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Hawa, de 28 años, y su hijo de cuatro meses, Yusuf, en su refugio del asentamiento de Tawakal en Bossaso, Bossaso, Puntlandia. Huyeron de la ciudad costera de Kismayo, en el sur de Somalia, para escapar de los combates.© UNHCR/R. Gangale

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La mujer y los conflictos armados

Por Mireya Cidón (@mnodic), Amnistía Internacional,

La guerra es otro de los escenarios en los que el papel de las mujeres queda invisibilizado, pese a ser tan protagonistas como los hombres y sufrir las consecuencias.

Con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, y los conflictos en activo vamos a hablar de cómo se ven afectadas las niñas y las mujeres en tiempos de guerra, atrapadas muchas veces en un fuego cruzado entre dos bandos. La mayoría son separadas de sus familiares, detenidas o víctimas de la violencia. Muchas enviudan o pierden a sus hijos/as y tienen que encontrar la resiliencia y los recursos para hacer frente a los desafíos y traumas de la guerra. Su sufrimiento suele ser ignorado o directamente silenciado.

¿Cuál es el papel de las mujeres en tiempos de guerra y otros conflictos armados?

Ya sea como enfermeras, cuidadoras, madres, hijas, espías o combatientes activas, las mujeres han sido parte de los conflictos a lo largo de la historia. Normalmente las mujeres en tiempos de guerra forman parte de la población civil, aunque al igual que hombres y niños, pueden ser víctimas de tortura, ataques indiscriminados, asesinatos, amenazas, secuestros, desapariciones forzadas, detenciones, encarcelamiento, violencia sexual, desplazamiento o reclutamiento forzado. Ellas, además, tienen que velar por la alimentación y la supervivencia de sus familias, encontrando el sustento y la atención médica necesarias en una situación personal de pobreza, pérdida de trabajo y destrucción del hogar.

Algunas mujeres participan activamente en la guerra. Por ejemplo, en las desmovilizadas Fuerzas Armadas de Colombia (FARC), cerca del 40% de los combatientes fueron mujeres. En el Kurdistán, las Unidades Femeninas de Protección contaron con más de 30.000 integrantes. Estas guerrilleras kurdas combatieron para liberar Irak y Siria del autodenominado Estado Islámico y con el objetivo de lograr la igualdad.

Mujeres en combate

Combatientes yazidíes y kurdas a sólo dos kilómetros de la línea de frente del Estado Islámico (ISIS), a menos de seis kilómetros del monte Sinjar, Irak. © Alfred Sipa/Photos

Las mujeres en tiempos de guerra: ¿cómo se ven afectadas?

Las desigualdades de género se incrementan durante los conflictos y por ello las mujeres juegan un papel difícil en tiempos de guerra. Según las Naciones Unidas, las niñas tienen un 90% menos de probabilidad de tener acceso a la educación que los niños en zonas de conflicto. También son víctimas de matrimonios infantiles, de trabajo esclavo o de ser reclutadas como niñas soldados.

Las labores domésticas, las restricciones sociales a su movilidad y otros factores pueden hacer que las mujeres tengan, por lo general, menos capacidad de huida cuando la población civil es atacada. En un intento de huir del conflicto o de sus consecuencias, muchas se convierten en desplazadas o refugiadas, a pesar de los peligros a los que se exponen como el tráfico de personas y la trata con fines de explotación sexual.

Las mujeres detenidas o encarceladas pueden estar recluidas en instalaciones inadecuadas y a menudo corren el riesgo de ser sometidas a torturas basadas en el género, como la violación y otras formas de abuso sexual, a manos de sus carceleros o incluso otros reclusos.

Mujeres en guerra: silenciadas

Una mujer mira a la calle con su hija dentro de un centro de desplazados internos. El norte de Etiopía sigue sufriendo los efectos de la guerra de 2020. © Edgar Gutiérrez/SOPA Images/SIPA

Las mujeres en tiempos de guerra como “botín”

Las mujeres y las niñas en tiempos de guerra son tratadas muchas veces como “botín”. La violación es una táctica utilizada como estrategia de terror y como forma de tortura. Las consecuencias físicas y mentales de estas agresiones dejan huellas emocionales y físicas imborrables.

