“Mataron a los 15 hombres y se llevaron a las mujeres y niños, y hasta ahora no sabemos qué les ha pasado, dónde están, ni si están vivos o muertos”, dijo.Una mujer yazidí que huyó a la montaña de Sinjar desde Tal al Banat, un pueblo situado al sur de Sinjar, contó a Amnistía Internacional que temía que su hijo Hsein Buqu —de 45 años y padre de tres hijos—, en paradero desconocido, hubiera sido asesinado o secuestrado. “No tenemos noticias de él desde que huimos hace tres días. Si estuviera vivo y bien, se habría puesto en contacto con nosotros [la familia]”, afirmó. Las comunidades yazidíes de Irak sufren persecución desde hace tiempo debido a su religión —derivada de la fe zoroástrica preislámica— y los musulmanes suelen calificarlas de “adoradores del diablo”. Junto con los cristianos y otras minorías de Irak, son cada vez más vulnerables a los ataques desde que el ISIS tomó el control de varias partes del noroeste de Irak en junio. Actualmente es imposible el acceso a las zonas controladas por el ISIS y a las zonas circundantes donde continúan los enfrentamientos armados entre extremistas del ISIS y las fuerzas de los Pesh Merga. Por tanto, es difícil obtener y verificar información sobre las circunstancias exactas en las que desaparecieron las personas y familias en paradero desconocido. El hecho de que muchos de ellos están atrapados en zonas sin electricidad hace que los afectados no puedan comunicarse con sus familias y el mundo exterior. El Gobierno Regional del Kurdistán, por su parte, ha impedido que los desplazados busquen refugio en algunas ciudades del Kurdistán iraquí bajo su control, como Arbil y Dohuk. “La situación de las personas desplazadas atrapadas en los combates en Irak es cada vez más desesperada y todas las partes del conflicto deben adoptar más medidas para garantizar su seguridad”, concluyó Donatella Rovera. “Para empezar, el Gobierno Regional del Kurdistán debe permitir inmediatamente que los desplazados tengan acceso sin trabas a todas las zonas bajo su control y eliminar las restricciones impuestas en Arbil, Dohuk y otras zonas donde la población civil podría buscar refugio.”
Iraquíes desplazados por los ataques del ISIS en Sinjar, en situación desesperada
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