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Mural en homenaje a Albert Woodfox, que lleva 43 años en la penitenciaria de Luisiana en régimen de aislamiento. © Fuente AI USA

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Tras llevar 43 años en prisión en régimen de aislamiento, Albert Woodfox debe ser puesto en libertad

Por Mireya Cidon, Amnistía Internacional,

¿Alguien se imagina lo que puede significar pasar 43 años en aislamiento? Sin contacto humano... Si la pena de muerte viola el derecho a la vida, ¿qué viola la muerte en vida?

Albert Woodfox tiene 68 años y es el último de un grupo de presos –conocido comolos Tres de Angola– que permanece encarcelado en la penitenciaria de Luisiana. Junto con Herman Wallace fue hallado culpable del homicidio del guardia de prisión Brent Miller en 1972. Tenía 25 años y se encontraba en la cárcel acusado de robo armado. Tanto él, como Wallace, han negado repetidamente su implicación en los hechos. Woodfox cree que fueron acusados falsamente por haber creado una rama del Partido de las Panteras Negras para reclamar mejores condiciones carcelarias para los presos. El juicio al que fueron sometidos estuvo lleno de irregularidades y el fiscal no presentó ninguna prueba material que los vinculara con el asesinato de Miller. Las pruebas de ADN, potencialmente favorables a Woodfox, desaparecieron, y nunca se intentó identificar la huella dactilar ensangrentada que se encontró cerca del cadáver y que no coincidía con ninguno de los acusados.

Desde entonces han aparecido datos que indican que el testigo principal declaró en contra a cambio de ventajas carcelarias. Otros testigos también se retractaron. Uno de ellos reconoció haber inventado la acusación a cambio de favores. Otro estaba considerado “legalmente ciego” y un tercero estaba bajo los efectos de una fuerte medicación en el momento del asesinato. Incluso la viuda de Brent Miller, Leontine Rogers –conocida como Teenie–, se sumó a la campaña contra las sentencias condenatorias y solicitó la revisión del caso.

Cuando Teenie supo que Herman Wallace tenía un cáncer en fase terminal quiso verlo en prisión, pero rechazaron sus solicitudes. Quería decirle que sabía que era inocente y pedirle perdón, pero no se lo permitieron. Herman fue puesto en libertad tras la decisión de un juez de revocar su condena en 2013. Fue una gran noticia, pero Wallace falleció solo tres días después. Murió sabiendo que era un hombre libre, pero tras pasar 41 años en prisión por un crimen que, todo indica, no cometió.

Robert King, el tercer miembro de los Tres de Angola y fundador junto a Wallace y Woodfox de la rama del Partido de las Panteras Negras, fue acusado de otro delito en la misma época y liberado en 2001 tras pasar 29 años en aislamiento. Ya solo permanece en encarcelado Albert Woodfox. Las condiciones de aislamiento en las que ha vivido los últimos 43 años han sido crueles. Encerrado en una celda de 2x3 m durante 23 horas al día, le han limitado el acceso a libros, periódicos y televisión. Tampoco le han permitido trabajar, estudiar, participar en programas de rehabilitación o en actividades de grupo. Su contacto con el mundo exterior se ha reducido a visitas ocasionales de familiares y amigos y a llamadas telefónicas restringidas. Durante todo este tiempo sólo ha podido caminar por el pasillo de la celda, ducharse o hacer ejercicio en solitario. Las más de cuatro décadas de aislamiento han afectado gravemente su salud y su estado emocional. El pasado 8 de junio el juez federal de distrito, James Brady, emitió un fallo en el que afirmó que "el único remedio justo'' era la liberación inmediata e incondicional de Albert Woodfox. El juez prohibió, además, que fuera sometido a un nuevo juicio. Fue un momento de mucha alegría. Sin embargo, el fiscal general de Luisiana recurrió la decisión, bloqueando temporalmente su puesta en libertad. En Amnistía Internacional llevamos años de infatigable campaña por los Tres de Angola y consideramos la decisión del juez Brady una excelente noticia. Esperamos, por tanto, celebrar pronto la excarcelación definitiva de Albert Woodfox. Merece ser y vivir como un hombre libre.

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