Hussein Abo al Kheir, hombre de nacionalidad jordana y padre de ocho hijos que lleva desde 2015 en espera de ejecución tras ser declarado culpable de tráfico de drogas, corre peligro de ser ejecutado de forma inminente, declaró hoy Amnistía Internacional, ahora que Arabia Saudí reanuda las ejecuciones por delitos de drogas que había suspendido durante dos años.
Desde el 10 de noviembre de 2022, Arabia Saudí ha ejecutado a 20 personas —un 60% de ellas, extranjeras— declaradas culpables de delitos de drogas. Se teme que decenas de presos más corran la misma suerte.
“La reanudación de las ejecuciones por delitos de drogas en Arabia Saudí significa que Hussein Abo al Kheir podría ser ejecutado en cualquier momento. Ya ha visto cómo se han llevado a otros reclusos de su centro para ser ejecutados. Se debe poner fin a estas crueles ejecuciones ya. Nadie tendría que sufrir esta pena cruel, inhumana y degradante”, manifestó Heba Morayef, directora regional de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África.
“Las autoridades saudíes deben conmutar de inmediato su condena a muerte y la de todas las personas que están en espera de ejecución. Deben establecer urgentemente una suspensión de todas las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte por completo.”
Hussein Abo al Kheir fue detenido el 18 de mayo de 2014 por presunto tráfico de anfetaminas por funcionarios de aduanas cuando cruzaba la frontera entre Jordania y Arabia Saudí. Fue recluido en régimen de incomunicación en un lugar desconocido durante 12 días y no se le permitió contactar con su familia hasta dos semanas después de su detención. Dice que las autoridades obtuvieron una “confesión” suspendiéndolo cabeza abajo por los pies y golpeándolo tan fuerte que no podía ni sostener el bolígrafo. Al final, dijo que sólo pudo “firmar” el documento con su huella dactilar. Más tarde se retractó de su “confesión” ante el Tribunal Penal de Tabuk y solicitó un informe médico, pero dice que sus denuncias de tortura no han sido investigadas. No tuvo acceso a representación letrada ni asistencia consular en ningún momento durante su detención preventiva ni durante las actuaciones judiciales.
En junio de 2021, Hussein dio buenas noticias a su familia después de que las autoridades le dijeran que su condena a muerte había sido suspendida y estaba siendo revisada a la luz de una directiva emitida por el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud en virtud de la cual se indultaría a algunas personas recluidas por delitos de drogas. Aunque no estaba claro si la orden se aplicaría a las personas condenadas a muerte, se excarceló a varios presos de su centro.
Desde entonces, no obstante, las autoridades no han dicho nada a Hussein sobre su caso, y dado que Arabia Saudí ha vuelto a incrementar el uso de las ejecuciones por delitos de drogas, la familia de Hussein vive en la agonía, consciente de que podrían ejecutarlo en cualquier momento.
La hermana de Hussein, Zainab Abo al Kheir, contó a Amnistía Internacional: “Hussein nos llamó ayer y nos dijo que las autoridades penitenciarias se habían llevado a un hombre saudí de su sección para ejecutarlo, y que dos semanas antes habían hecho lo mismo con dos hombres jordanos. Tuvimos la sensación de que nos estaba preparando para su muerte inminente, como si se estuviera despidiendo. No sabemos que ocurrirá con Hussein, pero, ¿cómo es posible que las autoridades puedan ejecutarlo de un momento a otro sin decírnoslo? Nuestro miedo y desesperación son inexplicables”.
El Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria concluyó que Hussein se encuentra recluido arbitrariamente y que su privación de libertad “carece de fundamento jurídico”, antes de recomendar a Arabia Saudí la “anulación de su condena a muerte” y “su puesta en libertad inmediata e incondicional”.
Información complementaria
En enero de 2021, la Comisión de Derechos Humanos de Arabia Saudí dijo que el país había suspendido las ejecuciones por delitos de drogas, y que “el Reino y su sistema de justicia se est[aban] centrando más en la reinserción y la prevención”.
Entre enero de 2020 y octubre de 2022, Arabia Saudí no llevó a cabo ninguna ejecución por delitos de drogas, pero la suspensión de las ejecuciones nunca se consagró en la legislación, que estable la pena de muerte para el tráfico de drogas o los delitos conexos según el principio de ta’zir (discrecionalidad del juez). Entre 2016 y 2020, las autoridades saudíes ejecutaron al menos a 987 personas, incluidas 232 de nacionalidad saudí y extranjera condenadas por delitos de drogas.
Arabia Saudí ha llevado a cabo 148 ejecuciones este año. En marzo, las autoridades ejecutaron a 81 personas en un solo día —la mayor ejecución colectiva en años—, incluidas 41 de la minoría chií del país. Las autoridades también han seguido imponiendo condenas de muerte contra hombres de la minoría chií, entre ellos algunos que aún no habían cumplido 18 años en el momento de cometer presuntamente los delitos.