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Amnistía Internacional lleva haciendo campaña por Marzen Darwish desde su detención en 2012. © AI

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Siria, la mirada de la esperanza

Por Carlos de las Heras, responsable de campañas sobre DDHH en AI,

Durante los últimos cinco años he sido el responsable del trabajo de AI España sobre Siria. Un país con una cultura y una historia apasionantes. Un país que, desafortunadamente, lleva más de cuatro años inmerso en un grave conflicto armado. Un conflicto que comenzó con la sangrienta represión por parte del presidente, Bashar Al Assad, de las protestas de la sociedad siria que, contagiada de los aires frescos de la Primavera Árabe que se extendía por otros países de Oriente Medio y el Norte de África, tomó la calle pidiendo reformas y libertades.

En los cinco años que tuve la oportunidad de estudiar y trabajar sobre este país, prácticamente nunca tuve la ocasión de leer o vivir una buena noticia. Desde entonces, han pasado más de cuatro años y lamentablemente, toda la información que llega de Siria son malas noticias: más de 200.000 personas han muerto en el conflicto, ambos bandos cometen crímenes de guerra a diario, la comunidad internacional mira más hacia otro lado que hacia la situación del país, la impunidad es el pan de cada día, más de 10 millones de personas –la mitad de la población de Siria– han perdido sus hogares y, bien se han convertido en desplazados internos, vagando de un sitio a otro sin poder salir del país, bien se han convertido en refugiados, la mayoría en países como Jordania o Líbano.

Precisamente en Líbano localizamos a Yara Bader, la pareja de Mazen Darwish, a quien tuve la suerte de conocer el pasado mes de febrero. Por esas fechas, Amnistía Internacional presentaba su Informe Anual, un repaso al estado de los derechos humanos en el mundo. Siria es unos de los países donde más abusos a los derechos humanos se cometen y como no podía ser de otra forma, debía tener una presencia importante entre los temas a destacar en dicha presentación.

Actualmente, Yara es la directora en funciones del Centro Sirio para los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión (SCM). Y digo "en funciones" porque el director y compañero de Yara, Mazen Darwish, fue detenido por las fuerzas de seguridad en febrero de 2012 junto a varios colegas que trabajaban en el Centro. El SCM es una importante organización no gubernamental que trabaja para difundir información sobre la situación de los derechos humanos en Siria, incluidos abusos a la libertad de prensa y la libertad de expresión. Entre sus estudios destacan los ataques contra periodistas. También ha documentado informes de civiles detenidos y desaparecidos. Es fácil de suponer que, dada la crisis de derechos humanos que vive Siria, su trabajo es tan complicado como necesario.

Yara es la directora en funciones del Centro Sirio para los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión (SCM) y la pareja de Mazen Darwish. © AI

Entre las cosas que más me llamaron la atención de Yara me quedo con su buen humor, su sonrisa y, sobre todo, su mirada. Esa mirada trasmitía una seguridad y confianza que me resultaban desconcertantes. ¿Cómo puede esta persona levantarse cada día y seguir hacia adelante?
Tras ser detenido, Mazen pasó casi un año en condiciones que constituyen desaparición forzada y fue sometido, al igual que sus compañeros, a malos tratos y torturas. Pasado un año, fueron transferidos a la Prisión Central de Adra, en Damasco. En los tres años siguientes, fue trasladado a otras prisiones en Siria, seguramente con el objetivo de dificultar el contacto con su familia y abogados. Mientras se sucedían traslados, aplazamientos de juicios, retrasos en las vistas, etc., Yara y los demás profesionales del SCM seguían trabajando en favor de Mazen y el resto de detenidos. Su voz llegó hasta Naciones Unidas: entre 2013 y 2014 fueron varios los organismos que exigieron su libertad. Incluso el Consejo de Seguridad, a través de la Resolución 2139 exigió su liberación, y la de todas las personas detenidas arbitrariamente en Siria.

Pero volvamos a la historia de Yara. Aquel día de febrero de 2012 también estaba en las oficinas del SCM y también fue detenida. Tuvo más suerte que su marido, ya que se benefició de una amnistía presidencial y a los tres meses recuperó la libertad. Una libertad que nunca debió perder simplemente por haber ejercitado pacíficamente su derecho a la libertad de expresión y asociación, como parte de su trabajo.

Cuando salió de prisión, Yara tuvo que buscar refugio en Líbano. Desde allí comenzó una campaña para que el caso de su marido y del resto de detenidos del SCM fuera conocido en todo el mundo. Se convirtió en la voz de Mazen fuera de Siria, viajó a decenas de países para que la situación de Mazen no quedara en el olvido, como sí queda en el olvido lo que sucede en su país. Naciones Unidas, la Unión Europea... y de pronto, surgió la oportunidad de que visitara España. Teníamos que pensar en invitar a una persona para el lanzamiento del Informe Anual y pensamos que sería muy bueno aprovechar la oportunidad para que la gente supiera lo que sucede en Siria de primera mano.

No fue sencillo conseguir que viniera. Como tantas otras veces en Amnistía, trabajamos a contrarreloj para que pudiera estar aquí el día 24 de febrero. Llamadas de teléfono, correos electrónicos, búsqueda de vuelos, visados... En un tiempo récord y gracias al esfuerzo de muchas personas en la organización, logramos que ese día 24 se sentara en la mesa de la sala de prensa. Apenas estuvo cuatro días en España, pero para mí fueron días muy intensos en los que aprendí (si es que no lo sabía ya) que cuando todo parece perdido, no podemos perder la esperanza y debemos seguir luchando.

Entre las cosas que más me llamaron la atención de Yara me quedo con su buen humor, su sonrisa y, sobre todo, su mirada. Esa mirada trasmitía una seguridad y confianza que me resultaban desconcertantes. ¿Cómo puede esta persona levantarse cada día y seguir hacia adelante? ¿Cómo puede pensar en que un día recibirá la noticia de que Mazen es libre? ¿Cómo se consigue mantener la esperanza cuando todo parece perdido? No me atreví a preguntárselo directamente; prefería quedarme con su sensación de convencimiento y con esa manera de mirar que titula este post: La mirada de la esperanza.

El 10 de agosto de 2015, tres años, cinco meses y 23 días después, recibí un correo electrónico de Yara. El asunto me hizo entenderlo todo; no pude evitar que se me escapara una sonrisa y recordar su mirada:

Mazen is out of prision...

* Mazen Darwish fue puesto en libertad condicional el 10 de agosto de 2015. Aún sigue teniendo cargos pendientes, está acusado de “difundir actos terroristas” ante el Tribunal Antiterrorista de Siria. La próxima vista judicial está prevista para el 30 de agosto. Casualmente, el 30 de agosto se celebra el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. El caso de Mazen es solo uno de los miles de desaparecidos que hay actualmente en Siria.

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