En respuesta al anuncio efectuado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) de que suspendería indefinidamente la aplicación de las leyes ambientales debido a la pandemia del coronavirus, COVID-19, Richard Pearshouse, director de Crisis y Medioambiente de Amnistía Internacional, ha manifestado:
“La administración Trump está abusando cínicamente de esta crisis para conseguir su objetivo, anterior a la pandemia de COVID-19, de desmantelar las normativas ambientales de Estados Unidos.
“No se exagera el riesgo: La decisión de suspender indefinidamente las salvaguardias que ofrecen las leyes de protección ambiental matará o pondrá en peligro la salud de gran número de personas. Este impacto lo sentirá toda la población estadounidense, pero especialmente la que ya sufre marginación y discriminación, incluidas las personas que viven en zonas rodeadas por instalaciones industriales muy contaminantes.
“La labor de aplicación de las leyes ambientales que lleva a cabo la EPA salva cada año a cientos de miles de personas de morir prematuramente, y a millones más de sufrir enfermedades evitables. Esta decisión debe revocarse de inmediato.
“Podría tener un efecto dominó mundial demoledor sobre los derechos humanos si otras autoridades estatales siguen el ejemplo y renuncian a cumplir con su responsabilidad de proteger a sus poblaciones de contaminantes existentes en el aire, el agua y la tierra.”