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Nabeel Rajab, un hombre valiente que se niega a permanecer en silencio

Por Sima Watling (@aibahrain), equipo de Bahréin en Amnistía Internacional,

Nabeel Rajab es caso de Regala tus palabras 2017. Sima Waitling, del equipo de Bahréin en Amnistía Internacional, nos habla de él y nos explica por qué está en la cárcel.

La primera vez que me reuní con él fue en 2013, durante una visita de Amnistía Internacional a la prisión de Jaw, en Bahréin, donde cumplía una condena de dos años por haber participado en unas manifestaciones. Vestía el uniforme gris de la prisión y no nos esperaba, pues las autoridades no le habían informado con antelación de nuestra visita. No obstante, llamaba la atención su actitud digna y respetuosa.

Relató con calma su juicio injusto, su experiencia en prisión, las condiciones bajo las cuales se mantenía a las personas detenidas y la situación general en el país. Su pasión, valor, integridad y firme compromiso de luchar por los derechos de los demás eran, cuando menos, inspiradores.
Cuando transcendió la noticia de su liberación el 24 de mayo de 2014, se generó un gran entusiasmo y, poco después, Nabeel Rajab visitó junto con su familia las oficinas de Amnistía Internacional en Londres, donde habló con el personal de la organización que inmediatamente lo interpeló con preguntas sobre su detención y los problemas que encara Bahréin.

Al poco tiempo de haber regresado a su casa se le prohibió viajar, y durante dos años después de su liberación, Nabeel Rajab fue objeto de un continuo hostigamiento por parte de las autoridades.

El 13 de junio de 2016 Nabeel fue detenido otra vez y se enfrentó a juicios en dos causas por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión.

Nabeel se niega a permanecer callado, incluso ESTANDO en prisión.

Sima Waitling, Amnistía Internacional

En la actualidad, Nabeel Rajab está cumpliendo en la prisión de Jaw una condena de dos años, ratificada en apelación el 22 de noviembre de 2017, por “difundir noticias, declaraciones y rumores falsos sobre la situación interna del reino, que menoscaban su prestigio y posición”, en relación con unas entrevistas en televisión que había concedido en 2015 y 2016. Durante las mismas, Nabeel Rajab afirmó que no se había permitido la entrada al país ni a las organizaciones no gubernamentales ni a las relatorías especiales de las Naciones Unidas.

Nabeel Rajab también está siendo juzgado por unos comentarios que publicó y retuiteó en su cuenta de Twitter en relación con la guerra de Yemen y con las presuntas torturas cometidas en la prisión de Yaw tras unos disturbios que se produjeron en ella en marzo de 2015. La presentación de los alegatos finales de la defensa en esta causa está fijada para el 15 de enero de 2018, y Nabeel podría enfrentarse a hasta 15 años de prisión.


Partidarios del grupo Revolution Youth Coalition mostraron un póster con los retratos de los activistas encarcelados de derechos humanos Nabeel Rajab (izqueirda) y Abdul Hadi Al-Khawaja (derecha) durante una manifestación celebrada el 1 de mayo de 2015 en el pueblo de Musalla, al oeste de la capital, Manama. © Mohammed Al-Shaikh/AFP/Getty Images

Aun así Nabeel se niega a permanecer callado, incluso en prisión.

El 4 de septiembre de 2016, Nabeel Rajab escribió un artículo de opinión para el New York Times desde la prisión, en el que instaba al gobierno de Barack Obama a usar su influencia para resolver el conflicto en Yemen. Al día siguiente, la fiscalía lo interrogó y acusó de “difundir noticias y afirmaciones falsas y rumores malintencionados que menoscaban el prestigio del Estado”. El 19 de diciembre de 2016 se publicó un artículo con su nombre en Le Monde. Dos días después, fue interrogado en la Dirección de Investigaciones Criminales, acusado de “difundir noticias y afirmaciones falsas y rumores malintencionados que socavan el prestigio de Bahréin y los países hermanos del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y [constituyen] un intento de poner en peligro sus relaciones”. Más recientemente, el 11 de diciembre, el Washington Post publicó una carta que Nabeel Rajab había escrito en prisión en la que criticaba las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la repercusión de las mismas en la situación de Bahréin y de la región. Nabeel afirmaba: “

 

Nosotros, personas y comunidades, no debemos permanecer callados. Desde junio de 2016, las autoridades bahreiníes han endurecido radicalmente la represión de la disidencia y de las y los activistas de los derechos humanos. Como consecuencia, la otrora próspera sociedad civil bahreiní se ve hoy reducida a unas pocas voces solitarias que todavía tienen el valor suficiente para hacerse oír. La mayoría de las personas que expresan criticas de manera pacífica, ya sean defensoras de los derechos humanos o activistas políticos, sienten ahora que el peligro de hacerlo es demasiado elevado. Muchas dicen: “Mira lo que le ha pasado a Nabeel. Si le pasa a él, ¿qué posibilidades tenemos nosotros?”

Debemos unir nuestras voces en apoyo a Nabeel y a todas las personas defensoras de los derechos humanos que, como él, estorban al gobierno de Bahréin, y pedir su liberación inmediata e incondicional.
Sima Watling, Amnistía Internacional

El silencio ensordecedor de la comunidad internacional respecto a la situación de Bahréin está envalentonando al gobierno para seguir destruyendo lo que ahora son los últimos vestigios de libertad en el país. Debemos desafiar la complicidad de las naciones poderosas, como el Reino Unido y Estados Unidos, que han dado prioridad al comercio y a la venta de armas en detrimento de los derechos humanos.

Debemos unir nuestras voces en apoyo a Nabeel y a todas las personas defensoras de los derechos humanos que, como él, estorban al gobierno de Bahréin, y pedir su liberación inmediata e incondicional. Si Nabeel es lo suficientemente valiente como para continuar alzando la voz contra las injusticias desde la cárcel, nosotros no tenemos excusa para permanecer callados. ¡Regálale tus palabras!

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