Esta forma de agresión también puede ser utilizada como parte de una limpieza étnica, tal y como se vio con las violaciones sistemáticas y los embarazos forzosos de la antigua Yugoslavia en los años noventa.

Las violaciones, la esclavitud sexual y otras formas de violencia sexual cometidas en el contexto de un conflicto armado son crímenes de guerra.

Otro genocidio fue el perpetrado contra la comunidad yazidí a manos del autodenominado Estado Islámico. El 3 de agosto de 2014, este grupo inició una violenta ofensiva en la región de Sinjar, al norte de Irak, llevando a cabo atrocidades a gran escala contra la población civil. Estos actos incluyeron homicidios masivos, violencia sexual, tortura y esclavización, resultando en la trágica pérdida de más de 5.000 vidas y el desplazamiento de más de 400.000 personas de sus hogares.

Los hombres y niños mayores que se negaron a convertirse al Islam fueron ejecutados y los que se convirtieron fueron obligados a realizar trabajos forzados. Las mujeres fueron vendidas como esclavas y junto a miles de niñas fueron raptadas, esclavizadas, torturadas, violadas y asesinadas.

El pasado 1 de marzo de 2021, el Parlamento iraquí aprobó la Ley de Supervivientes Yazidíes, que establece un marco de reparación para quienes sobrevivieron a los crímenes del Estado Islámico, incluidas las mujeres y las niñas que fueron objeto de violencia sexual, así como sobrevivientes de secuestros infantiles.

Otro de los ejemplos más dolorosos de la historia en los que las mujeres fueron utilizadas como “botín” fueron las 200.000 “mujeres consuelo” o “mujeres de solaz”, convertidas en esclavas sexuales por el ejército japonés antes de la Segunda Guerra Mundial y a lo largo de ella. Estas mujeres fueron llevadas a prostíbulos, encerradas y sometidas a violencia sexual por parte de los militares japoneses. Se estima que fueron torturadas y violadas por una media de 30 soldados al día durante un periodo de tiempo que osciló entre las tres semanas y los ocho años. A muchas las mataron o se suicidaron y, las que sobrevivieron y regresaron a casa, estuvieron decenios sin contar sus historias por temor a ser estigmatizadas. Muchas de las mujeres víctimas de violación y abusos viven con la marginación a la que son sometidas por la responsabilidad que les atribuyen en las sociedades más patriarcales.

El sufrimiento invisible de las mujeres en conflictos armados

Una mujer llora mientras la evacuan de su casa el 6 de marzo de 2023 en Kupiansk, Ucrania. Las autoridades de la región de Járkov, que incluye Kupiansk, declararon que las familias con menores a cargo y las personas con movilidad reducida debían abandonar la ciudad debido al aumento de los ataques de las fuerzas rusas.© John Moore/Getty Images

Ucrania, las mujeres se enfrentan a graves riesgos

A medida que la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia avanza en su tercer año, las mujeres del país siguen expuestas a riesgos significativos y se enfrentan a una carga adicional de responsabilidades de cuidado, sumadas a las inmensas penalidades y al estrés asociado.

Una y otra vez, las mujeres sufren las peores consecuencias de la brutalidad de la guerra. Están permanentemente en primera línea del conflicto, como militares y combatientes, médicas y enfermeras, voluntarias, activistas por la paz, cuidadoras de sus comunidades y familias, desplazadas internas, refugiadas y, con demasiada frecuencia, víctimas y sobrevivientes”, declaró Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

La invasión a gran escala de Ucrania por Rusia no es una excepción. Las mujeres corren mayor peligro de sufrir violencia sexual y de género y problemas graves de salud, y aun así están obligadas a tomar decisiones de vida o muerte por sus familias. Al mismo tiempo, las mujeres suelen ser excluidas de los procesos de toma de decisiones, y siguen sin satisfacerse sus necesidades y protegerse sus derechos.”

A pesar de la participación activa de numerosas mujeres ucranianas en la resistencia contra la agresión rusa, son ellas quienes también asumen de manera desproporcionada la carga de cuidar a sus hijos/as y otros miembros de la familia. Manejar estas responsabilidades resulta particularmente desafiante en las condiciones peligrosas del conflicto, generando impactos perjudiciales en su salud mental, física, sexual y reproductiva.

