Londres.- La policía detuvo ayer brevemente a cinco activistas de Amnistía Internacional y cerró los puestos de la organización en el lugar del concierto de U2 en la capital rusa, Moscú, antes de que se celebrara éste.
Los activistas estaban dentro del recinto del concierto, donde mostraban pancartas y recogían firmas para la campaña "Exige Dignidad”, dirigida a poner fin a las violaciones de derechos humanos que generan e intensifican la pobreza en el mundo. Intentaban sensibilizar sobre los derechos humanos y recoger firmas para una petición.
El grupo musical ha invitado a activistas de Amnistía Internacional a sumarse a él en la etapa europea de su gira U2 360°. Los agentes de policía hicieron caso omiso de las protestas de los activistas, que explicaron que estaban allí invitados, y los obligaron a cerrar sus puestos.
Aunque nadie opuso resistencia a la orden policial de cerrar los puestos, una persona que forma parte del personal de la oficina de Moscú de Amnistía Internacional y cuatro voluntarios fueron conducidos a una comisaría local. Les ordenaron ofrecer por escrito una explicación de sus acciones, emitieron contra ellos una amonestación oficial por haber organizado un acto público sin permiso oficial previo y, al cabo de una hora, los dejaron en libertad.
Lamentablemente, esta detención no es un hecho aislado, sino que refleja las dificultades constantes que encuentran hoy día en Rusia quienes intentan expresar opiniones que las autoridades consideren conflictivas, disidentes o delicadas. Amnistía Internacional teme que en Rusia se esté restringiendo a los miembros de la oposición política y a los activistas de los derechos humanos el derecho a la libertad de reunión y expresión.
La organización ve con preocupación que las autoridades rusas consideren que no se pueden permitir tales actividades si no se realizan con su aprobación explícita y adopten estrictas medidas represivas contra quienes las llevan a cabo por considerar que están cometiendo una infracción.