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Iraquíes desplazados por los ataques del ISIS en Sinjar, en situación desesperada

Un gran número de iraquíes se han visto obligados a huir de sus hogares en los últimos meses © EPA
Los iraquíes desplazados por los combates en el noroeste del país deben recibir ayuda humanitaria urgente, ha declarado Amnistía Internacional después de que decenas de miles de civiles huyeran de la ciudad de Sinjar y sus alrededores tras un ataque de extremistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS). Cientos de civiles de Sinjar y su entorno están en paradero desconocido y se teme que hayan muerto o sido secuestrados, mientras decenas de miles están atrapados sin acceso a servicios básicos ni a suministros vitales en la zona de la montaña de Sinjar, al sur de la ciudad. La mayoría de las personas afectadas son miembros de la minoría yazidí. “Los civiles atrapados en la montaña no sólo corren el riesgo de ser asesinados o secuestrados por el ISIS, sino que además padecen la falta de agua, comida y atención médica. Necesitan ayuda humanitaria desesperadamente”, afirmó Donatella Rovera, asesora general sobre respuesta a las crisis de Amnistía Internacional que está actualmente en el norte de Irak. “Instamos a la comunidad internacional a que envíe asistencia humanitaria, y las autoridades iraquíes y kurdas deben hacer todo lo posible para garantizar que la tan necesaria ayuda llega a los civiles desplazados y que se les protege frente a nuevos ataques del ISIS.” Poblaciones enteras de las zonas atacadas por el ISIS desde el sábado 2 de agosto han huido a la montaña, que está rodeada por el grupo armado. Según informes, cientos de civiles en paradero desconocido, sobre todo hombres, pero también mujeres y niños, han sido asesinados o secuestrados. Las fuentes indican que otros civiles varones que tomaron las armas en un intento de rechazar los ataques del ISIS han sido capturados y asesinados. Los combatientes del ISIS han secuestrado o matado a más de 30 miembros de dos familias del pueblo de Khana Sor, en el noroeste de Sinjar, cerca de la frontera con Siria, declaró el miembro de una de ellas a Amnistía Internacional.
“Mataron a los 15 hombres y se llevaron a las mujeres y niños, y hasta ahora no sabemos qué les ha pasado, dónde están, ni si están vivos o muertos”, dijo.
Una mujer yazidí que huyó a la montaña de Sinjar desde Tal al Banat, un pueblo situado al sur de Sinjar, contó a Amnistía Internacional que temía que su hijo Hsein Buqu —de 45 años y padre de tres hijos—, en paradero desconocido, hubiera sido asesinado o secuestrado. “No tenemos noticias de él desde que huimos hace tres días. Si estuviera vivo y bien, se habría puesto en contacto con nosotros [la familia]”, afirmó. Las comunidades yazidíes de Irak sufren persecución desde hace tiempo debido a su religión —derivada de la fe zoroástrica preislámica— y los musulmanes suelen calificarlas de “adoradores del diablo”. Junto con los cristianos y otras minorías de Irak, son cada vez más vulnerables a los ataques desde que el ISIS tomó el control de varias partes del noroeste de Irak en junio. Actualmente es imposible el acceso a las zonas controladas por el ISIS y a las zonas circundantes donde continúan los enfrentamientos armados entre extremistas del ISIS y las fuerzas de los Pesh Merga. Por tanto, es difícil obtener y verificar información sobre las circunstancias exactas en las que desaparecieron las personas y familias en paradero desconocido. El hecho de que muchos de ellos están atrapados en zonas sin electricidad hace que los afectados no puedan comunicarse con sus familias y el mundo exterior. El Gobierno Regional del Kurdistán, por su parte, ha impedido que los desplazados busquen refugio en algunas ciudades del Kurdistán iraquí bajo su control, como Arbil y Dohuk. “La situación de las personas desplazadas atrapadas en los combates en Irak es cada vez más desesperada y todas las partes del conflicto deben adoptar más medidas para garantizar su seguridad”, concluyó Donatella Rovera. “Para empezar, el Gobierno Regional del Kurdistán debe permitir inmediatamente que los desplazados tengan acceso sin trabas a todas las zonas bajo su control y eliminar las restricciones impuestas en Arbil, Dohuk y otras zonas donde la población civil podría buscar refugio.”

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