Mujeres en la guerra huyen de la violencia

Personas desplazadas internas que huyen de la violencia causada por el conflicto armado en Tigré Occidental, Etiopía. © Eduardo Soteras/AFP vía Getty Images

Etiopía: soldados eritreos sometieron a las mujeres a abusos terribles

En el informe titulado “Today or Tomorrow. They Should Be Brought Before Justice” – Rape, Sexual Slavery, Extra-Judicial Executions and Pillage by Eritrean Forces in Tigray”, publicado por Amnistía Internacional, la organización documentó la implicación de los soldados de las Fuerzas de Defensa de Eritrea (FDE), aliadas al gobierno federal de Etiopía, en casos de violación, esclavitud sexual, ejecuciones extrajudiciales y pillaje.

A pesar de sufrir numerosas lesiones, las sobrevivientes de violación y esclavitud sexual entrevistadas durante la investigación no recibieron ningún tipo de cuidado médico integral después del incidente. La mayoría de ellas solo recibió tratamiento tras la retirada de las Fuerzas de Defensa de Eritrea de Kokob Tsibah, el 19 de enero de 2023.

Me estuvieron violando por turnos los tres meses completos. No me dejaron en ningún momento. Se marchaba uno y venía el siguiente. ¿Hay algo que las FDE no hicieran? Estuvimos encerradas [en el campamento] desde el día en que nos llevaron allí. No podíamos salir ni recibir asistencia médica. No podíamos visitar a nuestra familia. Conmigo había muchas otras mujeres detenidas”, declaró una superviviente.

Mujeres en conflicto, víctimas invisibles

Mujer rohingya desplazada. © Eric Lafforgue/Art in All of Us/Corbis via Getty Images

Myanmar: violaciones y otros actos de violencia sexual cometidos por las fuerzas de seguridad

Amnistía Internacional también llevó a cabo una investigación en Myanmar donde entrevistó a supervivientes de violencia sexual a manos de las fuerzas de seguridad del país.

Las violaciones tuvieron lugar en dos poblados que la organización había investigado: Min Gyi, en el municipio de Maungdaw, y Kyun Pauk, en el municipio de Buthidaung. Las fuerzas militares de Myanmar separaron a los hombres y niños mayores de las mujeres y niñas más pequeñas. Después de disparar contra los primeros, los soldados condujeron a las mujeres en grupos hacia viviendas cercanas donde las violaron, para luego incendiar las casas y otras áreas habitadas por rohingyas en la zona.

"Llevaron a las mujeres en grupos a distintas casas […] Éramos cinco [mujeres], a las que nos llevaron cuatro soldados [con uniformes militares]. Nos quitaron el dinero y nuestras pertenencias y luego nos golpearon con un palo de madera. Mis hijos estaban conmigo. También los golpearon. A Shafi, mi hijo de dos años, le golpearon con fuerza con un palo de madera. Un golpe, y estaba muerto […] Mataron a tres de mis hijos. También a Mohamed Osman (de 10 años) [y] a Mohamed Saddiq (de 5). Otras mujeres [en la casa] también tenían [con ellas] hijos a los que mataron”, contó S.K., de 30 años a Amnistía Internacional.

A todas las mujeres las desnudaron […] [Los soldados] llevaban palos de madera muy fuertes. Primero nos golpearon en la cabeza, para debilitarnos. Luego nos golpearon [en la vagina] con los palos de madera. Después nos violaron. Un soldado diferente para cada una”.

Mujeres supervivientes de la guerra

Estas mujeres sobrevivieron a las horribles condiciones del campamento del Hospital de Bama, huyendo del conflicto armado en Nigeria. Cientos de personas murieron de hambre en este campamento. © Gbemiga Olamikan/Amnesty International

Sudán: violencia sexual y muertes en ataques indiscriminados

El informe ‘Death Came To Our Home’: War Crimes and Civilian Suffering In Sudan, Amnistía Internacional documentó actos de violencia sexual contra mujeres y niñas, así como un número enorme de muertes de civiles tanto en ataques deliberados como en ataques indiscriminados de las partes enfrentadas. En la mayoría de los casos documentados por Amnistía Internacional, las sobrevivientes de violencia sexual dijeron que los perpetradores habían sido miembros de las RSF o de milicias árabes aliadas. Algunas de las víctimas (de incluso tan solo 12 años) estuvieron retenidas durante días en condiciones de esclavitud sexual.

