llevado a cabo investigaciones inmediatas, exhaustivas ni imparciales sobre estos casos”. El Comité ha pedido al gobierno de Siria que presente un informe especial antes del 9 de marzo de 2012.
Los actos de violencia continuaron el pasado domingo, y los activistas sirios afirman que al menos 11 personas han perdido la vida en todo el país.
La investigación, encargada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a la Comisión de Investigación, se ha llevado a cabo desde finales de septiembre hasta mediados de noviembre, e incluye entrevistas a 223 víctimas y testigos de presuntos abusos de derechos humanos.