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El nuevo presidente debe cumplir las promesas en materia de derechos humanos

La victoria de Hassán Rouhaní presenta una nueva oportunidad para abordar las violaciones de derechos humanos en Irán. © Kaveh Kazemi/Getty Images
El triunfo del clérigo Hasán Ruhaní, de 64 años, en las elecciones presidenciales de Irán, representa otra oportunidad de abordar los abusos contra los derechos humanos en el país, según ha afirmado hoy Amnistía Internacional.

Hasán Ruhaní, que ha sido calificado de moderado y pragmático, formuló una serie de compromisos durante su campaña electoral para mejorar el penoso historial de derechos humanos de Irán y tendrá que dar cuenta de ellos en los próximos meses.

Tiene previsto emitir una “Carta de derechos civiles” que abogue por la igualdad de todos los ciudadanos sin discriminación por motivos raciales, religiosos o sexuales. También garantizará mayores libertades para los partidos políticos y las minorías, así como el derecho de todas las personas a un juicio justo, a la libertad de reunión y a la protección jurídica.

“Si se aprueba y se hace cumplir la Carta propuesta, será un primer paso decisivo en favor de los derechos humanos en Irán”, ha manifestado Hassiba Hadj Sahraoui, directora adjunta del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y Norte de África.

“Pero la gente no necesita retórica y promesas vacías, sino que espera medidas concretas. Y eso empieza con la liberación de los presos políticos, incluidos los dirigentes de la oposición Mir Hossein Mousavi y Mehdi Karroubi, como corearon los iraníes en las calles tras el anuncio de los resultados electorales”.

“En su primer discurso, el presidente electo Hasán Ruhaní ha declarado hoy que nunca olvidará las promesas que hizo al pueblo iraní. Amnistía Internacional dará seguimiento a sus acciones para asegurarse de que mantiene su palabra”.

El presidente electo se ha mostrado crítico con la segregación por sexos en los centros educativos y además ha formulado varios compromisos para mejorar los derechos de las mujeres en Irán, como presentar varios proyectos de ley sobre mujeres, establecer el primer Ministerio de la Mujer del país y garantizar la igualdad de género, incluida la igualdad de oportunidades en el empleo.

Además, Hasán Ruhaní ha insistido en la importancia de la libertad de expresión –criticando las restricciones de Internet, entre otras cosas– y la necesidad de permitir las críticas al gobierno para hacer posible el verdadero progreso.

Tras el triunfo electoral de Ruhaní, simpatizantes de los dirigentes de oposición Mir Hossein Mousavi y Mehdi Karroubi corearon eslóganes en favor de su liberación. Las autoridades iraníes pusieron a ambos bajo arresto domiciliario por haber convocado protestas de solidaridad con las sublevaciones contra el gobierno en Egipto y Siria en 2011. Grupos de derechos humanos, así como las Naciones Unidas, han solicitado reiteradamente su liberación.

“Con la elección de Ruhaní, las autoridades tienen la oportunidad de reconsiderar la importancia de respetar el Estado de derecho. Deben actuar ya para poner en libertad a todos los presos de conciencia y terminar con el hostigamiento de activistas de derechos humanos y periodistas y de familiares suyos”, ha afirmado Hassiba Hadj Sahraoui.

“Hasán Ruhaní tiene la oportunidad de obrar un cambio real en la vida de la población iraní, pero aún está por ver que pueda cumplir sus promesas electorales, y en qué medida, para que la reforma se haga realidad”.

Amnistía Internacional pide a Hasán Ruhaní y a las autoridades iraníes que colaboren con los mecanismos de derechos humanos de la ONU como medida simbólica y concreta acorde a las promesas formuladas, lo que incluye autorizar de inmediato la visita al país del relator especial sobre la situación de los derechos humanos en Irán.

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