Amnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsAmnesty IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid IconsCovid Icons
Actuamos por los derechos humanos
en todo el mundo

La senadora Kathy Campbell de Lincoln (izquierda) y el senador Ernie Chambers de Omaha (derecha) celebran la abolición de la pena de muerte en Nebraska. © AP Photo/Nati Harnik

Blog

¡Victoria! Nebraska se convierte en el Estado número 19 de Estados Unidos en abolir la pena de muerte

Por Christy Hargesheimer, coordinador contra pena de muerte en Nebraska, AI USA,

¡Guau!, ¿quién lo hubiera creído posible? El Estado rojo de Nebraska (con unas cuantas manchas color púrpura), ha votado a favor de anular el veto del gobernador y, de esa manera, ha derogado la pena de muerte. ¿Y quiénes han sido los responsables de este logro? Una fuerte coalición de abolicionistas, a los que se han sumado varios sospechosos poco habituales. Ellos han sido.

Antes que nada, un poco de historia: Nebraska fue el primer Estado en abolir legislativamente la pena de muerte en la edad moderna. Lo hizo en 1979, pero el proyecto de ley no superó el veto del gobernador. Posteriormente, en la década de 1990, se llevaron a cabo tres ejecuciones, la última de ellas en 1997.

En la década de 1990, se llevaron a cabo tres ejecuciones, la última de ellas en 1997
En 1999 se aprobó un proyecto de ley para dictar una moratoria legislativa, pero también fue vetado. En su lugar se autorizó un estudio, que realizaría David C. Baldus, de Iowa. El estudio concluyó que la pena de muerte se aplicaba de forma arbitraria, dependiendo más de elementos geográficos, raciales y de clase social, así como del criterio de los fiscales, que de la justicia en sí. En 2008, la Corte Suprema del estado resolvió que el uso de la silla eléctrica se consideraba una “pena cruel e insólita” porque, para entonces, Nebraska era el único lugar de la Tierra en el que la electrocución era el único método de ejecución. La inyección letal sustituyó a la silla eléctrica como medio de ejecución pero, puesto que el estado no consiguió adquirir legalmente las sustancias necesarias, la pena de muerte quedó básicamente en suspenso. Por último, en 2013, conseguimos votos suficientes en favor de la abolición, pero no los bastantes para vencer a quienes estaban decididos a poner obstáculos en nuestro camino. Por fin este año, tras décadas de lucha, conseguimos los votos para vencer esos obstáculos, y el proyecto de ley promovido por el senador Ernie Chambers de Omaha, que lleva unos 40 años luchando por la abolición, logró así su aprobación final.
Por fin este año, tras décadas de lucha, conseguimos los votos para vencer esos obstáculos, y el proyecto de ley promovido por el senador Ernie Chambers de Omaha, que lleva unos 40 años luchando por la abolición, logró así su aprobación final.
El suspense era enorme: ¿conseguiríamos superar el veto prometido por el gobernador o volvería ese veto a convertirse en un obstáculo insuperable, como en 1979? Hoy hemos sabido la respuesta. ¡Que empiece la celebración! Y ahora, volviendo a mi mención de los “sospechosos poco habituales”… ¿Quiénes son los que nos han ayudado a lograr este momento histórico? Muchos familiares de víctimas han hablado del impacto tremendamente negativo que la constante atención de los medios de comunicación tenía en su vida. Muchas voces religiosas (incluidas las del Papa y el Dalai Lama) han apoyado la derogación. Funcionarios judiciales, e incluso algunos fiscales, un ex juez de Nebraska y ex alcaides de otros estados han dicho que era hora de avanzar. Pero, en Nebraska, han sido realmente los legisladores conservadores los que han aparecido y han empezado a presentar argumentos, tanto morales como económicos, que indicaban el final de un sistema fracasado. Es evidente que esto no podría haber sucedido sin el duro trabajo de los grupos dedicados a poner fin a esta barbarie a manos del Estado. Amnistía Internacional Estados Unidos nos ha apoyado, con centros telefónicos y alertas de correo electrónico que pedían a los miembros de Amnistía Internacional en Nebraska que se pusieran en contacto con sus legisladores.
La marea de la abolición sigue barriendo Estados Unidos, y pronto la pena de muerte quedará relegada a los libros de historia, que es a donde pertenece. ¿Quién quiere ser el siguiente?
Nebraska ha contado también con una fuerte coalición de personas que han trabajado juntas: Nebraskans for Alternatives to the Death Penalty (NADP), Equal Justice USA (EJUSA), la Unión Estadounidense para la Defensa de las Libertades Civiles (ACLU), y muchos otros que han trabajado diligentemente para tratar de educar tanto a los responsables de formular las políticas como a los electores. Los medios de comunicación han publicado en los principales periódicos estatales numerosos editoriales pidiendo la abolición. A todos ellos, gracias por el apoyo, las llamadas telefónicas y los correos electrónicos. Nebraska se ha unido ya a las filas de los Estados que han abandonado este castigo roto e irreparable: el Estado número 19 sin pena de muerte y el Estado número 7 en abolir esta pena en tan sólo los últimos 8 años. La marea de la abolición sigue barriendo Estados Unidos y pronto la pena de muerte quedará relegada a los libros de historia, que es a donde pertenece. ¿Quién quiere ser el siguiente?

Contigo somos independientes

Amnistía Internacional lo forman personas que defienden una humanidad justa y libre alrededor del mundo. Personas como tú, que creen en nuestro trabajo. Por eso, si tú también defiendes los derechos humanos, te necesitamos para seguir siendo independientes. Puedes hacerlo desde aquí en menos de un minuto, con cuotas a partir de 4 € al mes.

Nos mantenemos firmes con nuestros principios: no aceptamos ni una sola subvención de ningún gobierno, ni donaciones de partidos políticos.

Haz posible nuestra independencia.