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El país se expone a una guerra civil si no pone fin a las muertes de manifestantes

Las fuerzas de seguridad han descargado munición real contra los manifestantes en Taizz. © AP GraphicsBank
Londres.- Las autoridades yemeníes deben poner fin de inmediato a las muertes de manifestantes y otras violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuerzas de seguridad, si el país no quiere verse sumido en una nueva situación de caos y una posible guerra civil, ha expresado hoy Amnistía Internacional.

Según informes, desde el pasado domingo las fuerzas de seguridad yemeníes han asesinado a numerosas personas en la ciudad meridional de Taizz. Los cuerpos de seguridad descargaron munición real contra los manifestantes que pedían la dimisión del presidente Ali Abdullah Saleh y contra un improvisado hospital de campaña para atender a los heridos. Asimismo, detuvieron a un gran número de personas y derribaron o prendieron fuego a las tiendas de campaña de un asentamiento levantado por los manifestantes.

La crisis política y de derechos humanos en Yemen está yendo a pasos agigantados de mal en peor, como consecuencia de la intervención de las fuerzas de seguridad del presidente Saleh, que intentan sofocar toda oposición”, ha dicho Malcolm Smart, director del Programa para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional.

En estos momentos, Yemen pende de un hilo. Existe un riesgo cada vez mayor de que la situación desemboque en una guerra civil entre las fuerzas del presidente Saleh y los ciudadanos que piden ahora un cambio y el fin de la represión y la violencia, que se han convertido en un llamativo símbolo de los esfuerzos de Ali Abdullah Saleh por mantenerse en el poder.

Durante los últimos días, los enfrentamientos han estallado también en Saná, la capital del país, tras la ruptura del alto el fuego entre el gobierno y un líder tribal local, por lo que se está viendo amenazada la vida de ciudadanos locales y otras personas inocentes. El gobierno también ha acusado a los combatientes de Al Qaeda de arrebatar el control de la ciudad de Zinjibar al ejército yemení. Según informes, muchas familias se han visto obligadas a huir de la zona para refugiarse en la ciudad de Aden, al sur del país.

El presidente Saleh debe retirar sus fuerzas de seguridad, poner fin al ataque de manifestantes pacíficos y hacer que los responsables rindan cuentas conforme a derecho”, ha afirmado MalcolmSmart.

La comunidad internacional también debe dejar claro al presidente de Yemen que los abusos cometidos por sus fuerzas de seguridad son totalmente inaceptables y deben acabar, y que no se permitirá que él ni quienes le rodean eludan sus responsabilidades por los graves delitos de derechos humanos que se están llevando a cabo bajo su mandato.

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