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Burkina Faso: No se puede ignorar la crisis de las mujeres en las elecciones

Cartel en la segunda ciudad en importancia de Burkina Faso, Bobo Dioulasso, con el lema "No a los matrimonios forzosos". ©

Burkina Faso debe abordar con urgencia una crisis nacional en la que el matrimonio forzado y precoz, el embarazo no deseado y la falta de educación sexual relegan a cientos de miles de niñas y mujeres al papel de ciudadanas de segunda clase; así lo ha afirmado hoy Amnistía Internacional. Amnistía Internacional presenta hoy su campaña  Mi cuerpo, mis derechos en Burkina Faso, con un manifiesto de derechos humanos donde pide a los candidatos a las elecciones presidenciales y legislativas del 11 de octubre de 2015 que se comprometan a adoptar una postura más estricta sobre el matrimonio forzoso y precoz y a facilitar el acceso de mujeres y niñas a medios anticonceptivos así como a información y servicios de salud sexual y reproductiva. Al mismo tiempo, la organización ha lanzado una ciberacción en su centro de activismo on line para lograr firmas con las que presionar a las autoridades con este mismo propósito. “En la actualidad, las jóvenes de Burkina Faso se enfrentan a numerosas trabas que les impiden realizar sus esperanzas y sueños. Sus familias podrían casarlas y, aunque ellas puedan permitirse usar medios anticonceptivos, sus parejas podrían negarse a usarlos o no permitírselo a ellas", ha explicado Alioune Tine, director de Amnistía Internacional para África Occidental y Central. “Durante demasiado tiempo, las autoridades burkinesas han desatendido los derechos de mujeres y niñas. Todo candidato electoral debe tener como objetivo primordial de su campaña reparar este mal y levantar las barreras con que se encuentran las mujeres y las niñas." A pesar de que la Constitución y la legislación de Burkina Faso protegen la igualdad de género, la mutilación genital femenina, el matrimonio precoz y forzado y la violencia en el ámbito familiar en la práctica están muy extendidos. Mujeres y niñas contaron a Amnistía Internacional que las decisiones relativas al embarazo y el matrimonio suelen tomarlas los miembros varones de la familia. Por ese motivo, sólo el 17 por ciento de las mujeres burkinesas utilizan medios anticonceptivos y cada año mueren más de 2.000 mujeres en el parto. Diversas trabas a la salud sexual y reproductiva y acceso a métodos anticonceptivos Es muy común que los hombres prohíban a sus esposas utilizar métodos anticonceptivos con amenazas de violencia. Therese, frutera de 23 años y madre de tres hijos, contó lo siguiente a Amnistía Internacional: “Desde que nació mi segundo hijo, me escondo para tomar la píldora anticonceptiva, que además a mí me resulta más barata que otros métodos. Mi esposo desconoce la anticoncepción. Cree que causa enfermedades y amenaza con encerrarme bajo llave si caigo enferma por culpa de eso." Otras barreras que encuentran las mujeres al acceder a los métodos anticonceptivos son los altos precios y la falta de acceso a una educación sexual integral. Mariama, de 24 años y madre de tres hijos, explicó a Amnistía Internacional que la falta de educación puede dar lugar a un embarazo no deseado. La primera vez que tuve relaciones sexuales y me quedé embarazada, no sabía que podía ocurrir eso por tener sexo. No sabía nada de la anticoncepción. Después de nacer mi primer hijo, volví a quedarme embarazada. No usaba ningún método anticonceptivo porque aún no sabía qué hacer." Unos índices alarmantes de matrimonio precoz y forzado El próximo gobierno de Burkina Faso deberá reaccionar ante los alarmantes índices de matrimonio a edad temprana revisando la legislación nacional para garantizar que se hacen cumplir las leyes que prohíben el matrimonio precoz, lo que incluye imponer sanciones a las familias que casan a niñas sin su consentimiento; así lo ha afirmado Amnistía Internacional. Burkina Faso es el sexto país africano con el índice más alto de matrimonio a edad temprana: el 52 por ciento de las niñas están casadas a la edad de 18 años y casi la mitad ya son madres a esa edad. Malaika se escapó de su casa para evitar que sus progenitores la casaran. Cuando la policía la encontró le dijeron que volviera con su madre y su padre; así se lo contó a Amnistía Internacional. Yo tenía 15 años cuando mis padres quisieron que me casara con un señor de 75. Es mayor que mi padre y ya tiene tres esposas, e hijas de mi edad.  El día que iba a ser presentada al viejo les dije a mis padres que no estaba conforme con su elección y que quería terminar mis estudios. Me dijeron que tenía que casarme con el hombre que habían elegido y que no podía hacer otra cosa que aceptar. “Amnistía Internacional pide a todos los candidatos a las elecciones presidenciales y legislativas que firmen su manifiesto de derechos humanos y se comprometan a hacer cambios significativos necesarios para que las mujeres y niñas puedan tomar decisiones fundamentales que afectan a su cuerpo y a sus derechos sexuales y reproductivos", ha dicho Alioune Tine. “Quien vaya a dirigir el país en el futuro debe poner fin a esta discriminación de las jóvenes. Se acorta la etapa de la infancia, y se arrebata a las mujeres y las niñas su derecho a decidir sobre su cuerpo y su vida. Actualmente en Burkina Faso las mujeres y niñas no siempre son libres de elegir cuándo se casan o con quién, cuándo tienen los hijos y cuántos; y eso tiene que cambiar.”

Información complementaria

Mi cuerpo, mis derechos es una campaña global de Amnistía Internacional contra los intentos de los gobiernos de controlar a las mujeres y las niñas. La campaña ya está en marcha en El Salvador y en Irlanda. La campaña en Burkina Faso tendrá como fin concienciar a la población sobre las barreras que encuentran las mujeres y niñas a través de anuncios publicitarios, conciertos y otras actividades, y los simpatizantes de Amnistía Internacional repartirán preservativos gratuitamente para llamar la atención sobre la necesidad de mejorar el acceso a los medios anticonceptivos. Como parte de la campaña, Amnistía Internacional publicará un informe sobre la crisis que afrontan las mujeres y niñas de Burkina Faso el 8 de marzo de 2016, Día Internacional de la Mujer.

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