Me fui de casa porque había disparos por todas partes […]. y estos criminales me violaron. Ahora tengo miedo de estar embarazada […]. No puedo soportarlo”, relató una mujer de 25 años a la investigadora de Amnistía Internacional.

En otro caso, miembros de las RSF secuestraron a un grupo de 24 mujeres y niñas a las que llevaron a un hotel donde las retuvieron varios días en condiciones de esclavitud sexual.

Yemen y Siria: las mujeres y niñas en tiempos de guerra, las grandes víctimas

En Yemen se vive la peor crisis humanitaria del mundo a causa del conflicto armado entre las fuerzas del Gobierno, respaldado por Arabia Saudí, y los rebeldes hutíes, respaldados por Irán. Más de 15 millones de yemeníes viven por debajo del umbral de la pobreza. Las tres cuartas partes de la población desplazada en el país son mujeres y niñas. Además, en una sociedad patriarcal como la yemení, el conflicto ha aumentado el riesgo de abuso y explotación al que están expuestas las mujeres. En este país, tres millones de mujeres y niñas en tiempos de guerra corren el riesgo de padecer violencia de género.

Siria tampoco es buen lugar para ser mujer. Según el Informe Global de Brecha de Género 2020, que analiza los peores países del mundo para ser niña o mujer, este país ocupó el puesto 150 de 153. La guerra no ha hecho sino multiplicar los abusos, la violencia sexual, el matrimonio infantil forzado y la violencia machista.

El desafío de mujeres y niñas en zonas de conflicto

Fotografía de menores en el campo de personas refugiadas de Bureij, en el centro de la Franja de Gaza, 29 de febrero de 2024. © Chine Nouvelle/SIPA

Mujeres en Gaza: desafíos humanitarios

Con respecto al conflicto con Israel, la situación en Gaza ha alcanzado proporciones alarmantes, especialmente para las mujeres. Según datos de ONU Mujeres, aproximadamente un millón de las 1,9 millones de personas desplazadas en la región son mujeres y niñas. Los datos también indican que unas 3.000 mujeres se han quedado viudas y ejercen como cabezas de familia. Además, se estima que al menos 10.000 niños/as podrían haberse quedado sin padre hasta el momento.

La falta de acceso a servicios de salud es una preocupación crucial, especialmente para las más de 50.000 mujeres embarazadas en Gaza. Según informes de Médicos sin Fronteras, estas mujeres sufren una seria escasez de atención obstétrica, lo que pone en riesgo sus vidas y las de sus hijos/as no nacidos. La crisis humanitaria también se refleja en la falta de acceso a productos de higiene menstrual, agua, baños limpios y privacidad que afecta a más de 690.000 mujeres y adolescentes en la región.

La desigualdad de género en el acceso a servicios esenciales se agrava por el hecho de que el 70% de las personas que han perdido la vida en este conflicto son mujeres y niñas, según datos de UNRWA. Este dato confirma la vulnerabilidad extrema de las mujeres en medio de la violencia, así como el urgente requisito de abordar sus necesidades específicas en los esfuerzos humanitarios.

Activisticas de Amnistía Internaconal a favor del un alto el fuego entre Israel y Gaza

Activistas de Amnistía Internacional piden el alto al fuego en el conflicto entre Israel y Gaza. © AI

El papel de Amnistía Internacional

Amnistía Internacional es una organización de derechos humanos que denuncia la extensión de la violencia contra las mujeres, abarcando desde entornos pacíficos hasta situaciones de conflicto, desde el ámbito doméstico hasta los espacios públicos. En contextos relacionados con conflictos, la organización pide medidas para hacer frente a la violencia contra las mujeres que respalden a las supervivientes y a las defensoras de los derechos humanos que trabajan con ellas, al objeto de alcanzar un mundo donde las mujeres gocen de paz y seguridad en todas las facetas de sus vidas.

Amnistía Internacional defiende la necesidad de prevenir o poner fin a la violencia contra las mujeres, la obligación de llevar a los perpetradores ante la justicia, de brindar reparación a las sobrevivientes y promover la participación de las mujeres en los procesos de paz. La organización sostiene que estas medidas son pasos fundamentales hacia un futuro donde las mujeres dejen de ser objetos de guerra para convertirse en agentes de paz. El logro de este futuro está en nuestras manos.

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